“Recibimos la información más dura y trágica que podamos transmitir a nuestro pueblo, a las 4:25 de la tarde de hoy, cinco de marzo…” y el resto del anuncio provocó un silencio sumamente respetuoso en toda Caracas, en todo el país, supongo. Santamarías abajo, luego el llanto y los lamentos, puño alzado, hacer de tripas corazón. Con demasiada paz canalizamos tal pérdida, nos aglutinamos y abrazamos hasta que el Himno Nacional comenzó a sonar a boca de pueblo, solito, en una despedida eterna. Nadie repararía en que la Cruz del Ávila habría sido encendida en su honor y siete horas y trece kilómetros después una caravana de seis millones de personas le llevarían a la “Casa de los sueños azules” como él llamaba al lugar que lo formó luchador, donde se hizo soldado, donde se forjó como roble y como samán.
Colas de más de tres kilómetros en Los Próceres para ver al Comandante, para creer lo impensable. Evo siempre al lado, como buen amigo. Más de 30 jefes de Estado y 53 delegaciones de distintos gobiernos pisaron suelo venezolano para despedirlo. Eso por el lado de los afectos diplomáticos, por otro lado canto, el himno del Batallón de Blindados Bravos de Apure y a rodar las lágrimas.
Un día a Chávez le salió un poema que decía: “Y entonces, solamente entonces, al fin de mi vida, yo vendría a buscarte, Mamá Rosa mía, llegaría a la tumba y la regaría con sudor y sangre, y hallaría consuelo en tu amor de madre y te contaría de mis desengaños entre los mortales. Entonces, abrirías tus brazos y me abrazarías cual tiempo de infante y me arrullarías con tu tierno canto y me llevarías por otros lugares a lanzar un grito que nunca se apague”.
Tantas cosas que decir y sentir sobre un día como hoy, hace siete años, en el empeño por dejar viva para siempre la acción de Chávez, le dejamos al pueblo caraqueño hablar sobre ese día, pensar sobre ese día, reaccionar.
Lectora, lector, ¿cómo vivió la noticia ese 5 y 6 de marzo?, y ¿qué significa Chávez en su vida?
Desde el Hospital Militar hasta la “Casa de los Sueños Azules”
Luego del anuncio del entonces vicepresidente Nicolás Maduro, sobre el fallecimiento del presidente Hugo Chávez, los presentes en la Plaza Bolívar de Caracas se vieron aturdidos, lerdos, desencajados ante la sorpresa. Al rato, gritaron al unísono: “Chávez vive”.A las 10:30 de aquel 6 de marzo de 2013, en la mañana, partió el cortejo fúnebre desde el Hospital Militar rumbo a la Casa de los Sueños Azules, en Los Próceres, donde desde ese día comenzó la capilla ardiente del Comandante Eterno hasta el 15 de ese mes.
Eran ríos rojos de pueblo junto al cortejo fúnebre a lo largo de nueve espacios de Caracas: la avenida San Martín, la plaza O’Leary, plaza Miranda, avenida Lecuna, avenida Fuerzas Armadas, Roca Tarpeya, avenida Nueva Granada y La Bandera, hasta llegar a Los Próceres.
El vicepresidente de entonces, y actual Primer Mandatario, Nicolás Maduro, la primera combatiente Cilia Flores, así como el presidente de Bolivia, Evo Morales, nunca se separaron de la carroza fúnebre hasta su llegada a la Academia Militar.
Luego de siete horas de recorrido, desde la parroquia San Juan hasta Los Próceres, el cortejo ingresó al patio de la Academia Militar. Al llegar a las instalaciones, los familiares del presidente Chávez y el equipo de Gobierno realizaron un encuentro privado.
En los monolitos se concentraron quienes presenciaron un video que se trasmitió antes de la misa ecuménica. En el material audiovisual, el presidente Hugo Chávez hablaba de su “hermosa” estadía en su alma mater, luego de haber cumplido 40 años de graduado.Durante los nueve días de capilla ardiente, entre pernoctas, hombres, mujeres y niños se despidieron del Mandatario de diferentes formas. Los sentimientos de civiles y militares desbordaron el recinto.
Voces del pueblo
Elis Viña Comerciante de la parroquia 23 de Enero
Fue sorprendente para toda la familia, no esperábamos la muerte de Chávez, vi mucha gente consternada y llorando. Pienso que si nuestro Comandante estuviera vivo, no pasara lo que estamos viviendo, tampoco le echo la culpa al Gobierno, es el pueblo contra el mismo pueblo.
Lérida “La tía” Velásquez Miliciana habitante de la parroquia Sucre
Nuestro Comandante es ese niño que vino desde Barinas para dejarnos el amor, la paz, la vida, la Patria. Yo estaba rezando en la iglesia del Espíritu Santo por su recuperación, cuando me enteré que se fue al cielo, no lo podía creer, desde entonces trabajo como guía patrimonial en el 4F.
Ismael Camacho Vecino de Guarenas
Nadie esperaba que llegara esa noticia, las personas estaban tristes, nerviosas. Ese día lo recuerdo con algo de nostalgia porque se nos fue el hombre que quiso a este pueblo. Chávez para mí es el padre de todos nosotros los chavistas, un gran líder, un revolucionario que amaba esta patria.
Elizabeth Torres Guardiana de la Capilla Ardiente Hugo Chávez del 23 de Enero
Yo estaba en El Silencio comprando la torta de cumpleaños para mi hija cuando me enteré de su muerte. Escuché a gente de la oposición hablando cosas horribles, no lo creía. Al confirmarlo a través de VTV, sentí que se me fue mi amigo, mi padre, nos dio tanto… y nos despertó del letargo.
Iván Alvarez Habitante de la parroquia San Pedro
Lo que pasó ese día nunca lo había visto, noté cómo las personas corrían, lloraban y el cielo se nubló como si Chávez estuviese en contacto con la naturaleza. Un hombre que quedará siempre en la historia del mundo, pasarán años y otros seguirán sus ideales.
Marina Amundarain Habitante de la parroquia 23 de Enero
Me enteré de su muerte por mi cuñado, yo estaba con mi mamá hospitalizada, acompañada de mi hermana, nos abrazamos y lloramos mucho, fue un dolor muy grande. Ahora veo mucha apatía, mucha gente ya no habla de Chávez, me hace mucha falta.
Carlos Fernández Visitante del casco central de la ciudad
La noticia fue impactante, estaba en Barlovento con mi familia. Yo conocí al presidente Chávez desde 1998, durante 3 años estuve como guardia de seguridad del anillo presidencial. Es el líder que mantuvo la bandera de Venezuela en alto, es el segundo Libertador.
Doris Ortiz Residente de la parroquia 23 de Enero
En el centro de la ciudad fue terrible, hubo una gran conmoción luego de la noticia de la muerte de Chávez. Cerraron los locales comerciales, la gente corría de un lado para otro. Chávez es humanismo, es una respuesta temprana a una necesidad. Siempre está aquí.
Killian Cairo Habitante de la parroquia San Juan
Yo estaba en el Hospital Militar visitando a un amigo cuando me enteré de la noticia, fue una casualidad. El cielo se nubló y escuché un grito desgarrador…Chávez es para mí una luz que alumbra y guía a la humanidad en su transitar por este mundo de injusticias.
Graciela Suárez moradora de la parroquia El Valle
Estaba trabajando en mi quiosco de por acá de El Silencio. Cuando escuchamos la noticia nos volvimos locos, salimos a la calle a gritar. Hubo dolor, tristeza, mucho sentimiento. Chávez es como un padre, un ejemplo a seguir, para mí nunca morirá.