Mundo alerta | La guerra Rusia-Ucrania: preguntas represadas (I)

Los ciudadanos necesitan conocer el origen del conflicto

El debate sobre quién provocó la guerra entre Rusia y Ucrania no es prioridad en la agenda de la prensa internacional, aunque debería serlo por una razón muy sencilla: los ciudadanos necesitan conocer el origen del conflicto para saber cómo, cuándo y quién comenzó las hostilidades.

Pero las interrogantes han sido barridas por la confusión, la contrainformación y la desinformación planificada. En cada imagen o texto, el usuario puede ser víctima de un phishing (suplantador de identidad) que permite “adherirse” a los sitios digitales de mayor credibilidad.

Cualquier escena, aparentemente verídica, puede tratarse de un deepfake (falso profundo), que no es otra cosa que un hecho ficticio de alto impacto, como la imagen de cuerpos baleados por el hampa y atribuidos a la guerra.

¿Qué hacer? Deshacer. Ante este “paquete chileno” mediático que usted debe comprar sin abrir el envoltorio, la mejor opción es seleccionar medios independientes o afines a sus convicciones políticas e ideológicas –si las tiene bien definidas– para librar su propia batalla en la calle, con sus allegados. Y en ese camino debe que recordar algunas cosas muy importantes: a los medios occidentales les importa medio kilo de pólvora si Estados Unidos tiene la razón o no. Les pagan para evitar que Rusia gane la guerra, porque esa victoria militar pondría en riesgo el liderazgo mundial de Estados Unidos (y sus honorarios profesionales).

Obviamente, del lado contrario, Rusia tiene sus propios medios (con sus respectivos honorarios) y las mismas instrucciones: derrotar a Ucrania porque ella y sus aliados representan una expansión política y militar de Estados Unidos y la OTAN. Por lo tanto, son una amenaza inmediata para el liderazgo mundial de Rusia (y el de China a mediano plazo).

También debe saber que usted, individualmente, no es indispensable para ganar esta guerra. Incluso, el hecho de que la opinión pública de cada país y la voluntad mayoritaria de la comunidad mundial estén a favor o en contra de Rusia, China o Estados Unidos, no cambiará la opinión de sus respectivos gobernantes y mucho menos la de los líderes mundiales, quienes desde hace bastante tiempo dejaron de consultar la voluntad popular para tomar sus decisiones internacionales (si alguien puede demostrar lo contrario, que hable ahora o calle para siempre).

Hecho esto, meta las noticias en remojo con bastante cloro.

 

Raúl  Pineda

 

 


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