Psicosoma | Disrupción
12/09/2023.- Desde que nacemos estamos muriendo y ese tiempo lo vivimos entre dramas, tragicomedias, monólogos narcisistas, estados inciertos, y ahora, en estas circunstancias de la pandemia, se suma "el mundo de las redes".
Ese cuento del yoísmo e individualismo del ser "auténticos", del brillo personal que tanto se desea, es un llegadero de "autorrealización" falsa y mercadeable con tantas técnicas de mindfulness.
Solo sé que el tiempo pasa, pero algunos lo viven mejor. Ahora compartimos con más adultos mayores tan lúcidos, sin enfermedades degenerativas, y ellos nos dan fortaleza a través de sus valiosas reflexiones en torno a las Guerras Mundiales, la depresión económica, invasiones, hambrunas, epidemias y desastres naturales.
Las imágenes dantescas de crueles asesinatos o muertes ante el código de guerra, ejecutados por los médicos del "primer mundo" en ancianos nos ayudan a deliberar en torno a la vida y la muerte, pero la velocidad imperante nos atrapa. Los ancianos, por su calma y paciencia, no les prestan atención a esas medidas y se afanan en aconsejar a la familia. Son el centro de atención porque, por fin, los escuchamos: a las abuelas, madres y hermanas las integramos con las querencias y ocurrencias infantiles, y los nietos son felices con sus historias. Las chicas de personalidad introvertida están un poco más alegres y pueden, incluso, dialogar más tiempo y recibir orientaciones.
En cambio, los de personalidad extrovertida, sanguíneos, locuaces, hiperquinéticos, monologantes, se ahogan en sus chistes, cambian la tele y gritan "este confinamiento me está matando". Los irritables y nerviosos o que han estado en tratamiento psicológico necesitan que se les preste atención y ayuda o apoyo médico. En estos cuadros también presta apoyo emocional la experiencia y el "ojo clínico" de las abuelas, pero, en casos de trastornos psicológicos, duelos, adicciones y traumas, se hace necesaria la intervención psicosocial.
En el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), las crisis pueden estallar en cualquier momento, generadas por la incertidumbre ante el covid-19.
Las teorías psicológicas que nos movilizan, desde el placer sexual de Freud y el poder del complejo de inferioridad de Adler, están dirigiendo nuestro inconsciente y es más fuerte el sentido de la existencia postulado por Viktor Frankl. Agregaríamos que los grupos humanos marginados y sometidos a los miedos y dolores se acercan más a sus semejantes, como las familias que viven carencias y muertes.
La cultura de antivalores, culto depredador entre ganadores y perdedores, ha debilitado el piso psicoemocional. Ante la realidad del coronavirus, todos estamos afectados y más las personas con TOC, porque la salud e higiene del lavado de manos es norma vital ante la contaminación del covid-19. El TOC es una ansiedad invasiva por ideas, pensamientos e imágenes repetitivas que asaltan el espectro mental. Es un trastorno involuntario, no producido por el pensamiento.
Las obsesiones actúan de manera invasiva. Tal ansiedad invasiva, para ser aliviada, recurre a las compulsiones casi siempre, como el pensamiento del contagio y el lavado con jabones o desinfectantes en forma descontrolada. También aparecen pensamientos de temor y los daños que puede ocasionar el miedo a enloquecer. El afectado no puede realizar trabajos porque teme fallar, y siempre está ordenando cosas.
En el TOC está instalado el pensamiento mágico con una serie de compulsiones y motivaciones, rituales ante pensamientos obsesivos como matar, ponerse a rezar, no pisar las rayas de las aceras, contar en pares, memorizar números y bajar gradas. Presenta una serie de pensamientos inapropiados, obsesiones y compulsiones. Realmente hay un sufrimiento en la persona, que trata de esconder su malestar con cuadros de acumulación de objetos, de mantener la higiene en grandes habitaciones o estacionamientos…
Por lo general, en el campo de la psiquiatría y psicología se hace un abordaje integral que incluye dinámica familiar, farmacológica y enfoque cognitivo conductual por aproximaciones sucesivas al miedo o temor, confrontándolo en forma gradual; relajación dirigida; terapias analíticas, juegos dirigidos y antidepresivos por cortos períodos de tiempo, para dar tranquilidad y disminuir la compulsión.
Rosa Anca