Tinte polisémico | ¿Por qué China y no USA?
15/09/2023.- Existen razones y motivaciones por las cuales la República Bolivariana de Venezuela (RBV), en el despliegue de su política exterior, decide, como acción de Gobierno, alinearse e incorporarse a los Brics, acrónimo que integra a: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
No es necesario ser un “sesudo” analista en geopolítica, relaciones, energía, comercio o economía internacional, entre otros campos del saber, para comprender que el globo terráqueo no solo gira simultáneamente en torno a su eje y en torno al sol, (y como no soy astrofísico, quizás nuestra galaxia también gire en ejes inimaginables en ese inconmensurable universo), ni para saber que nuestra civilización vive convulsa en una lucha intensa y cruenta por parte de los países más poderosos para mantener su hegemonía, mientras que, por otro lado, están aquellos pueblos que reclaman un espacio legítimo como nación, en una nueva arquitectura más equitativa y justa del orden global.
En esa dinámica, los actores del sistema internacional, donde priman los intereses de los Estados y las organizaciones supranacionales públicas y privadas, destacando las empresas transnacionales y multinacionales, que libran las batallas por el control de las fuentes de energía y recursos (biodiversidad) y por el dominio de las rutas, mercados y plazas comerciales. Además se libran en el plano de la preeminencia informativa-comunicacional-cultural, en el campo tecnológico-industrial-armamentístico y espacial, en la competencia por los flujos de las inversiones directas y los préstamos que obliga a que se configuren alianzas y bloques de países, no precisamente con fines cooperativos y de integración, por que subyacen fines coloniales y prevalecen esquemas de dominación imperial.
Así, identificamos con claridad meridiana el objetivo y razón de los Estados Unidos y la Unión Europea, para constituir el bloque atlántico (OTAN), en donde se agrupan los países que históricamente, en distintas etapas, se comportaron y ejercían el dominio geopolítico a sangre y fuego, bélico, económico y comercial, sometiendo y repartiéndose regiones continentales íntegras, bajo distintas modalidades de violencia sistemática, con base a su poder de coacción-coerción y la vulnerabilidad de los países y regiones que dominaron, imponiéndose en su “carácter” de “potencias”, considerándoles como sus patios traseros, sus minas, sus plantaciones, sus dominios de ultramar, y quizás lo más antipático, sus colonias o territorios de sus imperios.
Circunscribámonos ahora al ámbito de nuestra región latinoamericana, donde está sometida la RBV a un bloqueo sistemático, integral e ilegal, por parte de los países miembros del bloque de la OTAN.
Se hace necesario interpretar, diseñar y accionar en el contexto de un nuevo modelo, orientado por una redistribución del balance del poder, en términos de una necesaria reconfiguración pluripolar y multicéntrica, un novedoso tablero de ajedrez. Sirva lametáfora para ilustrar que cada una de las piezas, los países, no basan su valor e importancia exclusivamente a lo intrínseco de su potencial especifico como pieza, o en su poder aislado en el tablero (orden global), sino precisamente en su interrelación y dinámica multidireccional con otras piezas (naciones) o bloque de ellas (Brics, Celac), que también forman parte de la partida. La fortaleza y la capacidad de reacción, protección y defensa, derivan de la relatividad de las posiciones, y de sus ventajas competitivas, diversidad de recursos y de la integración y la cooperación entre iguales; y que un caballo, una torre o un arfil, correctamente combinados y defendidos recíprocamente, pueden también darle jaque mate a un supuesto “rey”, que aún se regodea en sus remembranzas de monarca.
La partida evoluciona y en el avance de la tercera década del siglo XXI, con China y el resto de los Brics, y no con USA, nos enfilamos hacia el desarrollo, seguridad y civilización global sustentable y en balance.
Por ello la política exterior de la RBV está direccionada a estrechar y fortalecer las relaciones bilaterales con la civilización milenaria de Confucio y Lao Tse.
Héctor Aponte Díaz
tintepolisemicohead@gmail.com