20/09/2023.- Esta sala fue una de las más grandes de la época para el momento de su inauguración en 1854. Obra del arquitecto Hugh Wilson, contaba con una altura de 6,7 metros por 25,29 metros de ancho.

En el año 1918, el empresario Francisco Granados Díaz firma un contrato para hacer uso del Teatro Caracas, donde queda por sentado que en el futuro inmediato la sala sería exclusivamente para la exhibición de cintas cinematográficas. Desde entonces, fueron exhibidas innumerables películas, muchas de las cuales fueron taquilleras; entre estas, La fiera, con George Walsh.

Describe la cronista Graciela Schael Martínez que para el 1.° de abril de 1919, a las 6:30 p. m., se estaba proyectando el filme Romeo y Julieta cuando, de repente, se escuchó la voz de “fuego”. El pánico se apoderó del público, que en medio de una algarabía empezaba a evacuar el teatro. Con gran velocidad se habían encendido los recalentados hilos eléctricos que cruzaban la sala con el propósito de adornarla. Las cortinas envueltas en largas llamaradas generaban un humo denso que, en escena infernal, consumía las maderas, butacas, adornos y cuanto material inflamable había en el teatro.

Al fin, a las 8:30 de la noche, el incendio pudo ser gobernado por centenares de hombres, quienes, desde el inicio, combatieron las llamas de distintas formas. Por fortuna, no hubo víctimas fatales; solo algunas personas sufrieron asfixias y leves quemaduras. Del teatro únicamente quedaron escombros y paredes calcinadas.

Entre las consecuencias de este hecho se tiene registro de que la energía eléctrica fue suspendida en todos los inmuebles ubicados entre Veroes e Ibarras; además, cien líneas de teléfonos quedaron interrumpidas y hasta se paralizó el servicio de tranvías en la zona.

El dueño del teatro cobró la suma de trescientos mil bolívares por el incidente, debido a que el edificio estaba asegurado con la empresa La Previsora, siendo esta la primera póliza de seguros contra incendios de la historia de Venezuela.

El coronel Pedro García, jefe del Cuerpo de Policía de Caracas, informó que el siniestro comenzó cuando la película se quemó y las llamas alcanzaron los hilos eléctricos tendidos alrededor de la sala, que de manera ocasional habían sido colocados a propósito de una celebración que tendría lugar al día siguiente.

Otra explicación de la causa del accidente surgió horas después, cuando el empresario Granados Díaz informó que el incendio no había comenzado en la caseta del operador, pues las primeras llamas fueron observadas en la tela que servía de pantalla del teatro. Empezó en el preciso instante en que aparecía Julieta cayendo sobre su lecho, luego de ingerir el licor que le había recomendado Fray Lorenzo. Esta fue, irónicamente, la última escena que se vio en el Teatro Caracas.

Parroquia adentro:

Gabriel Torrealba Sanoja

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