22/09/2023.- La televisión fue mucho más que entretenimiento. Cuando no existía internet, era el medio de comunicación más importante y una fuente de expresión cultural. Todas las rutinas de la vida diaria giraban en torno a ella, para bien o para mal. Es por eso que sus personajes son parte de nuestro imaginario colectivo, referentes de la cultura pop.

En la televisión venezolana hay personajes clave. Quizás por eso encontrar a Eduardo Serrano en plataformas como YouTube o en las retransmisiones de sus telenovelas es un placer. Sus actuaciones en ficciones clásicas de la TV venezolana como El sol sale para todos (1986) o Las Amazonas (1985) demuestran la importancia que tiene la formación y la ética de un actor al momento de interpretar. Su buena dicción, su personalidad y su talento traspasan la pantalla, haciendo verosímil su interpretación. Su forma de actuar es en sí misma una clase magistral para las nuevas generaciones que deseen hacer televisión con buenos resultados.

Si bien es cierto que las producciones de los años setenta y ochenta en Venezuela tenían un nivel alto en muchos aspectos, me atrevería a decir que las actuaciones de sus elencos eran el pilar fundamental para crear obras que siguen funcionando a pesar del paso del tiempo.

¿Cómo sabemos si una ficción (de cine o televisión) funciona aunque hayan pasado los años? Porque la historia te atrapa, aunque no tengas nada que ver con el relato que tienes ante tus ojos. Aunque la ropa te parezca rara, aunque los peinados te choquen a la vista, aunque te percates de que esa realidad hace mucho tiempo que desapareció.

Eduardo Serrano, que nació en Caracas en los años cuarenta del siglo pasado, comenzó su carrera en los sesenta y ganó notoriedad muy pronto. Apareció en cine y televisión, dejando su huella. La pareja que conformó con Hilda Carrero se convirtió en un éxito y generó producciones que sobreviven gracias a la tecnología.

El romance en una época

Dos de las últimas producciones realizadas por Eduardo Serrano junto a Hilda Carrero han vuelto a las pantallas recientemente y además pueden encontrarse completas online. Me refiero a El sol sale para todos (1986) o Las Amazonas (1985). Ambas reflejan un espíritu romántico propio de las llamadas "telenovelas rosas", aunque tocan temas que aún siguen vigentes. Por ejemplo, en la primera se habla del machismo y la violencia doméstica, dos realidades que en aquella época no eran muy frecuentes de exponer en televisión.

Sin embargo, el plato fuerte de estas historias era el amor romántico que vivían no solo los protagonistas, sino también el resto de las parejas involucradas en el melodrama. El tratamiento de esas historias de amor es mesurado y de buen gusto. No hay ni un ápice de vulgaridad en esos relatos que resaltan las emociones más nobles.

Eduardo Serrano enamora al representar al hombre perfecto: humano, con defectos, pero siempre con la disposición de ser amoroso, atento, educado y justo. Un dechado de virtudes con el que las mujeres aficionadas al género rosa podían soñar.

La televisión en esa época prometía una vida mejor, vendía un sueño; tal vez por eso la teleaudiencia se enganchaba y lo sigue haciendo llevada por la nostalgia de lo vivido y, también, como suele ocurrir en mi caso, el deseo por experimentar una realidad que a todas luces parece muy atractiva.

Un buen actor permanece en sus interpretaciones. Sus mejores personajes son parte de la vida de muchos, más allá de las barreras del tiempo. La carrera de más de cincuenta años de Eduardo Serrano y, sobre todo, su vigencia lo certifican.

Luisa Ugueto Liendo

@cluisaugueto