24/09/2023.- En nuestro cerebro existe una pequeña glándula endocrina conocida como cuerpo pineal, coronarium (epífisis cerebral o simplemente glándula pineal), la misma produce melatonina que es una hormona derivada de la serotonina, encargada de modular los patrones de sueño, tanto en ritmos circadinos (cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas) como estacionales.

Su forma es semejante a un cono pequeño, y se encuentra ubicada en el hipotálamo cerca del centro del cerebelo entre los dos hemisferios cerebrales, exactamente en el surco donde las dos mitades del tálamo se unen; ahora bien, es importante decir que la melatonina es conocida tambien como la hormona de la juventud, ya que elimina los radicales libres de nuestras células, retardando el envejecimiento y tambien actúa de manera importante en el sistema inmunológico.

Esta glándula, según estudios, también tiene una connotación holística, ya que la consideran como un botón espiritual que nos conecta a otras dimensiones con la potencialidad de nuestras emociones, nuestro ser, nuestra alma, es decir, se relaciona con diferentes corrientes de autoconocimiento y transformación personal.

Es llamado el regulador de nuestro cuerpo porque todos los ciclos del mismo están controlados por esta glándula, entre los más importantes: el ciclo menstrual, ciclo de desarrollo sexual y el ciclo de sueño y vigilia entre otros; por otro lado, a nivel físico, pese a todas las virtudes dadas por la activación de esta glándula, su desarrollo se ve atrofiado a edades tempranas (6 y 10 años de edad,  dado que aquí alcanza el punto límite de segregación de melatonina y allí comienza a decrecer.

El principal problema de la glándula pineal es la calcificación, pues tiende a acumular fluoruro y al pasar los años se van formando cristales de fosfato endureciéndola, haciendo que se produzca menos melatonina, motivo por el cual en la vejez el sueño se altera.

En la actualidad, muchos investigadores, alrededor de algunas principales ciudades del mundo, buscan ampliar todas las posibilidades que tiene esta área del cerebro y la cual ha sido inexplorada; ya que está comprobado que al estar inactiva esta glándula afecta considerablemente.

Para activar nuestra glándula es necesario escuchar música suave, hacer ejercicios de relajación y visualización, realizar yoga, entre otras actividades. Muchas personas manifiestan que el sueño y el estado anímico mejora notablemente, se sienten más intuitivos y conectados con el entorno, algunos hasta refieren tener alucinaciones o visiones más allá del mundo físico.

Ydalmis Bravo