Comentarios noticiables | A 47 años del crimen de Barbados
Un acto terrorista de la CIA
07/10/2023.- Un día miércoles 6 de octubre de 1976 la nave DC-8 de Cubana de Aviación, identificada con las siglas CUT-1201, cayó en el mar de Barbados con 73 personas a bordo, a causa de las explosiones de dos bombas colocadas en el cuerpo del avión comercial cubano. Esto aconteció nueve minutos después de partir del aeropuerto internacional de esa isla del Caribe.
Los autores intelectuales de la caída del DC-8 de Cubana de Aviación fueron dos connotados agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos (EE. UU.): los cubanos contrarrevolucionarios Luis Posadas Carriles y Orlando Bosch, con extenso expediente de terrorismo, culpables de delitos dentro de EE. UU. y miembros de la enlodada Fundación Nacional Cubano Americana, que respaldó la voladura del avión cubano y el asesinato a sangre fría de todos sus viajeros.
Los genocidas Luis Posada Carriles y Orlando Bosch dirigieron a dos venezolanos: Hernán Ricardo Lozano y Freddy Lugo, fotógrafos del periódico El Mundo de Caracas que, cargados de odios, inhumanizados y ansiosos del dólar, papel moneda estadounidense, colocaron las dos bombas, hecho del cual estaban muy orgullosos. En la cárcel de La Planta, Hernán y Freddy vociferaban deliberadamente: "Pusimos la bomba, ¿y qué?".
El cobarde sabotaje en pleno vuelo 455 de Cubana de Aviación, del miércoles 6 de octubre de 1976, acabó con la vida de los 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima, ganador para Cuba de todas las medallas de oro del campeonato centroamericano y del Caribe realizado en Venezuela; 15 miembros de otra tripulación cubana que estaba en Barbados, 11 guyaneses becados para estudiar medicina, 5 norcoreanos y 18 trabajadores del Instituto Nacional de Pesca. Todos iban a Kingston, Jamaica, y después seguirían rumbo a La Habana, destino final del periplo comenzado en Georgetown, Guyana.
En Caracas, el presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, expresó la solidaridad del gobierno y pueblo venezolanos con el doloroso pesar de la nación cubana. Sin embargo, casi cuatro años más tarde, durante el mandato copeyano, un fiscal del tribunal militar decidió absolver a los criminales con un fallo estructurado de manera ilegal para protegerlos con exención de responsabilidad.
El atentado a la nave aérea cubana fue planificado por la CIA, con personal de plantilla. Luis Posada Carriles, Orlando Bosch-Ávila y Hernán Ricardo Lozano estaban debidamente acreditados en dicha agencia. Freddy Lugo era un subordinado de Ricardo.
Con esas acciones, la CIA pretendía torpedear los cambios positivos de la Revolución cubana y encubrirlas con el relato de que el terrorismo se combate también con terrorismo. Esto en falsa alusión al supuesto terrorismo proveniente de Cuba.
A 47 años de ese abominable crimen, aunque nunca no se pudo lograr una condenatoria penal eficaz contra los autores intelectuales y materiales de este acto terrorista, el dolor no se extingue en la familia cubana de las víctimas, como tampoco en toda Cuba.
J. J. Álvarez