Ernesto "Che" Guevara el Guerrillero Heroico

Hoy se cumplen 57 años de su fusilamiento en Bolivia

"Endurecernos, sin perder la ternura jamás", aconsejaba el Che.

09/10/23.- El Che Guevara es un pensamiento, toda una filosofía que les recuerda a los revolucionarios, eso mismo: ser Revolucionario. En la historia del socialismo mundial pocos revolucionarios han sido tan admirados y queridos como él. Hasta en el último rincón de nuestra Tierra su figura es convocada para acompañar las rebeldías más diversas. Es un ejemplo ético y de principios en todo y en cualquier proceso revolucionario.

Sin embargo, este atractivo creciente años tras años, el Che ha generado al mismo tiempo desprecios, odios, sospechas y condenas. No sólo entre sus enemigos históricos, el imperialismo y la burguesía, sino también en las propias filas del movimiento socialista.

Entre estos desprecios y condenas, los más celebres han girado en torno a las acusaciones de "idealista", "subjetivista", "aventurero" y, primordialmente, "romántico", sí, romántico y más de una vez ha sido rechazado por su romanticismo. Sospechoso por no poder ser encasillado en ninguna de estas cristalizaciones, y además, por haber hablado y escrito en voz alta sobre los problemas prácticos y teóricos de la revolución y el socialismo. El mensaje revolucionario del Che debió soportar durante cierto tiempo la incomprensión y el silencio sistemático.

Aunque se le respetaba, y se le llegaba a admitir en el panteón socialista, sólo a condición de prescindir de su radicalidad política y quedar congelado como un mártir. A la postre su supuesta "ingenuidad política" era el pasaporte ideológico que lo disculpaba ante el mundo y sus camaradas que desviaron el camino. Estas versionas descabelladas ampliamente difundidas en las biografías mercantilistas, su romanticismo ético correría parejo con su presunta ignorancia y desconocimiento de la teoría marxista. Es decir, el pensamiento revolucionario de Guevara quisieron ocultarlo o al menos banalizarlo.

El Che en sus múltiples manuscritos, planes para futuros estudios, apuntes, cartas y discursos, dejó todo un programa de investigación. Articulando ética y crítica científica de la economía política, crítica científica y política, política y cultura, cultura e historia, historia y ética. Hace una invitación magistral al retomar la herencia del insigne e inmortal Carlos Marx.

Por lo que, en nuestros días, el desafío ético del Che, retomando el programa teórico, político y epistemológico de Marx, permitirá volver a instalar en la agenda de la revolución las perspectivas políticas radicales, antiimperialista y anticapitalista, que está desmembrada.

"Endurecernos, sin perder la ternura jamás", aconsejaba el Che, y en este tiempo, esta puede ser una buena pista para conservar la firmeza frente a un poder que apela discrecionalmente a los mecanismo de cooptación de voluntades, y de disolución de principios. Firmeza frente al poder, frente a los diversos rostros de dominación, frente a las intenciones de homogenizar y domesticar la voluntad popular. Y ternura para mirarnos a los ojos de las oprimidas y los oprimidos, de los condenados de la tierra, y reconocernos para multiplicar el trabajo voluntario, los gastos solidarios, el pensamiento crítico, el diálogo fecundo.

Firmeza y ternura para guevariar al mundo, integrando en nuestra militancia el sacrificio y también la alegría, la audacia, el deseo de vivir dignamente. Firmeza y ternura para crear colectivamente un proyecto no mesiánico, no enajenante de la revolución, sino el lugar donde las mujeres y los hombres sean auténticos sujetos de la historia. Firmeza y ternura, para que la revolución siga siendo la forma en que se nombra la fiesta del pueblo, la de la creación, la de la victoria, y el horizonte socialista. Hacía allá vamos: ¡¡¡Socialismo!!!

Fusilado en Bolivia en 1967 tras amputarle las manos como “prueba de la muerte”, sus restos se hallaron y fueron trasladados a Cuba en 1997. Un revolucionario argentino, pero fundamentalmente internacionalista, que quiso extender su lucha como emancipador de pueblo más allá de la isla caribeña hacia todo otros continentes. Por esta última razón, la de la extensión de su activismo, encontró la muerte, tal día como hoy, un 9 de octubre pero de 1967, en una escuela pública del poblado de La Higuera, pequeña localidad de Bolivia, en las estribaciones de los Andes.

Ernesto Guevara (Che Guevara) aunque argentino de Rosario, se unió al movimiento de Fidel Castro en Cuba, siendo la imagen icónica de la revolución y uno de los protagonistas del triunfo en 1959. Siempre destacó por ser el ideólogo de entre los dirigentes, comandantes y actores de la revolución. Tras su paso por los primeros momentos de los gobierno de Fidel hasta 1965, especialmente en el área económica, inició su gira revolucionaria por otros países. En realidad no hacía más que llevar a la práctica sus ideas y conceptos que se ha conocido como “guevarismo”, un compendio de antiimperialismo, ideas internacionalistas y marxistas adaptadas al contexto, aunque con matizaciones y reflexiones con identidad propia. Su ideario contemplaba distintas luchas guerrilleras en otras partes del mundo. El eje central de su internacionalismo lo focalizaba en la lucha armada en América Latina, Asia y África. Solo de esa manera, pensaba Guevara, que sería factible vencer al imperialismo. En ese sentido eran manifiestas sus discrepancias con la estrategia de coexistencia pacífica defendida por la Unión.

Internacionalización de la revolución

Desde su llega al Gobierno en Cuba, el Che comenzó a impulsar acciones guerrilleras en América Latina: Guatemala, Nicaragua, Perú, Colombia, Venezuela y Argentina. Aunque no obtuvieron éxito, algunas de ellas  sirvieron para poner las bases de futuros movimientos tales como el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua y los Tupamaros en Uruguay. Aquí se evidencia de nuevo la discrepancia con la URSS ganándose el enfrentamiento con los partidos comunistas de América Latina.

El Che en el Congo: “Hasta la victoria siempre”

Fiel a sus ideas, en 1965 deja Cuba tras una famosa carta a Fidel Castro que recoge de “Hasta la victoria siempre”. Abandona el Gobierno y los importantes cargos que ostentaba para proseguir su lucha más allá de La Habana. Tras cruzar el lago Tanganica, desde Tanzania, el Che llegó a lo que actualmente es la actual República Democrática del Congo. Allí lidera un pequeño grupo de 140 combatientes cubanos. El líder guineano, Patrice Lumumba, había sido asesinado en 1961 con participación de la CIA. El Che va en apoyo de la guerrilla rebelde pensando que era el escenario idóneo para generar un centro desde el que extender la revolución a todo el continente africano. Con una identidad falsa de Ramón Benítez se instala en la ciudad de Dar es Salaam. Esta acción resultó infructuosa. Como el propio Che dejó escrito, “Esta es la historia de un fracaso”. Se da la circunstancia de que tan solo tres días después de que el Che dejara el Congo, un golpe de estado instaló por la fuerza a Joseph Mobutu presidiendo una dictadura que duraría treinta años.

ALBERTO VARGAS / CIUDAD CSS

 


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