¿Por qué Israel insiste en desaparecer a Palestina?
Israel ha despojado a los palestinos del 70% de su territorio desde 1949
11/10/2023.- Desde el pasado 7 de octubre, los palestinos que habitan en la Franja de Gaza han visto como las fuerzas de ocupación de Israel destruyen su infraestructura, atacando objetivos civiles y residenciales con el único propósito de sembrar en el pueblo palestino la idea de que jamás podrán derrotar al estado sionista.
Este martes 10 de octubre, el ministro de Defensa israelí, Yoav Galant, afirmó que su nación está pasando a una “ofensiva total” contra Gaza, dejando bien claro que la zona “nunca volverá a ser como antes”.
Desde que comenzó el conflicto, al menos mil 55 palestinos han muerto y unos 5 mil han resultado heridos desde la escalada de los ataques, mientras que más de mil 200 israelíes perdieron la vida y unos 2 mil 900 es el saldo de los heridos.
Mientras tanto, casi 200 mil habitantes de Gaza se han visto desplazados como consecuencia de los ataques perpetrados por Israel, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Comprender el conflicto Israel-Palestina no es fácil, por ello lo primero que debemos saber es que Israel es un estado forajido creado de la nada en 1947, cuando la ONU, en su resolución 181, decidió partir en dos a Palestina y crear así un Estado Judío y un Estado Árabe.
Esa primera acción, hace 75 años, provocó por parte de Israel la expulsión de 950 mil palestinos, la confiscación de sus viviendas, tierras y propiedades, y desde entonces ningún refugiado o refugiada ha podido retornar a sus casas ni ha recibido reparación alguna por el arbitrario despojo.
Quienes componen la cúpula que dirige el estado sionista, alegan que el estado de Israel es una promesa otorgada por Dios al pueblo judío y por ello consideran que el territorio palestino es justamente esa tierra prometida. Sin embargo, ellos no han escatimado en desconocer los derechos legítimos, históricos y soberanos del pueblo palestino con una cultura milenaria.
Durante décadas, Israel no ha cesado en colonizar la tierra palestina y expoliar al pueblo palestino de sus recursos, negando su autodeterminación y violando sus derechos fundamentales, con total impunidad.
Todas las resoluciones de las Naciones Unidas que obligan a Israel a cesar la ocupación del territorio palestino son ignoradas, y dicho país cuenta con el respaldo de Estados Unidos (EEUU), quien utiliza su voto en el Consejo de Seguridad de la ONU, para evitar que le sean aplicadas sanciones internacionales a Israel.
La protección de Israel frente a las críticas del Consejo de Seguridad –desde 1972, EEUU ha invocado al menos 53 veces su derecho de veto– es el ejemplo más evidente del sesgo de Washington.
Esto ayuda a explicar por qué la ONU no ha logrado detener las violaciones israelíes del Derecho Internacional, ni propiciar el cumplimiento del derecho a la autodeterminación de los palestinos.
Otros ejemplos son la obstrucción de EEUU, y algunos Estados de la Unión Europea, con respecto a la solicitud de adhesión de Palestina a la ONU en 2011 o su admisión en 2015 a la Corte Penal Internacional (CPI).
Desde el inicio de las supuestas conversaciones de paz, iniciadas en agosto de 2013 y suspendidas a finales de abril del 2014 por Israel, este país ocupante ha autorizado la construcción de 14 mil nuevas viviendas israelíes en asentamientos ilegales, 3 mil 226 de ellas en Jerusalén Este; han asesinado a miles de palestinos y herido a mil 751; han demolido 508 viviendas, escuelas, fábricas y demás construcciones palestinas; han desplazado a 899 y arrestado a 3 mil 300 palestinos y palestinas.
La división del territorio por parte de la ONU impulsó un "Estado árabe", denominado arbitrariamente de este modo. De manera abusiva y frente a las miradas atónitas palestinas, la ONU desnaturalizó y alejó la identidad nacional Palestina de su tierra y de sus raíces, cambiando ilegalmente su milenario nombre por el de "árabe".
El precio por pagar por la posesión y el asentamiento de la tierra de Israel fue gestionado y adquirido principalmente por el Fondo Nacional Judío (JNF), una organización que cumplía los objetivos de adquisición de tierras debatidos en el Primer Congreso Sionista en 1920.
Papel de Israel
Por su parte, Israel, desde un principio, utilizó el cultivo de las tierras ocupadas para cumplir con los dos pilares centrales de la colonización de asentamiento: el control territorial mediante la apropiación de tierras nativas y el establecimiento de una nueva comunidad social y política.
Como resultado, esto desempeñó un importante papel ideológico para el sionismo, pues atrajo a más inmigrantes-colonizadores judíos, creando demanda de trabajo, alimentos, vivienda y un sentido de comunidad – recursos vitales para la formación de un colectivo nacional. Asimismo, creó un vínculo entre los colonizadores y la tierra, lo que hizo necesaria la presencia, el mantenimiento y, posteriormente, la soberanía judía sobre la misma.
El cultivo es la extensión del mito sionista de "hacer florecer el desierto", que se reitera en la Declaración de Independencia y en las declaraciones de varios primeros ministros israelíes. La inmigración de colonizadores a tierras cultivables, idealmente situadas cerca de los recursos hídricos palestinos, se justifica con argumentos de modernización y civilización
Ante estas acciones, los esfuerzos de Palestina por “internacionalizar” el conflicto –adherirse a organismos internacionales y buscar la aplicabilidad del Derecho Internacional– cuentan con la oposición habitual de EEUU y algunos Estados europeos, que los consideran acciones unilaterales que distraen de la necesidad fundamental de negociar con Israel.
Sin embargo, los dirigentes israelíes han manifestado en repetidas ocasiones su oposición a un Estado palestino, continuando con la colonización ilegal de tierras palestinas e ideando medios para despojar a los palestinos de sus derechos individuales y colectivos, dentro de Israel y en los territorios ocupados.
Existe una clara contradicción en la insistencia por parte de EEUU y Europa, donde los palestinos adopten la resistencia pacífica, al tiempo que les cierren las vías legales disponibles para hacerlo.
En 2005, Israel retiró sus tropas y a 7 mil colonos de la Franja de Gaza, tras la segunda Intifada. Un año después, Hamas alcanzó una contundente victoria en las elecciones palestinas de 2007.
Ante todo esto, Israel sostiene un bloqueo por aire, tierra y mar sobre la Franja de Gaza desde 2007, cuando Hamás tomó el control del enclave que, con 2,2 millones de habitantes, cuenta con una sola central eléctrica que necesita combustible para funcionar y abastecer a hospitales, viviendas y refugios.
Desde entonces, Hamas ha sostenido fieros combates con Israel para defender a los palestinos de los territorios ocupados. Hamas desafía a una potencia colonizadora cuya fuerza militar incluye armas nucleares, ejército, aviación y marina de guerra, contra un pueblo palestino hostigado por la violencia, discriminación y apartheid.
Mientras tanto, la Unión Europea avala el hecho de que 700 mil colonos ocupan asentamientos ilegales en territorios ocupados primero y colonizados después. Son colonos armados que de forma recurrente asaltan aldeas palestinas y la UE apoya incondicionalmente a Israel, que ha levantado un muro de 700 kilómetros de largo y 12 metros de altura.
Lo que el sionismo viene haciendo es terrorismo sobre los territorios palestinos de manera permanente. El avance de la ocupación de tierras es diario -este no es un conflicto religioso, sino de tierras- la destrucción de viviendas palestinas se produce a diario, los ataques de colonos ultras a población árabe son diarios.
El hostigamiento de Israel a niños y niñas para que no vayan a la escuela es también diario, el envenenamiento de pozos de agua prolifera últimamente (Israel controla el 85% del agua de los territorios palestinos ocupados). Al final, el gran objetivo, la expansión de Israel, sigue avanzando y occidente ciego a propósito lo apoya descaradamente.
JOSÉ ANTONIO RAMÍREZ / CIUDAD CCS