Al derecho y al revés | ¿Y ahora qué, María Corina?
25/10/2023.- Las elecciones primarias cumplieron con las expectativas: no hubo la violencia que voces agoreras anunciaban y, a pesar del despelote organizativo de las huestes del doctor Casal y de los amagos por parte de militantes progobierno, los opositores más determinados votaron… sin mucha alharaca.
A ese respecto, más allá de los números que a la hora de escribir estas notas se estaban inflando, quizás lo llamativo fue que el triunfo de Mari Cori no concitó celebraciones de júbilo fuera de lo natural.
El resultado —sea el que sea—, en cuanto a números, fue más bien modesto, toda vez que, por poner el ejemplo de la plaza de Las Mercedes o Alfredo Sadel, donde vivo, la CNP aglutinó todos los centros de la urbanización y otros de sitios cercanos, como las Colinas y Lomas de Bello Monte, Chuao y hasta de Prados del Este.
En cuanto a los electores, es cierto que hubo colas que se explican por la cantidad de centros aglomerados en una sola localidad, pero también porque la mayoría de los participantes eran personas mayores —la juventud no votó al parecer—, que se quedaban en los alrededores de las mesas para charlotear.
El resultado que aún está por oficializar Súmate —¿serán jueces y parte?— seguramente dará más del 90% para María Corina Machado, como se había anunciado. Es evidente que esas primarias las hicieron para ella, aunque en el debate de los candidatos quedara como la peor.
No resultan extraños estos escrutinios, ya que MCM fue la única candidata con cobertura de prensa y redes y que gastó en giras, aparte de que los otros pobres aspirantes en verdad lucían como segundones o "bates quebrados", que de seguro no ganan una elección en su junta de condominio.
La Unidad, tan cacareada como política, perdedora desde el siglo pasado, sin embargo, duró poco. Mari Cori, cuando abandonó la política de la violencia a favor del camino electoral, recuerdo que dijo cosas interesantes. Anunció que la motivaba a cambiar la posibilidad de eliminar al G4, que ahora, poco a poco, se suma a la ganadora, primero con individualidades como Leopoldo López o el Superlano, y luego se montarán en el barco cual pirata de Somalia. ¡Partido a partido los que no cuadren con Rosales!
El asunto que empaña estas primarias —que desde otro punto de vista significan "prueba superada"— no es que no haya programa ni organización, sino que la candidata está inhabilitada, y es obvio que el poder político yanqui lo que menos quiere —en momentos en que la inmigración de venezolanos está desatada y ha tenido que deportar connacionales —es una jefa de Estado que de nuevo desordene el país, como infantilmente ya lo hizo con las guarimbas… sin ningún resultado.
Si eso llegase a ocurrir significaría que hay venezolanos de primera y de segunda: para los primeros la ley no existe porque se puede violar cuantas veces se quiera, y después se negocian las libertades de quienes hayan delinquido y las habilitaciones para quienes hayan sido inhabilitados por delinquir.
Pero eso a los yanquis no les importa. En el norte lo que sí ven con disgusto es que, en un presunto gobierno de Mari Cori, la confrontación entre maricorinos y chavistas termine disparando una vez más la migración de venezolanos a través del Darién. Para quienes velan por la seguridad del suelo estadounidense, eso sería intolerable.
Bien, María Corina está inhabilitada. Ella lo sabe y también conoce que en el norte eso poco le importa al presidente Biden, así como a republicanos hartos de Trump, a quien pronto lo pondrán tras las rejas.
Pero ese es problema "de ellos".
El problema nuestro, a mi entender, es que no podemos darnos el lujo los venezolanos corrientes y trabajadores —porque nos saldría muy caro— de que alguien nos devuelva a finales del siglo pasado —y en este caso me refiero a MCM—, a los tiempos de la vieja plutocracia, nada menos que cuando los "notables" de Arturo Uslar pretendían tomar el poder, sacando del medio a los viejos y corruptos partidos y a Carlos Andrés Pérez, y apoyando a un militar al que pretendían manejar.
La única manera de evitar semejante celada —que ya en su tiempo torearon tanto Marcos Pérez Jiménez como Rómulo Betancourt—, cuando se negaron a avalar como Estado la deuda con que esa misma plutocracia pretendía tomar el control de la riqueza de Guayana, es dejando de lado los partidos que en estas primarias han demostrado ser unas entelequias, pero al mismo tiempo la burla a la ley que supone rehabilitar a quien por descuido o irresponsabilidad fue inhabilitada.
Si los patriotas quieren un quid pro quo, comiencen a denunciar a los chavistas que merecen ser inhabilitados. La nación les agradecerá ese gesto, que siempre es mejor que hablar pistoladas y dejarse embaucar por sinvergüenzas.
Domingo Alberto Rangel