Letra veguera | Cartas sobre la mesa
25/10/2023.-
Primaria
Cuando los tenores de la crispación política se presentan en ámbitos socioculturales diversos y suben, bajan o no prestan mucho a la ansiada comprensión colectiva de los asuntos que dirime la autoridad democrática con los adversarios históricos, y sobre todo después del acuerdo de Barbados, de la libertad de algunos exponentes de la derecha incursos en graves delitos contra la patria, de los curiosos rictus de "la Milei" Corina Machado Zuluaga, y más aún cuando en el mantel de la mesa las derechas, o las oposiciones (así, dicho en plural) quieren, pero no pueden, mostrar las barajas escondidas, entonces se produce un salto atrás.
Es la hora en que los principios platónicos, socráticos o maquiavélicos, trillados eternamente a propósito del ejercicio puro de la política, se vuelven baratijas de quincallerías ofertadas a precios de gallina flaca y sus preceptos éticos quedan pendientes de un pago móvil atascado en el celular de un poeta y exguerrillero que se declara súbdito perpetuo del consignismo: "Hasta el final".
Su tono grave convierte la voz de Tito Núñez Silva en un eco tan espeluznante como un aullido de Caín, según Saramago, pidiendo auxilio, socorro, el tanque y el chorro en pleno desierto. El audio que circula por las redes sociales no es un paso atrás, tampoco es para tanto, pero sí encaja en el salto referido en esta crónica sobre las primarias: genéticamente hablando, el autor de Woman police, poema de Núñez tan interpelativo como Derrota de Rafael Cadenas, es de manera inconfundible un defecto de origen, como también lo representan Gabriel Puerta Aponte, Pablo Medina, Franchesci o Andrés Velázquez.
Secundaria
Es también la hora en que los peces gordos se quieren comer a las sardinas y estas se deslizan entre las olas para no ser devoradas. Buscamos a nuestros aliados en ultramar, parecen decir.
Así más o menos es la historia de la civilización, el relato primordial de la contienda que trazaron Marx y Engels en un manifiesto que vale la pena evocarlo un tantico así para que no se olvide de que somos gente de carne y hueso y que nos resistimos a pertenecer al no-lugar; que tenemos anhelos y soberanía de palabras certificadas por el amor versus el odio, de paz contra la guerra, de ideas emancipadoras de Simón Bolívar desveladas junto al insomnio de la Mafalda de Quino, la angustia de Hugo Chávez, la travesía del Che Guevara y de todos los que han luchado por la vida y la revolución y que hoy nos es vital acampar en sus memorias.
Terciaria
Un 20 de octubre de 2011, la OTAN, tras iniciar una intervención militar en Libia, dirigida por un noble caballero apellidado Obama, ultraja y asesina a Muamar Gadafi en las afueras de Sirte. Esa tragedia fue transmitida por la tele en el mundo y una exclamación feliz de Hilary Clinton recorrió el universo: "¡Guau!" o "¡Guao!", rostro de éxtasis frente a la historia como espectáculo.
En el 2012, un 20 de octubre, Hugo Chávez se pronuncia anunciando un viraje correctivo para profundizar las transformaciones contempladas en el Programa de Ley del Plan de la Patria. Comuna o nada, crítica y autocrítica, derecho y justicia.
"Nicolás, te encomiendo esto, como te encomendaría mi vida: la comuna" y el Estado comunal. Esta frase convirtió en un ser vivo el histórico "golpe de timón".
Cuaternaria
No se puede negar que el diálogo y la política son dos acciones inseparables. ¿Sabemos o no que nuestra situación como país está en el ámbito de la aplicación del modelo monetarista? ¿Dialogamos sobre esto? Sí, ¿por qué no? ¿Con quién sea? Lo haremos si así lo consideramos. Porque somos soberanos y solo nosotros decimos lo que queremos y viceversa.
Pero el otro, ¿sabrá que es casi obligante reconocer que el presidente Nicolás Maduro ha hecho esfuerzos para evitar la guerra civil y ha desenmascarado a la derecha nacional? ¿Está el pueblo, con tanto abatimiento, capacitado para reconocer en esta coyuntura adecuadamente al enemigo, a los responsables directos de esta pesadilla?
Se puede hablar mucho en un diálogo entre varios, pero lo más difícil está en aceptar que el otro existe, como señaló una vez el intelectual Jesús Ernesto Parra en un ensayo sobre el tema. Un otro que, además, nos quiere convertir en nada, o en polvo.
Es riesgosa esa contienda, porque el peligro de sucumbir ante el abismo, amenaza. Eso de creer que todos nos parecemos, pero somos distintos a la vez, convierte el "consenso" en una muerte anunciada. El soliloquio del gobierno de Biden simboliza la exclusiva otredad de quien se considera dueño del planeta.
El problema es fundamental porque los otros son ellos y nadie más que ellos. Y lo único creíble de sus iguales, María Corina Machado y Leopoldo López, es que su participación en las llamadas primarias preludia otro intento desestabilizador callejero, con un sujeto de apellido Superlano, que renunció a su sitio en las primarias para darle su vida a "la Milei" Machado, tal como una vez lo hiciera Leopoldo López por Capriles, pero sin arrancarse las venas.
Ellos son los otros: la pesadilla de una revuelta social antibolivariana que estaría tornándose inexorable, según suponen.
Esta crónica llega hasta casi el final de la semana porque desde el domingo tendremos un nuevo candidato o candidata. Unos y unas, vestidos o no, tendrán que reír o llorar por la existencia del Poder Electoral, que es la institución que les pondrá los puntos sobre las íes para que el electo o la electa salte, baile, cante, siembre sábila en barriles ecológicos y diga en televisión de qué va la película del 2024.
Federico Ruiz Tirado