Historia viva | José Gregorio: señor y santo milagroso
25/10/2023.- José Gregorio Hernández fue convertido por el pueblo venezolano y nuestro americano en un símbolo de fe y de sanación espiritual y elevado a un imaginario sagrado. A pesar de las oposiciones, muchas veces ocultas, de la cúpula católica, ha logrado ser reconocido por las autoridades del Vaticano como beato, un rango medio en el camino hacia la santidad. Beato es una voz que significa "feliz, bienaventurado" y, según las normas de las altas autoridades católicas, "un difunto cristiano notable que puede recibir culto".
Pese a las múltiples muestras de los milagros del doctor José Gregorio Hernández, el Vaticano consideró solo uno para elevar a la categoría de beato al Médico de los Pobres, que sigue siendo un "santo" para la gran mayoría de los habitantes de Venezuela y parte de Colombia. También fue un estudioso reputado que supo combinar los conocimientos científicos con los actos de fe, cosa que desdeñan algunos médicos.
Carlos Ortiz Bruzual, profesor universitario, editor, y fundamentalmente filósofo (UCV), en su libro Santa palabra se acerca a la personalidad humana de José Gregorio Hernández como ciudadano, a través de su compleja vida familiar, de científico y humanista, pero, sobre todo, de filósofo, sin dejar de analizar su lado religioso al haberse convertido en símbolo de fe, una categoría de dimensiones espectaculares en tanto las motivaciones sociales que genera esa condición.
Ortiz analiza a José Gregorio Hernández desde las cartas personales que el Médico de los Pobres escribió y donde se muestra a un hombre de compromisos éticos, personales, científicos y religiosos, que por obra y gracia del pueblo venezolano fue elevado a la categoría espiritual que ostenta. Sin embargo, el autor reseña una paradoja para reflexionar sobre el conocimiento de quién era ese hombre sencillo: "Es muy raro que alguien no sepa quién es José Gregorio Hernández, pero tanto o más raro es que alguien sepa quién fue".
O lo que es lo mismo, el "solo sé que no sé nada" del filósofo griego Sócrates y que nos hace pensar en otras preguntas que nos evoca José Gregorio Hernández: ¿cómo fue posible que un hombre de tan profundas creencias religiosas llegara a ser un médico notable, aplicado a los conocimientos más relevantes del mundo en su momento?
Los testimonios escritos de José Gregorio Hernández en su libro Elemento de filosofía, un best seller de 1912, según Ortiz Bruzual, dan cuenta de su profunda vocación ética y solidaria:
Dotado, como los demás de mi nación, de ese mismo amor, publico hoy mi filosofía, la mía, la que yo he vivido; pensando que por ser yo tan venezolano en todo, puede ser que ella sea de utilidad para mis compatriotas, como me ha sido a mí, constituyendo la guía de mi inteligencia.
Destaca aquí una faceta poco divulgada del doctor José Gregorio Hernández y es su vocación docente, expresada en la reseña anterior. Aquí nos asaltan otras preguntas que asoman la curiosidad por conocer a un personaje tan enigmático como él, profesor de la Escuela de Medicina de la UCV, institución que fue cerrada durante la dictadura de Juan Vicente Gómez. ¿Cuál fue la posición de este profesor, científico y religioso en ese entonces?
Recordemos que para esa fecha el doctor José Gregorio Hernández dirigía las cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología en la Universidad Central de Venezuela, después de haber hecho estudios de cuarto nivel en Francia a finales del siglo XIX y luego de vivir las tormentas políticas y militares del tránsito político de Rojas Paúl, Cipriano Castro y la traición de Juan Vicente Gómez, no solo a su compadre, sino también a la república al haberla entregado a los intereses extranjeros. Según Ortiz, no hay ningún documento en el cual JGH asumiera una posición política definida, a pesar de ser cercano a médicos y profesores críticos del gobierno.
Al doctor José Gregorio Hernández Cisneros le tocó vivir unos años estelares de la medicina nacional al estar asociado a una generación de médicos e investigadores en ciencias de la salud que construyeron de manera estructural una cultura clínica de la sanación y salubridad pública en el tránsito del siglo XIX al siglo XX.
Con él estuvieron hombres como Rafael Rangel, Luis Razetti, Heberto Cuenca, José Otilio Mármol, Acosta Ortiz, Rafael Vega, Santos Aníbal Dominici, Pablo Acosta Ortiz y Miguel Ruiz, entre otros médicos y científicos que contribuyeron a dar cuerpo a la medicina nacional. Muchos de ellos fueron docentes como el doctor José Gregorio Hernández y formadores de generaciones posteriores que honraron las enseñanzas de sus maestros.
El apostolado de José Gregorio Hernández estuvo expresado en fundamentar sus conocimientos científicos con los actos de fe en la curación humana, acción que trascendió su existencia terrenal.
Aldemaro Barrios Romero