29/10/2023.- Como saben, la definición de realidad es uno de los temas centrales de este espacio. Y también hemos repetido hasta el hartazgo qué es lo que pasa, aun cuando no nos guste.

Lamentablemente, las desgracias son una realidad que no podemos controlar, porque de ser así con solo pensarlo detendríamos la masacre que en este momento se está perpetrando contra el pueblo palestino en Gaza. Pero en realidad no podemos hacer mucho desde donde estamos. Tal vez pronunciarnos, condenar el crimen y seguir apostando a que la justicia contra el sionismo llegará algún día.

Ante tanta injusticia, a veces es preferible imaginar que todo es parte de una simulación o un mal sueño. Porque no es posible que unos dementes sanguinarios le quiten el irrenunciable derecho a existir a todo un pueblo.

Desde el 7 de octubre, Israel ha lanzado más de 10 mil bombas contra una población indefensa. Se han violado principios éticos y hasta reglas no escritas de la guerra. Quitarles la alimentación, los servicios básicos y la comunicación a miles de habitantes que solo tuvieron la mala leche de nacer en ese territorio evidentemente es un crimen de guerra. Bombardear un hospital con cientos de heridos que creían haber escapado de la muerte en ese lugar es el peor de todos.

Cómo dijimos antes, no es mucho lo que podemos hacer. Solo nos queda, por ahora, desear que las meteóricas vidas de los niños que mueren hayan sido felices en este espejismo material que llamamos existencia.

Heathcliff Cedeño