Oscar D'León se vaciló sus 50 con una buena rumba

Con 79 años encima y 50 artísticos los celebró bien "sabroso" en el Teatro Teresa Carreño

Su hija Iroska lo acompañó en "La Mazucamba" y otras canciones.
 
Rocío Cazal
 
La sala Ríos Reyna estaba a reventar de salseros. El escenario lleno de estrellas. Las tres horas se hicieron cortas y la algarabía era cada vez más evidente. La alegría de todos era indescriptible.
Fueron dos noches de rumba para el sonero del mundo, Oscar D'León, quien hizo su sueño realidad: celebrar sus 50 años artísticos nada más y nada menos que en el Teatro Teresa Carreño y en clave sinfónico, con su gente, su público venezolano que tanto lo quiere. Nada podía salir mal. ¡Al contrario! Se convirtió en un concierto exitoso e inolvidable.
Hasta el maestro Christian Vásquez vibraba también al ritmo del son mientras dirigía su batuta, al igual que lo hicieron los del coro de El Sistema y los músicos de la Sinfónica Simón Bolívar, más los de su orquesta.
Todos se vacilaron ese espectáculo histórico.

Homenajes de gala

Desde poco antes de las 7:30 de la noche comenzó la fiesta. El sonero del mundo estaba vestido de gala: con pantalón negro, paltó dorado brillante y camisa blanca.
El show ya se vislumbraba que vibraría alto, cuando el "Diablo de la Salsa" comenzó con "Mi negra está cansá" para darle paso a más éxitos como "El frutero", "Llorarás", "María" y "Detalles". Los asientos estaban vacíos porque todos sus ocupantes estaban bailando a todo dar.
Su hija Iroska salió al escenario para darle más vida al show con "La Mazucamba" y seguir con "Calculadora" y "Mata siguaraya".
El público también le hacía el quite al coro de El Sistema a todo gañote.
Y aunque el recorrido, obviamente, eran de sus éxitos, nuestro sonero mayor no podía dejar a un lado algunos tributos de sus ídolos: cantó temas de Celia Cruz, Willy Colón, La Billo's, Los Melódicos, Joe Arroyo y de sus queridos excompañeros de La Dimensión Latina (con quienes se espera que pronto hagan un concierto juntos).
"Con el permiso de Wladimir Lozano" cantó "Taboga" junto a su corista Johnny Silva. Comenzó como balada y siguió más salsoso con un manto de estrellas que iluminaron toda la Ríos Reyna. Durante el concierto continuó el tributo con "Sigue tu camino", "Divina niña", "Pensando en ti" y "Don Casimiro", entre otros temas.
 
"Un aplauso para ustedes. Vamos a recordar a Billo's", dijo. Y ahí le dio paso a "Yo quiero ser como Ariel". Luego se fue a un éxito de Los Melodicos, "Josefa Matías".
Mucho más tarde, casi al final, cantó "Bemba colorá". "Le quiero rendir honor a una mujer que ha sido mi estandarte: Celia Cruz... Imaginemos que está aquí y hagamos ese grito: ¡Azúcar!".
 
Oscar D'León no paraba de demostrar su alegría y hasta bailaba cual veinteañero con una coreografía impecable.
Se entregó al público y a su música durante tres horas.

Gozó con su público

Hubo un toque más tranquilo y romántico en la velada cuando cantó los boleros "Serenata a mi adorada", "No encuentro palabras", "Dolor cobarde" (también de La Dimensión) y "Somos novios" para cerrar con "Frenesí". 
Otra parte nostálgica fue cuando le dedicó el tema  "A él" a su papá.
Luego volvió a subir el tono con "Esa mujer" y mucho más cuando interpretó el calipso "Guayana es" y luego "La piragua". 
A las 9:02 pm hizo una pausa y salió del escenario más no los músicos, quienes siguieron el ritmo del jazz. A las 9:10 pm salió con otro paltó satinado, también dorado.
Allí sintió que todos estaban muy tranquilos: "El público está frío. ¡Caliente, caliente! ¡Wooooopaaaa!", gritó alegre y eufórico.
"Manicero" fue su siguiente canción con la que también inspiró a todos los músicos a tocar y cantar bailando. 
 
La coral y hasta la Sinfónica dejaron sus poses clásicos para echar un pie mientras interpretaba los temas.
Cumplió su sueño de cantar en el Teresa Carreño, acompañado de la Orquesta Simón Bolívar y el coro de El Sistema 
"Anabacoa", "Se necesita rumbero" y "Ven morena" fueron otras de las canciones que pusieron a bailar y cantar a los asistentes, hasta que se despidió venezolanísimo con "Caballo viejo" y "Alma Llanera".
Pero no podía irse "sin darle un abrazo a un gran amigo". Para ese momento le trajeron su instrumento que lo ha acompañado siempre para cantar "Mi bajo y yo".
Después del set venezolano salió del escenario y volvió a las 10:20 pm vestido todo de negro para cantar "Param pam pam". Le siguió "No le pegue a la negra", de Joe Arroyo, e "Idilio" de Willy Colón.
"La he pasado muy, pero muy bien", dijo. Se gozó su concierto con su público (y viceversa). 
 
CIUDAD CCS / FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA DE DANIEL HERNÁNDEZ

Noticias Relacionadas