07/11/2023.- Algunas veces, una se acuerda (o le recuerdan) de golpe de alguien en quien no piensa casi nunca, pasa con excompañeros de estudio o trabajo, con familiares lejanos, es decir, con gente transitoria y más o menos irrelevante. Hoy fue una de esas veces, leyendo un mensaje en X (Twitter), donde subieron un fragmento de video de una entrevista a Juan Guaidó opinando sobre las próximas elecciones presidenciales argentinas. Primero, el desagradable choque: "¿A este tipo todavía lo entrevistan?" Y segundo: "¡Ah cierto que solo en la Narnia de mi mente este personaje está preso y no danzando por ahí!" Pero como dicen, esto es lo que hay. Impunidad rampante.

El caso es que, sorpresa de las malas por delante, me vi el video completo. Con su característica e insoportable verborrea, Guaidó instaba a los argentinos a votar, para no seguir el mal ejemplo de “Venezuela (donde) se perdió la democracia por no participar, por dejar el voto en blanco y la abstención” (sic). Ciertamente sorprenderse por la facilidad con la que se miente, manipula y se habla gamelote en esta época viene siendo de ingenuos, pero confieso que lo hice. Toda la escena fue nefanda.

¿Qué tan bajo tiene que ser el nivel del periodismo para que Juan Guaidó reciba trato de “presidente” en cámara y encima se le consulte por elecciones presidenciales? Debe ser algo así como cuando toca salir al aire y cancelaron los entrevistados previstos y toca improvisar. Lo que salga. Quien atienda. Y ni así se imagina uno una redacción seria diciendo: “Llamen a Guaidó”. Juancito es un meme nacional e internacional, un meme que alude a incompetencia, boconería y mala dicción. Y aun así le dan pantalla.

A nadie –en la producción del programa, ni en quienes difunden vía redes– le importa poner a hablar de democracia y elecciones a alguien que se autoproclamó presidente en una placita, a alguien que no ha hecho sino vociferar que en Venezuela no hay elecciones libres (que ahora reclame que la gente se abstuvo ya es una contradicción ¿no?), a alguien que no puede hilar dos oraciones, a alguien que se dedicó a robar, a un ejemplo mundial del caretablismo. Dirán que es un programa extranjero, que ahí no saben, que allá no importa nada, que apoyan a un tipo que anda con motosierra y delira en TV nacional; pero eso no es excusa. Esa es la “información” que le ofrecen a la gente, en cualquier país. Esas son las fuentes. Esas son las declaraciones. Eso es lo que se presenta como opinión calificada y lo que se riega como “verdad”. Cuando algunos dicen que el periodismo ha muerto, no es difícil creer que tienen razón. Cosas veredes, Sancho.

Mariel Carrillo García