Arte de leer | Equinoccial de Gustavo Pereira
Alientos que trasgreden los lapsos y distancias, donde la voz siempre es canto
14/11/2023.- La poesía es una especie de traducción de sensaciones y sentimientos. Esa composición de versos puede contener fantasías e historias, una invención construida desde un imaginario colorido y alimentado por lo real. Es la transformación del pensamiento en imagen y palabra:
Memorial del desterrado
En mi infancia una mujer se agazapó en mi lecho para desposeerme de desdichas
Le entregué cuanto tenía
Un puñado de arena y de inocencia
Después me amordazó a sus brazos
y abandoné en ella mi antigua serenidad
Otra mujer rehizo mi tristeza
Otra mi desventura
Una me cedió su orgullo a cambio de mi insignificancia Otra me trajo
el légamo de su vientre para que lo moldeara como un trono
Una Ahora Lejana abdicó en mí la flor de engaño que la poseía
y otra a mi lado agostó su fulgor para que mi penumbra no sorprendiera
el despilfarro de su amor
Un relámpago solitario iluminó mi vida desde entonces
Y desde entonces tuve a la vida como rastro pasajero
El amor la pasión la música de las constelaciones el alegre temblor
del vino en la copa cierta frágil conciencia de eternidad la salida
del sol todos los días tras la mañana el océano que arrastra
su pertinaz espalda sobre el mundo la miel entre dos cuerpos
frenéticos y ávidos el universo abierto como
un viaje sin retorno
me sometieron a su reino
La condena me desterró a la poesía.
Y en esta forma de mostrar lo que se vive desde adentro, el acto de poetizar es una acción contemplativa, un ejercicio creador de luces habladas, de alientos que trasgreden los lapsos y distancias donde la voz siempre es canto:
Somari en el cuello de un cisne
Como en el cuello de un cisne llegado de la niebla para atestiguar mi destierro
acampo por fin en tu carne
Ni siquiera un hogar tuve entre tanta palabra
Por toda morada poblé la tempestad
No bastaron las fiebres del trópico ni el acero
de los glaciares para distanciarme de tu sombra
A todas partes te seguí cristal de mi espejismo
Hasta que hallé en la lejanía el abalorio de tu rastro
y te convertí a mi destino.
Gustavo Pereira es un encantador de momentos. Su escritura es toda pasión y divertimento. Por esta razón, la Fundación Editorial El perro y la rana nos obsequia Equinoccial, un conjunto de textos lúdicos que alumbran el espíritu.
Son estos versos un jarabe de calma, elíxir para sentir lo etéreo, donde lo que pudiera parecer inverosímil es un legendario ardor:
Cartel de amante
Por cada segundo de dicha
el amor cobra intereses
impagables.
Para leer estos versos es necesario estar dispuesto a asumir el arrebato del pensamiento. El poeta concibe la existencia en la militancia de la palabra:
Somari de las tentaciones
La vida apostó a mi lado tentaciones
y a todas sucumbí
excepto a la amargura.
Las ternuridades del alma se construyen con la acción y concreción de la voluntad del ser. El mayor legado de Gustavo Pereira es ser consecuente con sus ideas, donde la solidaridad, el amor por el prójimo y sus querencias personales están bajo el registro de su obra poética.
Ricardo Romero Romero
@ItacaNaufrago
artedeleer@yahoo.com
Gustavo Pereira (Punta de Piedras, Venezuela, 1940)
Poeta, ensayista, crítico literario, docente y editor. Doctor en Estudios Literarios de la Universidad de París. Fundador de la revista Trópico Uno. Su obra es considerada por los académicos como una de las más importantes de la literatura venezolana y latinoamericana, que le hizo merecedor, entre otros, del Premio Nacional de Literatura. Entre sus libros publicados están: Preparativos del viaje (1964), El interior de las sombras (1968). Los cuatro horizontes del cielo (1970), Poesía de qué (1971), Libro de los somaris (1974), Segundo libro de los somaris (1979), El peor de los oficios (1990), La fiesta sigue (1992), Escritor salvaje (1993), Costado indio (2001) y Los seres invisibles (2005).
Pereira, G. (2018). Equinoccial. Edición digital: Fundación Editorial El perro y la rana.
Descárgalo gratis: http://www.elperroylarana.gob.ve/wp-content/uploads/2018/03/equinoccial.pdf