24/11/2023.- —¡Hay que romper con todo! La verdad es que el compañero Milei nos dejó locos de bola a bola. Un verdadero candidato sincero. Un hombre que dice lo que piensa. No como nosotros, que decimos vainas sin pensar, o muchas veces no decimos lo que pensamos, o nosotros nos entendemos. El compañero Milei insultó al papa Francisco, insultó a sus padres, habla con Dios y con su perro muerto, y prometió acabar con el Banco Central y romper con China y con Brasil, y al carajo los enfermos. Nosotros no hemos llegado a tanto. Es verdad que hemos quemado instituciones públicas, incluso escuelas con carajitos adentro, y hemos quemado gente con cara de chavistas y hemos lanzado bombas puputov y hemos intentado dar golpes de Estado con drones y con plátanos. Carajo, esas son pendejadas al lado de todo lo que ha dicho el compañero Milei, y, sin embargo, lo eligieron Presidente los argentinos, quienes, por lo visto, son gente más pensante e inteligentes que nosotros, porque allá nació gente como un escritor ciego al que nombran mucho, un tal Borges, que no tiene nada que ver con el canciller de Guaidó, es decir, con Julio Borges; este parece que se llama Jorge Luis. También nació un guerrillero partidario de las dictaduras que le decían el Che. Igualmente de allá es el papa Francisco, al que el compañero Milei le dijo imbécil o estúpido, o cualquier cosa, porque nosotros somos así: ofendemos sin importarnos un carajo a quién ofendemos.

En verdad que a los argentinos les estaban cantando un tango tan arrecho que tuvieron que elegir al compañero Milei. Parece que el Sergio Massa, el candidato que también era el responsable de la economía del país, tenía al país en la miseria mayor, y estaba prometiendo la felicidad económica, y nadie le creyó un carajo porque si no lo había hecho ahora, que estaba al frente de la economía, mucho menos lo iba a hacer como Presidente. Así que el compañero Milei la tenía papaya con ese candidato, pues todo el mundo sabía que la Massa no estaba para bollos. Pero lo que sí nos dejó turulatos fue que, al ganar el compañero Milei, salieron los compañeros Manuel —Monómeros— Rosales, Enrique —Embajada— Radonski y María —Súmate— CM a felicitarlo y a desearle unas felices Pascuas y un próspero Año Nuevo. Es decir, dime a quién felicitas y te diré quién eres. Se nota que los tres están de acuerdo con todo lo que ha dicho el compañero Milei, solo que no han tenido las bolas ni los ovarios para anunciarlo. También otro que se fue de boca fue el Conde del Guácharo. También publicó en X felicitando al compañero Milei y al compañero Macri. Hay que decirlo: Macri también volvió, volvió, volvió… al poder.

La compañera María —Súmate— CM salió por ahí pidiendo que suspendan el referéndum, como lo pidió Guyana en la Corte Internacional de Justicia. Esa vaina debe ser una orden que le dieron desde el exterior, o la ExxonMobil, porque no se explica esa vaina. Lo que pasa también es que nosotros entramos en el modo Milei, y de repente con ese tipo de declaraciones se ganan votos, aunque todos sabemos que ella está inhabilitada para participar como candidata, pero no está inhabilitada para hablar de esas vainas. La verdad es que coincide con la gente de Guyana y con la ExxonMobil y con Estados Unidos. Y, por un momento, aunque sea por un momento, uno tiene que recordar que es venezolano de la pura capital, y defender ese pedazo de territorio, para que no digan que nosotros no somos patriotas. Es verdad que el mundo es y será una porquería, pero por ahora uno lucha y se desangra y sigue de frente contra esta dictadura, pero hay que saber hacerlo, porque hemos cometido muchos errores. En cambio, el compañero Milei, en menos de lo que canta un gallo, con dos años echando vaina, ya es Presidente de Argentina. De Argentina, el país de los egos más grandes del mundo, que es ancho y ajeno. Seguro que ahora van a salir diciendo que tienen el Presidente más loco del mundo, que no se para ni un momento.

El papá de Margot, cuando se enteró del triunfo de Milei, se fue al cuarto diciendo: "Argentina, cuesta abajo en su rodada". Y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro, que la vecina pegó un grito: "Vete para Argentina, muérgano".

—Volver, con la frente marchita… —me canta Margot.

Roberto Malaver