01/12/2023.- La emoción se ha despertado y parece ser contagiante. Venezuela toda, Venezuela unida, parece haber abandonado el nicho del eslogan para convertirse en sentimiento. Esto es un dato importante y que debe ser evaluado por la alta dirigencia política del país, ya que marca un hito a considerar de cara a la vida de la nación posterior al 3 de diciembre. Esa emoción contagiosa, ese sentimiento de unión nacional, debe canalizarse adecuadamente y además atarse a acciones concretas que muestren el triunfo de la unión lograda en la cotidianidad de la nación. Si no se hace de esa manera, se corre el riesgo grave de pasar, de manera abrupta, de una emoción positiva a una negativa. Y se puede convertir en frustración.

La sensación de éxito se encuentra por todas partes, salvo en las mentes tóxicas de los que sueñan con que no se exprese masivamente el país para que gane el gran capital de la ExxonMobil y su gobierno títere en Guyana. La gran mayoría de venezolanos y venezolanas afirma hoy que el referéndum será un éxito rotundo. Sin embargo, empieza a preguntarse qué se va a hacer después. Es allí donde la conducción sabia de la alta dirigencia debe hilar fino ante la opinión pública nacional e internacional; la diplomacia de paz debe arreciar y todas las misiones diplomáticas deben activarse a lo largo y ancho del planeta para mostrar el mensaje dado desde ya por Venezuela y que seguramente será muy fuerte el próximo 3 de diciembre. Además, desde este momento deben mostrarse las líneas de acción del plan para recuperar, repoblar e iniciar el proyecto de vida para todas y todos aquellos que se mantengan como fuerza viva en el nuevo estado Esequibo.

Hay mucho por hacer con la emoción reinante. Es un buen momento para comenzar a convertirla en energía positiva que motorice el nacimiento de esa nueva organización territorial, desde donde todos los días nos llega la luz del alba.

Dr. Luis Lira Ochoa