Araña feminista | Seguimos de moda en la Ruta Verde
Escribo esto para quienes dicen que esta lucha es una cosa de moda
La lucha por los derechos sexuales, reproductivos y la despenalización del aborto tienen más de 40 años de historia en nuestro país. De sus inicios tenemos registros –como el libro En defensa del aborto de Giovanna Mérola (1979)– e hitos, como cuando en 1981 la Federación Médica Venezolana presenta una propuesta al Congreso Nacional donde se caracteriza al aborto como un problema de salud pública, que debe tener un tratamiento libre de fundamentalismos religiosos, o en tiempos de revolución donde se presentan las propuestas de reforma del código penal por un movimiento amplio de mujeres para librar a todas y todos de los arts. 430 al 434, que penalizan el aborto libre y seguro. Escribo esto para quienes dicen que esta lucha es una cosa de moda, una forma de entrismo a la Revolución, alguna especie de fiebre adolescente o, peor, un signo del fin de los tiempos.
En estos más de 40 años de lucha, no solo hemos probado que no somos una moda pasajera sino, también, que somos un movimiento que lucha por la vida. Sí, la vida de las mujeres, niñas, adolescentes y cuerpos gestantes. Y no luchamos por la vida en términos de subsistencia, luchamos por vidas dignas, libres de violencia, por vidas donde estén garantizadas las condiciones para desarrollarse plenamente. Una de esas condiciones es poder decidir libremente sobre el cuerpo, sus capacidades reproductivas y si continuar o no con un embarazo inesperado, no programado, producto de una violación, en resumen, no deseado.
Luchamos por abrir un debate libre de fundamentalismos religiosos sobre el aborto. Nosotras entendemos que las prácticas religiosas son personales. Nuestras propuestas no vulneran el poder decidir según las creencias religiosas, todo lo contrario, nuestras propuestas garantizan a todas las personas de todas las religiones, sean creyentes o no, el ejercicio de los derechos humanos referentes a sexualidad y reproducción que han sido aceptados por nuestra República en acuerdos internacionales.
La lucha por la despenalización del aborto es uno de esos espacios donde se concreta realmente la unidad dentro de la diversidad. Más allá de la polarización política, esta bandera nos acoge a muchas y una prueba de esto es la Ruta Verde, una campaña y plataforma que reúne más de 20 organizaciones y un sinnúmero de individualidades de todo el país y diversidad de tendencias políticas, prácticas religiosas, culturales, identidad étnica y clase social.
La Ruta Verde es una campaña y plataforma por la despenalización legal y social del aborto en Venezuela, que por segundo año consecutivo convoca el 28 de septiembre, Día Internacional de Lucha por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, a una movilización. La concentración en plaza Morelos es a partir de las 9 a. m., y esperamos caminar, bailar y gritar consignas por el derecho a abortos libres, seguros y acompañados hasta la Ceiba de San Francisco en Caracas.
Entre las principales demandas de la plataforma y del movimiento feminista venezolano, está la derogación de los artículos del código penal que condenan a la cárcel a mujeres, niñas y adolescentes que hayan abortado, sin importar las circunstancias que rodean esta decisión.
Otra de las características históricas de la lucha por la despenalización del aborto es su carácter propositivo. Honrando este legado, las organizaciones de la Ruta Verde han elaborado el Proyecto de Ley Orgánica sobre Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos. Actualmente, está en el proceso de recolección de firmas para elevarla como iniciativa popular ante la Asamblea. Seguimos en lucha por educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto seguro y acompañado para no morir.
Alejandra Laprea