01/01/24.- "Será que la necedad parió conmigo, la necedad de lo que hoy resulta necio: la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio”, una trova identificable que define un poco a Cuba, a su carácter y que hoy, se nos hizo sonar esta mañana que celebra 65 años de revolución.

Una nación caribeña que siempre ha estado en la palestra, y que logró tras muchos intentos liberadores un 1 de enero de 1959, una nueva etapa histórica que se da con la caída-huída del dictador Fulgencio Batista, dejando atrás cuatro siglos de control colonialista estadounidense.

La actuación fue inmediata por parte de Fidel Castro, se promulgaron las primeras reformas constitucionales, entre ellas la estructura de la Ley de Reforma Agraria del 17 de mayo, con la que la figura de latifundio quedaba derogada y se nacionalizaron las tierras que pertenecían hasta ese momento a terratenientes particulares, las cuales fueron entregadas en propiedad a campesinos. Se dio la nacionalización de todas las propiedades estadounidenses de la isla y cancelaron las cuotas azucareras con las que Estados Unidos gozaba del monopolio azucarero en el Caribe y América. Eso, por mencionar algunas cosas.

Todo ello tuvo un precio, el hostigamiento y el bloqueo económico, comercial y financiero por más de seis décadas por parte de los gringos.

Cuba celebra una cruzada que comenzó por los años 60´, con la influencia de mentes liberadoras como las de José María Morelos y Pavón, Simón Bolívar, Antonio Maceo y José Martí, entre otros. Los movimientos emancipadores se profundizaban y la promesa de Fidel Castro desde aquel exilio en México en 1956 se hizo posible tras los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes que fungieron como motores.

Cuba celebra una victoria rebelde que fue faro para Latinoamérica. Cuando logra debilitar y desmoralizar a las tropas batistas también logra torcerle un poco el brazo al opresor estadounidense, cuando este le retira la confianza al dictador.

Es hasta bonito recordar a esos necios rebeldes metidos en el monte, unos con Fidel haciendo estrecho el cerco a Santiago de Cuba. Y los otros, con los comandantes Ernesto "Che" Guevara y Camilo Cienfuegos en Las Villas ganaban combates tras otros y se aprestaban a darle la estocada mortal al tirano Batista; el primero, con el asedio y toma de la ciudad de Santa Clara, en el centro de Cuba, y el segundo, con el combate de Yaguajay.

Esa columna medular sigue su marcha hacia La Habana, por supuesto con impedimentos, piedras de tranca que proseguía la embajada yanqui. De esas luchas sordas que bien entendieron y supieron sortear los comandantes Castro y Guevara.

Mientras el dictador huía, desde un balcón se oia a Fidel ¡Revolución Sí! Golpe militar No!para detener aquella ofensiva sorda y confusa que enmarañaba al pueblo cubano con una Junta de Gobierno. Fue esa prácticamente la proclama de un proyectó que se asentó con un lema: "tendrán siempre servidores leales, que solo tendrán por divisa servirles”.

Aquellos primeros días de enero, la radio informándolo todo, el pueblo se lanza a las calles en toda Cuba; la gente se abraza, repican las campanas. Flamean banderas cubanas y del 26 de Julio.

CIUDAD CCS