15/01/2024.- A Israel, Estados Unidos (EE. UU.) le ha conferido una gigantesca ayuda militar y económica, entre estas, la dotación de casi un centenar de ojivas nucleares y de otra índole. Todo sin camuflar sus intereses vitales antiárabes y la lealtad para sostenerse unidos ante cualquier evento antisionista o antiimperialista.

Atar a los promotores de una nueva guerra nuclear es la labor más considerable en nuestro planeta para cumplir las reglas reflejadas en la Carta de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Sin embargo, esto se ha hecho cuesta arriba, manteniéndose en un letargo por carecer del activo apoyo de una coalición de países miembros que se opongan al nazismo, el fascismo y/o el sionismo.

Según algunos expertos sobre temas bélicos, una fortuita casualidad, un mal cálculo, un error técnico y hasta el antojo de un demente, criminal de guerra o enfermo por exterminar a las poblaciones civiles palestinas, y desestabilizar el Oriente Medio, puede desencadenar un torbellino nuclear.

Un reciente punto álgido lo constituyó una peligrosa declaración del ministro de Patrimonio de Israel, Amichai Eliyahu, al anunciar al mundo que se debería lanzar una bomba nuclear sobre la Franja de Gaza. Hoy, en tan aciagos momentos de genocidio consumado por el Estado de Israel en la población civil de Gaza y Cisjordania, se hace necesario constituir urgentemente un Tribunal ad hoc que decida establecer juicios contra los que cometan crímenes de guerra, asesinatos, exterminios, deportaciones, persecuciones políticas y actos inhumanos que conlleven, y, en razón de su peligrosidad social, se dicte la privación de libertad a los personajes guerreristas que resultasen culpables y condenados por ese órgano.

En la Franja de Gaza, desde el 7 de octubre de 2023, la agresión del ejército de Israel ha ocasionado más de 90 mil víctimas, entre muertos, heridos o desaparecidos, un 4% de la población total de Gaza. Más de 23 mil asesinatos de palestinos en más de tres meses, denunció la ONG Monitor Euromediterráneo de Derechos Humanos. Los ininterrumpidos ataques aéreos, terrestres y marítimos de las fuerzas armadas de Israel han destruido más del 70% de las instalaciones e infraestructuras civiles de ese enclave costero. El gobierno de Israel, en sociedad con el indispensable consentimiento del gobierno de Estados Unidos (EE. UU.), ha tenido el descaro y la desfachatez de justificar la matanza de la población palestina en Gaza y Cisjordania con el rebuscado pretexto del derecho a la defensa.

Es urgente, en las condiciones y en un contexto de guerra como el que se vive el Oriente Medio y Europa, cooperar de manera eficaz a alejar las manos de los disparadores que dirigen la ofensiva militar de un país tan bélicamente peligroso como Israel. Se debe procurar usar dispositivos de seguridad que ofrezcan garantías para asegurar una paz duradera e impedir una guerra nuclear. Cuesta imaginar que llegue el fin de una gran parte de los más de 8 mil millones de seres humanos que habitan el planeta Tierra.

Expertos académicos en seguridad y armas nucleares del área de investigación de la norteamericana Universidad de Princeton, ubicada en Elizabeth, en el estado de Nueva Jersey, lanzaron al mundo unas simulaciones con unos cálculos espantosos. Aseveran que, en una guerra nuclear entre EE. UU. y Rusia, en cuestión de pocas horas podrían producirse 34 millones de muertos y más de 57 millones de heridos. No olvidemos, a la par del momento histórico, político, militar y psicológico en el Medio Oriente, que la tirantez actual entre Israel y los países árabes podría generar también una guerra nuclear en pequeña escala.

Por ello, un cambio medular en el enfrentamiento a la política guerrerista actual debe propiciar un diálogo, eso sí, un diálogo profiláctico para evitar pisotear el derecho internacional, que es el que regula la cooperación pacífica entre los participantes en los conflictos bélicos. Una multitudinaria manifestación reciente de pacifistas en Copenhague, Dinamarca, repudió el genocidio de Israel contra Palestina. Se calculó la presencia de más de 100 mil daneses en esa manifestación, quienes pedían enjuiciar a Biden y a Netanyahu por los crímenes contra mujeres, niños y ancianos palestinos.

J. J. Álvarez