Comentarios noticiables | María Corina no va para el baile

Perdón, para las elecciones que se avecinan

03/02/2024.- El nuevo intento de magnicidio contra el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, continúa destapando la parte visible y no visible de lo que no se puede desconocer en la problemática entre la Administración de Estados Unidos (EE. UU.) y el gobierno de Venezuela. EE. UU. no escatima esfuerzos para tratar de demoler, con el acoso mediático, agresivo y permanente, el proceso revolucionario que acontece desde que el comandante Hugo Chávez llegó al poder en 1999. A simple vista y en medio del gran volumen de información que ha generado tal hecho, se mantiene la pretensión de la Casa Blanca de buscar una salida golpista contra el presidente Nicolás Maduro, con la proporción y la profundidad de la injerencia de la CIA y la DEA en los asuntos internos de Venezuela. No obstante, Maduro ha esquivado la mayoría de las trampas y las dificultades de ese intento de la administración Trump y ahora de la de Biden.

María Corina Machado Parisca, achacosa dirigente de la ultraderecha apátrida, lidera un sector de la oposición dado a conocer por un parapeto de primarias de partidarios que caló cerca del 24% de la cifra obtenida por el candidato opositor, Henry Falcón, en los pasados comicios presidenciales del domingo 20 de mayo de 2018. Ella ha hecho creer a sus correligionarios que la actual política exterior de EE. UU. respecto a nuestro país tiene total apoyo de la oposición local. Nada más falso, porque la gran mayoría opositora denegó tal afirmación en la Asamblea Nacional. La inhabilitada por corrupta y golpista, María Corina, saturada de soberbia, asume que ella es la única que puede sacar al sector opositor del atolladero político organizativo en que se encuentra, apostando a una victoria en un eventual golpe de Estado que ella aún supone está al alcance de la mano de Washington.

Pero eso no es todo. La irritable señora Machado Parisca, embriagada de ceguera y odio políticos, se ha creído muy segura de hacer lo que le viene en gana. El respaldo que tiene de la ultraderecha venezolana pitiyanqui —y esta a su vez de EE. UU.— le ha proporcionado una posición muy cercana a la que tuvo el terrorista ladrón, Juan Guaidó, ese autoproclamado presidente que fue fabricado por el Departamento de Estado. Guaidó, hoy prófugo de la justicia venezolana, ávido de protagonismo y de dinero, se ha robado millones de dólares pertenecientes al patrimonio del Estado venezolano, con la complicidad de Washington.

En la sede de la Casa Blanca se han elaborado los diferentes métodos de tomar el poder en Venezuela, alentando a la contrarrevolución a tomar el poder por la fuerza, con el juicio político o por la vía del desarrollo de la llamada revolución de colores. En Venezuela, el gobierno y el pueblo organizado, en el PSUV, en el Polo Patriótico y demás movimientos sociales, han impedido que esto suceda. La CIA, la DEA y el gobierno norteamericano insisten y están impulsando tozudamente la candidatura de la señora Machado Parisca, a sabiendas de que la susodicha opositora está inhabilitada por el término de quince años, según Sentencia n.° 0005 de la Sala Político Administrativa, de fecha 26 de enero de 2024, dictada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

El TSJ, fortaleciendo el orden jurídico nacional, dictaminó inhabilidad a la ciudadana Machado por estar incursa en delitos contra las disposiciones del Poder Público de la República Bolivariana de Venezuela, preceptuados en la Constitución y la ley. La seguridad y defensa integral de la nación —conectada con los servicios de inteligencia y la contrainteligencia— ha determinado que la señora María Corina Machado Parisca está al servicio de una potencia extranjera con una declarada sumisión mental y con embelesada mirada hacia el sistema político social estadounidense. Ella perdió la conciencia nacional y dejó de ser una venezolana al cien por ciento, hasta el punto de asemejarse con los partidarios de la política exterior de EE. UU. y volverse una mera sirvienta.

Hoy se puede decir que es una buena noticia que la señora María Corina no vaya para el baile, perdón, quise decir para la fiesta electoral presidencial que se avecina.

 

J. J. Álvarez


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