05/02/2024.- El 10 de febrero de 2024, marca el inicio del año del Dragón de Madera, un ciclo que se terminará el 28 de enero de 2025.

Para muchos es el fin de un gran ciclo para la humanidad y para otros, el inicio de grandes transformaciones. Un año en el que en las relaciones internacionales está marcado por un gran protagonismo de China, por su impacto y gran debate en la gobernanza y revitalización de las organizaciones internacionales, su dinámica económica y su impacto en las grandes cadenas de suministro, y su rol armónico y mediador en la sociedad internacional, la cual está caracterizada, según las últimas actualizaciones de las perspectivas económicas mundiales del Fondo Monetario Internacional (enero 2024) por:

• Proyecciones que sitúan el crecimiento mundial en 3,1% para 2024. Ubicando a China con una proyección de crecimiento de 4,6%, Estados Unidos en 2,1% y la región América Latina en 1,9% en 2024.

• Proyecciones que sitúan el crecimiento del comercio mundial en 3,3% en 2024 y en 3,6% en 2025, por debajo de la tasa de crecimiento promedio histórica de 4,9%.

• El aumento de las perturbaciones en el comercio y la fragmentación geoeconómica que seguirán lastrando el nivel de comercio mundial, marcados por el conflicto en el mar rojo y su afectación en el canal de suez, la disminución del comercio por el canal de Panamá, asociado a efectos climáticos, y el cambio en la correlación de alianzas, impactadas por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Así como, el hoy prolongado conflicto entre Israel y Palestina, que desestabiliza aún más el Medio Oriente.

• Estos pronósticos del Fondo se basan en las hipótesis de que los precios de los combustibles y otras materias primas bajarán en 2024 y 2025, y de que las tasas de interés disminuirán en las principales economías. Se proyecta que en 2024 los precios medios anuales del petróleo se reduzcan alrededor de 2,3%, mientras que en los precios de las materias primas distintas de los combustibles se prevé un descenso de 0,9%. Por lo que el rol de la OPEP es determinante para el equilibrio del mercado.

• Aunque para los economistas del Fondo los riesgos sobre las perspectivas mundiales están, en general, equilibrados; el reciente Foro de Davos presentó en su informe sobre Riesgos Globales 2024, que a diferencia del año 2023 cuando había un optimismo a largo plazo, sus resultados plantean una perspectiva negativa para los próximos dos años y empeoran para el próximo decenio, destacando, en el caso de China, la crisis en el sector inmobiliario.

En este escenario de indudables retos y desafíos globales, ¿cómo se presenta China para este 2024?

• Con un rol mediador ante los importantes conflictos globales, como una referencia de la diplomacia china en las relaciones internacionales, del diálogo constructivo, donde los principios de no injerencia, de armonía de las relaciones, de cooperar bajo la óptica ganar-ganar y de apostar a un verdadero multilateralismo, va de la mano de la revitalización de los organismos internacionales, del respeto al derecho internacional frente al unilateral “orden basado en reglas” y de trazar un camino para el desarrollo equilibrado y estructural de las naciones.

• De dinamizador del derecho al desarrollo de las naciones, que se expresa en las alternativas de financiamiento planteadas en la Iniciativas de la Franja y la Ruta, y la Iniciativa de Desarrollo Global, a través de instituciones financieras alternas como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) o el Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics.

• Como una alternativa a través de su moneda, el yuan, y del esquema de alianzas, por ejemplo, en los Brics para impulsar un nuevo esquema de pagos y de transacciones que faciliten la compra de bienes y servicios sin los obstáculos representados en el sistema coercitivo estadounidense.

• Con mayor participacipación en el desarrollo de normas para incidir en la gobernanza global, que permita al Sur Global incidir en las normas que regulan su participación y desenvolvimiento de los asuntos internacionales, nuevas normas que permitan la representación de una realidad, muy diferente a la establecida en el sistema multilateral al final de la Segunda Guerra Mundial.

Su rol como potencia y actor responsable para reequilibrar la balanza en la dinámica internacional se refleja en la actualización de la Ley de Política Exterior, que entró en vigor el 1 de julio de 2023, y que abre el alcance de su diplomacia para implementar sus iniciativas globales como la iniciativa de Seguridad y Civilización Global para avanzar en la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad; en el pensamiento sobre la diplomacia, expresado en la Conferencia Central sobre el Trabajo Relacionado con Asuntos Exteriores, desarrollado en diciembre de 2023 bajo la dirección del presidente Xi Jinping, donde se destaca para 2024 que:

China debe mantener principios claros sobre cuestiones cruciales para el futuro global, cumplir con sus responsabilidades como país importante, promover la estabilidad y prosperidad mundial, y defender la independencia y el desarrollo pacífico. Mantener tradiciones diplomáticas, promover innovaciones teóricas y prácticas, y oponerse a la hegemonía y la política de poder. El objetivo es abrir nuevos horizontes en la teoría y práctica diplomáticas de China, dando forma a nuevas dimensiones en sus relaciones globales.

China, como una expresión del Sur Global, trabaja por un mundo multipolar igualitario, ordenado y una globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva. Rechaza el hegemonismo, las políticas de poder y el abuso del concepto de seguridad, promoviendo una democracia en las relaciones internacionales, caracterizada por la diversidad de cultura y civilizaciones. Su rol este 2024, ante la diversidad de conflictos, exige una mayor dinámica y presencia de la diplomacia china en el mundo y, por ende, una voz que acompaña a las naciones del Sur Global para impulsar el desarrollo económico y social de las naciones.

Orelys Castillo