09/02/2024.- La disputa por el lenguaje inclusivo se remonta aproximadamente a la década de los setenta, cuando el movimiento feminista manifestó la poca notabilidad y la representación despectiva que tenía el género femenino en el uso formal e informal de la lengua. Durante los últimos años ha ganado valor, ya que el lenguaje es una herramienta poderosa que permite construir una sociedad más equitativa y respetuosa.

A medida que progresamos hacia una mayor conciencia sobre la importancia de reconocer y respetar las diferentes identidades y experiencias, el lenguaje inclusivo se va convirtiendo en una forma de comunicación que busca evitar la exclusión y discriminación de ciertos grupos de personas. Por ejemplo, en lugar de decir: "Todos los estudiantes", se puede decir: "Todas las personas estudiantes". Al hacerlo, se reconoce, se valida la existencia y se le da igualdad de derechos a cada individuo.

En Venezuela, la Asamblea Nacional ha trabajado en la promulgación de una Ley para la Promoción y Uso del Lenguaje Inclusivo, cuyo objetivo es promover y garantizar el uso de una locución respetuosa y no discriminatoria, que garantice la igualdad entre las personas.

El lenguaje tiene un vigoroso impacto en cómo percibimos y entendemos el mundo. María Lugones (2010), filósofa y teórica de la interseccionalidad, afirma: "El lenguaje inclusivo es una herramienta poderosa para desafiar las estructuras de poder y promover la igualdad". Estas palabras nos recuerdan que el lenguaje no es solo una herramienta de comunicación, sino un medio de transformar la sociedad.

Se entiende que algunas personas pueden tener reservas o preocupaciones por el lenguaje inclusivo y les requiere un esfuerzo consciente y prácticas constantes, pero es relevante abrir espacios de diálogo y reflexión para abordar estas inquietudes y promover una comprensión más amplia sobre los beneficios que conlleva el uso del lenguaje inclusivo.

En conclusión, el lenguaje inclusivo es una herramienta poderosa, además de significar un beneficio para las sociedades. Al utilizar un lenguaje inclusivo, se están construyendo puentes en lugares donde existen barreras, formando empatía y compresión mutua. Como dijo Simone de Beauvoir: "No se nace mujer, se llega a serlo". Hay que promover y adoptar el uso del lenguaje inclusivo como una forma de respeto y reconocimiento hacia todas las personas, ya que en nuestras palabras está el poder para cambiar la realidad y construir un futuro más igualitario.

Natalia Parra