Araña feminista | Latinoamérica y el Caribe: integración para la paz
04/03/2024.- Los pueblos de Nuestramérica tejen una historia de luchas, resistencias y de deseos de ser una América unida. Desde los tiempos de Bolívar hasta el pasado 22 y 23 de febrero. en las Jornadas de Integración de América Latina y el Caribe que se celebraron en Foz Iguazú, Brasil, donde más de 1.500 personas de movimientos sociales, partidos políticos, sindicatos y otros colectivos se reunieron para seguir creando los principios y términos en los cuales nos queremos articular como pueblos.
Las jornadas empezaron con el análisis colectivo de la crisis estructural del sistema capitalista y sus consecuencias sobre los territorios, los cuerpos y los pueblos en el continente. Concluyendo que la crisis que padecemos es “el producto del propio despliegue del capitalismo en su fase neoliberal, que pone en jaque los diferentes aspectos de la sostenibilidad de la vida. Como pueblos sufrimos una crisis sistémica manifiesta en las crisis alimentarias, ambiental social y económica sin precedentes en la historia de la humanidad".
Las formas como se enmarañan en su acción los fundamentalismos religiosos que justifican, legitiman la sumisión, y son medios de reproducción del racismo y el colonialismo. Los procesos de endeudamientos internacionales que hipotecan futuros. Las transnacionales, sus lobbies, uso de la institucionalidad internacional y, por último, la instrumentalización del poder de fuego de EE. UU. El develar como estos mecanismos se interrelacionan en una agenda que se expresa en nuestros territorios con “… La precarización de nuestros trabajos y la falta de acceso a derechos básicos para una vida digna han puesto a cientos de millones de personas en una situación de “sobrevivencia” cotidiana, donde la migración se vuelve una necesidad angustiante de millones".
Pero ¿cuáles son los términos en los cuales nos queremos integrar?
“Nuestra integración regional debe asumir la descolonización del poder y la cultura y construir un contrapoder desde abajo para arriba, desde los pueblos y los territorios, enraizado en el respeto de los procesos históricos, la memoria, la ancestralidad, los cuerpos diversos y rebeldes. Debemos construir y posicionar una narrativa contrahegemónica fundamentada en la reciprocidad, la complementariedad, lo colectivo y la conciencia de ser naturaleza.” Reza la declaración final.
Asimismo se plantea una integración que ponga en el centro el trabajo como actividad que genera riquezas, garantice las condiciones de vidas dignas y sea una condición estructural de un modelo de desarrollo sustentable al servicio de la sostenibilidad de la vida. Los modelos de desarrollo y económicos que necesitamos los pueblos son los que se preguntan para quién producimos y para qué producimos y las respuestas son para nuestras comunidades y pueblos.
Una característica estructural del proyecto de integración planteado en las Jornadas es la integración de la perspectiva feminista y diversa. En su intervención Bernadete Esperança, de la coordinación de Brasil de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) destacó la importancia del protagonismo de las mujeres en los últimos años en toda la región para hacer frente al capitalismo neoliberal. Para la MMM el repunte de las violencias basadas en género es una estrategia para destruir el entramado social e inmovilizar a las organizaciones, Bernadete señala que solo se puede hacer frente a esta arremetida que cercena la vida de miles de mujeres en el continente con "… una perspectiva de unidad que incorpore al sujeto político mujer como parte de un proyecto, a partir de los pueblos, incorporando el feminismo como parte de la estrategia de lucha”.
La MMM señala que para construir un proyecto de unidad se necesita reconocer nuestra diversidad, nuestras diferencias, pero las diferencias no deben convertirse en desigualdades. Para este movimiento feminista popular sólo se conseguirá derrotar y vencer al capitalismo, si somos capaces de reconocer a los diferentes sujetos como parte de este proceso.
La representante continental de la MMM Cony Oviedo llevó la voz del movimiento continental en unión con REMTE. Para estas organizaciones es un desafío mantener una dinámica de construcción de alternativas, no solo como reacción coyuntural, sino como continuidad de procesos. Tanto como, priorizar la reflexión sobre el trabajo, la matriz productiva – reproductiva, y la matriz energética, temas que están en el centro de la disputa imperialista.
Sería imposible dar cuenta a detalle del alcance de la jornada y su intensidad, es por esto que les invitamos a mirar el acto de cierre en https://www.youtube.com/watch?v=LHfsG-wf-50.
Definitivamente la unidad es urgente y necesaria en la construcción de nuestras soberanías como pueblos como región. Es indispensable para hacer frente al imperialismo, a sus políticas extrativistas y, sobre todo, para defender a nuestro continente de la imposición de agendas guerreristas que son el orden del día en otras regiones.
Alejandra Laprea