A 11 años del paso a la inmortalidad de Hugo Chávez

Varias voces reflexionan sobre la vigencia de la obra y el legado del Comandante

Siempre con el Libertador Bolívar como ejemplo e inspiración.

 

05/03/24.- Caracas, 5 de marzo de 2013. 04:25 pm. Nicolás Maduro, quien en ese momento es el vicepresidente de la República, habla en cadena nacional de radio y televisión. Los eventos de los días previos han provocado una tensión electrizante en todo el país y por las caras que se ven en la pantalla, la escena no es prometedora.

Habla detrás de un podio y rodeado de un grupo de altos funcionarios del Gobierno Bolivariano. Luego de unas breves palabras introductorias, que parecen demorar lo inevitable, toma aire y anuncia lo que muchos temen: “...recibimos la información más dura y trágica que podamos transmitir a nuestro pueblo… A las cuatro y veinticinco de la tarde, de hoy cinco de marzo ¡Ha fallecido el Comandante Presidente Hugo Chávez Frías!”.

Las calles de Caracas, de continuo atestadas de cornetazos y zumbidos de motocicletas y humo vehicular, son atravesadas por un silencio hondo y crudo y es como si la gente se guardase fuera de la vista de los demás. La sensación es tan potente que incluso sus más enconados enemigos políticos, se inmovilizan.

El vicepresidente contiene el llanto pero atina con sus palabras, sabe que no se trata solo de un “dolor inmenso”, sino de una “tragedia histórica”, por lo que pide, a la multitudinaria legión que es el chavismo, “canalizar el dolor en paz”.

Todo cuanto ocurre a continuación del anuncio, es aún historia en desarrollo.

Se convirtió en un sentimiento que perdura.

 

De allí que enumerar todo cuanto hizo Hugo Chávez como presidente y líder político, es decir, todo cuanto se traduce en su legado, resultaría una lista muy abultada.

Y es que Chávez se convirtió, por encima de cualquier otra cosa, en un sentimiento para las personas que lo vivieron, dentro y fuera de las fronteras del país. Internacionalizar la  Revolución Bolivariana extendió la fibra de solidaridad con el pueblo venezolano, por encima de los tiempos.

En clave de presente

De Chávez siempre se habla en presente, dice el pueblo.

 

Ya son once, los años se cuentan desde el fallecimiento del Comandante Hugo Chávez y de él, como suele decir Antonio, un zapatero de Petare, “se habla siempre en presente”.

En cambio, Matilde Sosa, periodista argentina que vino a Venezuela para realizar un reportaje y se quedó desde 2004 a 2009, lo traduce como un sentimiento. Ella formó parte del pequeño equipo del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información que, semana a semana, recopilaba y procesaba todas las cifras sobre misiones, planes y proyectos que el Comandante mostraba en el programa Aló Presidente.

“Yo, siendo argentina, trabajé para el Comandante ¡Y eso lo digo con orgullo! Y, por esas cosas de la vida, Yuri Pimentel y luego William Lara me recibieron en el recién creado Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información. Siguiendo a Chávez conocí la Venezuela profunda que lo amaba. En cada pueblada que visitó con su Aló Presidente, pude estar cuerpo a cuerpo, ser una más y enterarme de cómo era Chávez. Entonces, ¡cómo no amarle!, si él mismo ante todo era uno más, es decir, Chávez era, ante todo, pueblo”.

Vigencia

Su última campaña electoral en todo el país fue multitudinaria.

 

Aunque Chávez está ausente físicamente, el académico mexicano Fernando Buen Abab estima que “es una ausencia que se compone de muchas presencias. No solamente por la memoria afectiva, personal de algunos que tuvimos la enorme suerte de conocerlo y tener algún nivel de amistad con él, sino la otra presencia, que es su vigencia”.

Para el especialista en Filosofía de la Comunicación, Chávez es una presencia “y una  realidad en la palabra del pueblo, que lo repite, que lo asimiló como un líder que logró volverse carne en su pueblo”.

Dice, además, Fernando Buen Abad que el líder bolivariano demostró poseer una enorme “capacidad de atracción para llevar la reflexión, su conducta y orientaciones, hacia la práctica en el campo de las transformaciones revolucionarias. Su muerte es una forma de vida. Yo no veo todavía que, incluso sus peores enemigos, hayan logrado, en el campo de la manipulación simbólica, sepultarlo, en el sentido de considerar su obra como un objeto decorativo, del pasado. Chávez está presente y su obra es un instrumento para el combate, para la memoria. Para nutrir la ética y la moral de la batalla. Allí está más vivo que nunca, al lado de los tantos hombres importantes, que han hecho procesos revolucionarios en América Latina y en el mundo”.

El dirigente

"Alca, Alca... al carajo".

 

Beto Almeida es un reconocido periodista y politólogo de Brasil que escribe sobre política y sus artículos se reproducen en centenares de páginas web, periódicos y revistas. Él cree que, ante todo, “Hugo Chávez fue, en realidad, un dirigente de altísima calidad internacional” y que “su protagonismo a favor de la integración latinoamericana estuvo cargada, no solamente de mucha inteligencia, sino también de iniciativas muy originales que buscaron hacer que el petróleo se transformara en una palanca para la integración”.

Teniendo en cuenta, agrega Beto Almeida, que el petróleo es una necesidad para el desarrollo de los países y, al mismo tiempo, un obstáculo para el desarrollo interno, “Hugo Chávez fue absolutamente original, audaz y revolucionario. Puso al petróleo como una palanca de desarrollo regional. Mostró una gran comprensión histórica de los obstáculos para lograr la unificación de América Latina. Obstáculos para escapar y vencer el subdesarrollo y la miseria”.

“Hoy quiero señalar”, dice Almeida, que “Hugo Chávez destacó, no solamente por su grandeza y audacia como dirigente, sino también por su inteligencia y coraje para defender un programa histórico de integración, para superar el subdesarrollo y alcanzar una América Latina libre de opresiones”.

Poder de atracción

Con su canciller Nicolás Maduro consolidó la Diplomacia Bolivariana de Paz.

 

Durante algunos años, el periodista colombiano Freddy Muñoz Altamiranda ejerció como corresponsal de Telesur, en Bogotá.

Como él mismo cuenta, ser un periodista con una posición contestataria, con militancia de izquierda, defensor de los derechos humanos y las políticas ambientales, en Colombia significa “ser un periodista por fuera del sistema”.

Entonces, cuenta Freddy Muñóz, “cuando Chávez comienza a crear medios, que se nutren de la sangre de ese tipo de periodistas en toda América Latina, significó un punto de confluencia, para quienes estábamos apartados de las políticas del sistema de comunicación regional”.

Desde la creación de Telesur, pasando por el impulso a la comunicación alternativa y comunitaria, el liderazgo de Hugo Chávez “abrió una ventana, que oxigenó la comunicación en toda la región”.

El experimentado periodista y documentalista considera que, comunicacionalmente existen “dos puntos de quiebre en el tema de la opinión latinoamericana”. El primero, “la convocatoria que hace el Comandante a los periodistas alternativos y el tema del desarrollo de las redes sociales, que Chávez asumió inteligentemente. Eso le dio oportunidad a nuestra opinión y a nuestro pensamiento, en espacios que la derecha tenía tomados, copados. Por eso, marca una transición enorme en el tema de la comunicación”.

Líder sin fronteras

Logró elevar el nivel de conciencia hacia la unidad latinoamericana.

 

Desde Perú, Roger Taboada, uno de los dirigentes de la Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros (Antauro), asegura que Hugo Chávez cambió la faz del escenario político suramericano.

“El paso del Comandante Chávez por la historia de Latinoamérica, significó la apertura de nuevos escenarios, no solamente para nuestros pueblos, sino para el mundo. Su ejemplo de unidad, de lucha antiimperialista, y de consecuencia revolucionaria, serán siempre un ejemplo para el nuevo despertar de la región”.

Taboada remarca que el Comandante Hugo Chávez señaló un camino de unidad, “que es el camino de la restauración del pensamiento, de la idea continental, tal como lo soñó el Libertador Simón Bolívar, y nosotros, por supuesto, seguimos enarbolando esas banderas desde comienzo de este siglo”.

De cualquier pueblo de este continente, siempre llega una voz amorosa y solidaria con Venezuela. Algo que, sin duda alguna, forjó el Comandante Chávez con su práctica de unidad y esperanza en un país y un mundo mejores.

Quizá por eso, siguió siendo consecuente hasta en el último de los mensajes que publicó en su cuenta de Twitter (ahora X), el 18 de febrero de 2013, “(...) ¡Hasta la victoria siempre, viviremos y venceremos!”.

 ERNESTO J. NAVARRO / CIUDAD CCS


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