09/03/2024.- No cabe duda de que importa mucho el período presidencial en nuestro país; ello, de por sí, es un gran logro de la democracia socialista bolivariana, pero esto no solo es justo cuando se cumple como requisito de una consulta democrática de base poblacional con la realización del proceso comicial por parte del Poder Electoral. También interesa cómo se debe elegir, que no es tan simple como parece. Claro, el hecho de que se pueda hacer una elección bien fundada no elimina el riesgo de que se tenga derecho a votar sin derecho a elegir. Un punto de inflexión de este dilema es la práctica de la dirigencia de los partidos de derechas, que no dejan de manifestar su fuerte conservadurismo.

Recientemente, el Consejo Nacional Electoral (CNE), que ejerce el Poder Electoral en Venezuela, decretó la fecha 28 de julio de 2024 para la celebración del proceso electoral, cuyo cronograma tiene el visto bueno de todas las organizaciones políticas que a bien participarán en los comicios de este año.

La convocatoria relativa a la elección presidencial por parte del CNE comenzó a partir del día martes 5 de marzo del presente mes; el registro nacional se realizará entre el 18 de marzo y el 16 de abril de 2024; las postulaciones, entre el 21 y 25 de marzo; la campaña, del 4 al 25 de julio próximos, etc. Todo ello será reglamentado y determinado por el Poder Electoral, según la Constitución y las leyes respectivas sobre materia electoral.

El acto de votación estará dándose dentro del territorio de la República Bolivariana de Venezuela, en el que el desarrollo de las personas, la dignidad y el ejercicio democrático de la voluntad popular serán defendidas por el Estado, que de seguro responderá a la característica de unas elecciones verdaderamente democráticas.

Aquellos que no veían nada censurable en los gobiernos adeco-copeyanos, vale decir, en la esclavización política y económica de Venezuela que mantenía Estados Unidos y algunos de sus aliados europeos, hoy pretenden prender la mecha de un conflicto nacional contra los comicios presidenciales venideros. Con seguridad, los sorprenderá otro grave error de cálculo y de nuevo fracasarán. A los políticos pitiyanquis de Venezuela les ha fallado la estrategia contra la patria que los vio nacer, ya que ahora no son tan capaces de sembrar la penuria y el desaliento, que son inaceptables desde todo punto de vista cuando se trata de ampliar el proceso democrático actual.

Aun la intención de la ultraderecha venezolana de hacerse con el poder por las malas sigue con su plan y persiste con la amenaza del complot mientras tenga el respaldo de la burguesía local dirigida desde Washington. Pero el presidente Nicolás Maduro, líder de la Revolución Bolivariana, siempre ha estado a la defensiva para enfrentar las dificultades, por muy peligrosas que ellas sean. Por ello, corresponde el turno al CNE de promover sus postulados para garantizar la participación ciudadana en la consulta popular del 28 de julio de 2024.

Importa que el CNE y las organizaciones políticas atraigan el mayor número de electores para que participen con más interés en la importante campaña política de las votaciones en su etapa más sustancial.

J. J. Álvarez