Araña feminista | Mujeres, la lucha continúa

18/03/2024.- Desde tiempos remotos las mujeres eran acompañantes del varón,  un  objeto sexual para la reproducción. Estaban relegadas ante el hombre a quien se le atribuía el mandato del hogar. Con el paso del tiempo las mujeres comenzaron a salir de su rol habitual para dar riendas al trabajo productivo y fueron dejando huella de su creatividad e invención y de la resistencia contra la injusticia y la imposición colonial. Fue un esfuerzo que costo vidas de mujeres, muchas de ellas se convirtieron en heroínas y permanecieron ocultas por muchos siglos.    

En la Venezuela actual, la mujer es  protagonista de un proceso de cambios sociales como nunca antes. Las nuevas conquistas, en los últimos veinticinco años,  comienzan con la Constitución de la  República Bolivariana de Venezuela, aprobada en 1999 que promueve la igualdad,  con un  lenguaje inclusivo y no sexista, que constituye una importante legitimación de la igualdad entre los sexos,  la visibilización de las mujeres y el respeto a su dignidad. Reconocimiento al trabajo del hogar como valor agregado. Otros instrumentos de valor son: la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y lacLey Orgánica del Trabajo para los Trabajadores y Trabajadoras. A estos beneficios se incorporan la creación del Instituto Nacional de la Mujer, el Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género, el Banco de la Mujer, la creación de las misiones sociales y los tribunales en materia de delitos de violencia contra la mujer.

También cuentan con instrumentos internacionales como la Declaración del Milenio, La Convención sobre la Eliminación de Todas Formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención de Beijing,  la Convención Belem Do Para, entre otros, firmados por Venezuela. 

Todos estos beneficios aún no son suficientes para cubrir la enorme deuda ante la defensa y materialización de los derechos de la población femenina.

Se necesita mayor activismo y dedicación a las mujeres con leyes y reformas,  desengavetar solicitudes de los movimientos de mujeres como el planteamiento por los derechos sexuales y reproductivos,  por el aborto gratuito libre y seguro, desmontar el machismo institucional de acceso a la justicia, al momento de hacer una denuncia. Hay que  erradicar  la pobreza extrema, la misoginia y la violencia política. La discriminación en todas sus aristas.  Promover la Ley de Cuidados para la Vida, si se reconoce  que es un asunto de corresponsabilidad, si por experiencia propia se sabe que en  el hogar las mujeres ejercen el trabajo doméstico en su totalidad y de cuidado no remunerado, esta obligación impuesta por el patriarcado le resta tiempo, salud,   energía para estudiar y aceptar cargos o puestos de superioridad o disfrutar a plenitud de su tiempo libre.

Con relación a la participación política, la cultura androcéntrica atraviesa todas las instancias y no sigue los mandatos constitucionales sobre la igualdad entre los sexos. Los números siguen siendo bajos para  las mujeres en cargos de elección. Hay que revertir esos números  y alcanzar la equidad, la paridad plena y la verdadera justicia social.

Esta lucha de las mujeres es igual en todo el mundo, es por los cambios que la sociedad patriarcal y machista ha impuesto y por la defensa de los derechos humanos de las mujeres, entre los derechos de los hombres, generadas por las consecuencias de las desigualdades históricas.

 

Carmen Hernández


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