Vitrina de nimiedades | Vivir bien bajo la sombra de las RRSS
23/03/2024.- ¿Qué puede salir mal con nuestra salud hoy? Muchísimas cosas: la lista es infinita, como también es interminable el inventario de hábitos y vicios que cada ser humano cultiva a diario por este mundo. Es una perogrullada que podría pasar tímidamente si no fuera por la sobreabundancia informativa de estos tiempos. Se supone que progresamos para “vivir bien”, pero la catarata de recomendaciones médicas, dietas, trucos, ejercicios y consejos de coaching, son tan grandes que, al final, parece ganarnos el desconcierto, la espectacularización de ciertas tendencias y la imposibilidad de confiar plenamente en los datos que recibimos.
En ese escenario, la construcción de referentes viene con el sello pop y un discurso dirigido a romper imaginarios, con artistas, deportistas y gurúes enseñando las claves para dejar esos hábitos que nos dañan en medio de un mundo que, paradójicamente, ofrece mayores expectativas de vida. Esos ídolos, identificables hoy como influenciadores, están llamados a hacer eso que nosotros no estamos animados a practicar, mientras pensamos en placeres antifitness como una empanada poderosa con bastante guasacaca.
Ahí tenemos a “Cubito”, promocionando un estilo de vida que espantaría a cualquier especialista en procesamiento de alimentos. Pero antes de hacer famosa su afición por la carne cruda, ya otros nos habían vendido tendencias en contravía a nuestros insanos (pero cómodos) estilos de vida, como la influenciadora que nos invitaba a decirle adiós a los carbohidratos a cambio de mayores proteínas. Una cosa es verlo en redes y otra es pretender mantener esos hábitos en una cultura alimenticia como la nuestra. ¿El presupuesto para ese estilo? Ah, bueno, el pancito dulce siempre saldrá más económico.
En línea con la cultura “saludable”, hoy podemos conseguir recomendaciones como bebidas milagrosas, el llamado “ayuno intermitente”, la práctica del mindfulness, ejercicios para aliviar la espalda castigada por nuestras malas posturas, estrategias para comenzar a practicar yoga, rutinas para ganar masa muscular, trucos para no sufrir con lo que no se puede cambiar y miles de consejos más que, algoritmo mediante, llegarán a nosotros. Bastará una búsqueda en línea o un simple pensamiento y lo demás será una inundación de contenidos sobre un mismo asunto.
A pesar de los efectos de la viralidad, quienes viven de darnos consejos para mejorar nuestra salud, aspecto y mente se disputan la atención con cantantes, actores y grandes compañías, según sitios web como Marketing 4 Ecommerce. Los deseos de enseñar sobre estilos de vida no bastan en un mundo donde el humor, la afición por el deporte y el entretenimiento marcan profundamente las expectativas en la gente.
Pero más allá de esa disputa virtual, la pregunta es: ¿cómo validamos todas esas prácticas premiadas con visualizaciones, comentarios y “Me gusta”? ¿Qué es comer bien? ¿Qué es sanar? ¿Adiós, carbohidratos? ¿Hola, skin care? Vivir bien no deja de ser un conflicto en tiempos de redes sociales.
Rosa E. Pellegrino