La logoterapia es considerada como la tercera escuela vienesa de psicoterapia, luego de la de Freud y Adler.

Esta escuela está centrada en la importancia que tiene el significado de la existencia humana y la búsqueda del sentido. La primera fuerza motivante para hombres y mujeres sería la lucha por encontrar un sentido a su propia vida.

'Logos' se refiere al sentido y 'terapia' quiere decir 'cura'. Es decir, que la logoterapia sería una propuesta que se orienta a la cura por medio de la búsqueda del sentido de la vida.

Los supuestos filosóficos

Los supuestos filosóficos de la logoterapia son tres:

1-La libertad de voluntad (antropología): el cual explica que todo ser humano puede tomar sus decisiones, siendo libre de escoger su propio destino, sin ser una marioneta del inconsciente colectivo.

2-La voluntad de sentido (psicoterapia): Frankl se preocupa por los métodos psicológicos que solo se enfocan en el componente exterior y coloca a los seres humanos como únicos ante el reino vegetal y animal.

3-El sentido de la vida (filosofía): un factor que no se pierde nunca, pero que se puede escapar de la comprensión.

Cada día la logoterapia es más usada en la actualidad por el alcance de sus respuestas y herramientas propias para la sociedad de hoy, en la cual, muchas veces, hay una falta de sentido a la vida. Pues, son muchas las personas que no encuentran respuesta a su “para qué” y comienzan a sufrir de depresión, adicciones u otras situaciones difíciles.

La logoterapia es considerada como una psicoterapia humanista-existencial, un enfoque más filosófico que médico, fundamentado en las filosofías fenomenológicas y existenciales de pensadores como Nietzsche, Kierkegaard, Husserl, Heidegger, Sartre, Merleau-Ponty, Martin Buber, entre otros.

Desde este enfoque, hombres y mujeres están en constante desarrollo y evolución, en relación continua con el medio, como ser-en-el-mundo, por lo que siempre se encuentran ante circunstancias que les exigen una respuesta.

Cuando se concibe a la persona en relación con el mundo físico, social, interpersonal, íntimo, psicológico y con dimensiones espirituales, se constituye un enfoque muchas veces catalogado como posmoderno, que acentúa la construcción de lo que día a día se llama realidad.

El ser humano va más allá de sí mismo y se encuentra con otras personas con las cuales encuentra esos sentidos a realizar.

Por ello, Frankl decía que la existencia humana solo es auténtica cuando se vive en términos de autotrascendencia, es decir, el remitirse siempre más allá de uno mismo, hacia algo o alguien.

Isbelia Farías