11/10/22-. La banda criminal que opera en la montaña recientemente asesinó al conductor de un autobús que iba hacia oriente y que intentó esquivar los obstáculos que habían colocado en la vía...

Francisco y su familia tenían el tiempo calculado y estaban seguros de que sí podían llegar a Clarines antes de que cayeran las primeras oleadas de la noche, pero la imprudencia de otros hizo que sus planes se vinieran al piso y con ellos hiciera su estreno el terror, ese frío inexplicable que se apodera de las personas, pero por dentro de los huesos, cuando le toca recorrer de noche aquellos tramos de la carretera que conducen al oriente del país.

Luego de echar gasolina continuaron su camino y al poco rato de haber salido de Guatire los agarró una cola que en apariencia no tenía razón de ser, pero luego se enteraron que en una de las curvas se había volcado un camión de harina pan y la gente lo estaba saqueando. Francisco caminaba de un lado a otro, y casi que ni quería dirigirle la palabra a su mujer ni a nadie.

"Cálmate Fran, si se nos hace muy tarde nos devolvemos y buscamos un hotel en Guatire o Guarenas, nos quedamos y nos vamos mañana tempranito", le dijo Maritza, en un intento por quitarle presión a su marido.

Cuarenta minutos después la cola comenzó a andar y Francisco miró la hora e hizo los cálculos de inmediato. “Sí tenemos chance”, se dijo, al tiempo que aceleraba, pero la alegría ni le duró mucho.

Ya enfilaba hacia la vía a El Guapo cuando se encontró otra cola. Y aquí sí es verdad que no había para dónde coger, porque era monte y monte por todos lados. Lo bueno es que apenas eran las cinco de la tarde. Pero los minutos pasaban y pasaban y la cola nada que se movía. La mayoría de los conductores había incluso apagado el motor de sus autos.

Media hora después y extrañado porque en sentido contrario tampoco pasaban autos, Francisco decidió que lo mejor era bajarse y caminar hasta el comienzo de la cola para tratar de averiguar lo que estaba pasando. Dejó a su esposa bajo el cuidado de varias familias que habían conocido.

Cuando ya llevaba caminando unos diez minutos y vio a unos efectivos de la Guardia Nacional que conversaban con un grupo de conductores. Aceleró el paso y pudo enterarse que la cola no obedecía a ningún otro vuelco ni choque ni nada por el estilo, sino que era consecuencia de una decisión gubernamental para proteger a los usuarios de la Troncal 9, en un tramo de la vía de varios kilómetros, que está considerado uno de los más peligrosos, ya que allí opera una tenebrosa banda criminal conocido como “los negritos”, que ya llevan varios muertos, porque vehículo que no se detiene, inmediatamente le disparan.

Según explicó el joven oficial, la idea es retener los autos y cuando ya exista una cantidad suficiente, pasan todos de una vez, en caravana, escoltados por varias unidades militares que se apostan al comienzo y final de la hilera de autos. Lo mismo hacen en el sentido contrario de la vía y luego vuelven a armar otra caravana y así sucesivamente hasta que casi no pasen carros por la carretera.

El tramo de la muerte

Nos explicaba la tía Felipa que la inseguridad se ha vuelto insoportable en dicho tramo carretero sobre todo cuando comienza a caer la tarde y por la noche. Colocan objetos en la vía para obligar a los conductores a detenerse o simplemente lanzan a la vía pedazos de manguera con clavos incrustados (miguelitos) y cuando se le pinchan los cauchos al conductor, no le queda más remedio que detenerse para solventar el problema y es ahí cuando lo asaltan.

Nos dijo que a varios comerciantes los han secuestrado en esa vía y que incluso han asesinado a militares y funcionarios policiales. Y que las autoridades se les han metido varias veces de día, pero no logran dar con el paradero de los integrantes de la banda.

Igualmente nos dijo que recientemente el grupo criminal atacó a un autobús de la empresa Rodovías y causó la muerte al conductor, quien intentó esquivar los obstáculos que habían colocado en la vía y que su muerte fue precisamente el hecho que provocó que ahora la Guardia Nacional haya decidido escoltar los vehículos hasta tanto se encuentre una solución definitiva al problema.

Wilmer Poleo Zerpa