Micromentarios | Los que vienen detrás
Si pensáramos en ellos, haríamos un gran aporte al proceso de civilización
10/11/22.- Hace años, en una calle de Caracas, vi caer a una señora mayor, tras pisar una chapa de refresco que alguien arrojó al suelo. Sucedió a unos veinte metros delante de mí.
Antes de que pudiera auxiliarla, otros dos transeúntes se me adelantaron. Sin embargo, igual me detuve para ver que, en efecto, la atendieran y no se aprovecharan de su indefensión. Un hombre que por su edad podría ser mi padre también se detuvo, e igual que yo, tras comprobar las buenas intenciones de quienes ayudaban a la señora, decidió seguir.
Habíamos caminado algunos pasos, cuando comentó:
–Estas cosas suceden por no pensar en quien viene detrás. El que dejó caer la chapa no pensó que por aquí iban a pasar otras personas y que alguna se podía caer si la pisaba. Pero a ninguno de los que pasaron por aquí antes que esa señora se le ocurrió que alguien se podía caer con la chapa y por eso nadie la empujó con el pie fuera de la acera o la arrimó a la pared. Si siempre tuviéramos presente que, después de que nosotros pasamos, pasarán otros, yo creo que tendríamos una mejor sociedad y un mundo mejor, ¿no le parece?
Dije que sí y charlamos algunos metros. Luego, cada uno siguió su camino pero en mi mente quedaron resonando sus palabras.
Comprendí que, en efecto, pensar en quienes vienen detrás nos ayudaría a mejorarlo todo. Esto aplica, especialmente, cuando utilizamos algún bien compartido, esto es, desde el medio ambiente hasta un baño público, entre otras cosas.
Los baños públicos de calles, plazas y centros comerciales quedan, en gran parte del mundo, hechos un asco tras ser utilizados. Muchos hacen sus necesidades fisiológicas y las dejan en el retrete, a la vista del siguiente usuario, sin preocuparse de algo que hace cualquier otro mamífero: ocultar sus residuos.
Y si no es el retrete el que dejan en malas condiciones, es el piso del baño o los dispensadores de papel higiénico. A veces, uno entra a un baño público y parece que quien o quienes nos antecedieron se bañaron como pájaros, lanzando agua sobre sus alas.
He visto a personas que hacen mantenimiento en baños públicos colocar papel higiénico en los dispensadores. Un rato más tarde, he vuelto al lugar y he hallado que no queda papel, bien porque se ha usado indiscriminadamente, se lo han robado o lo han usado para secar alguna inundación involuntaria.
En ninguno de tales casos, la persona que ha desprovisto de papel higiénico al baño ha pensado que, después de su partida, iban a venir otros individuos con necesidades similares a las suyas.
Después de aprovechar un bien colectivo, debemos asegurarnos de que este quede en perfectas condiciones para que también lo utilice quien lo requiera. Esta consideración hay que tenerla con quienes vienen detrás en el tiempo, es decir, nuestros descendientes. A ellas y ellos se les debe dejar el mundo en similares o mejores condiciones de como lo recibimos.
Con solo pensar en quienes vienen detrás, estaríamos haciendo un gran aporte al proceso de la civilización y a la vida en general.
Armando José Sequera