Comentarios noticiables | El complejo militar industrial de EE. UU.

Cumple su papel en la política exterior imperialista

11/05/2024.-

I

Hablar del complejo militar industrial (CMI) de Estados Unidos (EE. UU.) es hablar de la estrategia global del imperialismo norteamericano, concretamente, de la relación existente entre la Casa Blanca y las corporaciones que producen el material bélico para la utilización de la fuerza en la política militar de esa potencia norteamericana. Es de hacer notar que los representantes de las corporaciones de las armas firman contratos con el gobierno de EE. UU., en los que ponen en evidencia la comunidad de intereses.

El CMI estadounidense es un producto que surgió después de la Segunda Guerra Mundial. Es importante destacar los sentimientos de ética y repudio que anteriormente existían entre los hombres de negocios y los militares. Los hombres de negocios consideraban a los militares una raza belicista, y los militares juzgaban a los hombres de negocios como una clase parasitaria que hacía hincapié en acumular dinero a toda costa, como un grupo económico impregnado de una gran voracidad comercial.

Antes de 1940, los militares se veían manipulados por los hombres de negocios. Cuando era necesario, los utilizaban para intervenir en algún país, acatar órdenes y asumir todos los riesgos, pero al final quienes obtenían los jugosos dividendos eran los hombres de negocios. Los militares apenas recibían una pequeña parte.

Este desequilibrio económico empezó a cambiar en plena Segunda Guerra Mundial. Se llegó a establecer un mejor entendimiento. Florecieron nuevas normas, más equitativas, en los pactos contractuales, con pagos adelantados a los militares contra contratos asignados a las corporaciones productoras de equipos bélicos.

Estados Unidos, en 1944, bajo pretexto de la defensa total de la nación por un supuesto ataque sorpresa de algún país comunista, se empató en la carrera armamentista. Con el apoyo de la administración norteamericana, la corporación General Motors logró perfilarse como líder del CMI, solidificando su producción con una fiable estructura financiera y comercial. Tanto es así que la máxima de la coalición gobierno-corporaciones fue, es y seguirá expresándose así: "Lo que es bueno para la General Motors es bueno para Estados Unidos". Esto evidencia de manera exacta la filosofía y el curso que sigue el CMI.

En el presente contexto político-militar, el CMI ha llegado al grado de apostar abiertamente por el logro de la superioridad militar de EE. UU. como medio de fuerza para que Washington alcance sus objetivos en Europa, Medio Oriente, etc., y, a la vez, continuar causando el brusco aumento de la tensión y la amenaza militar. El CMI, el Pentágono, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el Reino Unido (RU) y la Unión Europea (UE) intentan cambiar la situación política y militar de Europa y el mundo, en detrimento de los intereses legítimos de Asia, África, América Latina y el Caribe.

 

II
El presupuesto de defensa de EE. UU. es el principal botín del CMI. En su administración se han cometido muchos fraudes, sobornos y escándalos, cuyas investigaciones pocas veces se divulgan en los medios de comunicación de Occidente. Sin embargo, el CMI sigue jugando un papel determinante en la política exterior de esa nación. EE. UU. es responsable por haber llevado al atolladero el tratado sobre misiles de alcance medio y menor (INF, por sus siglas en inglés), con la idea de empollar planes para emplear los primeros en el arma nuclear. Calculan, de este modo, imponerse en una guerra de tal envergadura.

En consecuencia, la tarea más compleja y de mayor responsabilidad de la humanidad es buscar las vías para el progreso de todos los pueblos, trazando planes para la paz y la seguridad mundiales.

 

J. J. Álvarez


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