Micromentarios | La venganza del acosador
14/05/2024.- La venganza es un sentimiento que, tras recibir un agravio considerado imperdonable, conduce a buscar justicia por la propia mano.
El deseo de castigar a quien o a quienes nos ofendieron, o hirieron, o asesinaron a uno o varios de nuestros seres queridos, se transforma en necesidad y luego en obsesión.
Los sionistas de Israel, es decir, el ala radical del judaísmo, están obsesionados con el Holocausto, la muerte de millones de los suyos durante la Segunda Guerra Mundial. Como no pudieron vengarse de quienes realizaron tan terribles masacres, la han tomado desde hace años contra sus vecinos y hermanos: los palestinos.
Escudados en un ataque del grupo Hamás, el 7 de octubre de 2023, se han dado a la tarea de asesinar, sin contemplaciones, a hombres, mujeres y niños de Palestina, bajo la excusa de que buscan cazar a los terroristas de Hamás y liberar a los rehenes israelitas que estos tienen en su poder.
Han actuado como los mayores cobardes: la han tomado no contra el pueblo alemán, y ni siquiera contra Hamás, sino contra individuos indefensos —en particular, niños—, bajo la premisa de que, al crecer, estos serán enemigos declarados.
Han asesinado incluso a recién nacidos, tachándolos no de futuros terroristas, sino de agentes de un ejército consolidado.
A la par, la propaganda política —manejada por medios de comunicación y redes bajo control de dueños sionistas— presenta a los criminales como víctimas y a las víctimas como asesinos. Para colmo, apelan a lo sucedido décadas atrás, e incluso en tiempos bíblicos, para mostrarse como un pueblo siempre asediado y sojuzgado, que solo ahora reacciona contra sus opresores.
Pretenden ignorar —en realidad, ocultar— que, desde 1948 hasta ahora, han realizado un despojo sistemático de territorios a los palestinos, al punto de haberlos condenado a vivir en poco más del veinte por ciento del espacio que tenían entonces. También, y de manera recurrente, han asesinado inocentes.
Como hacía Doña Bárbara con los límites de su hato El Miedo, en la célebre novela de Rómulo Gallegos, los linderos de Israel amanecen cada madrugada más allá en territorio palestino, en tanto este se torna más exiguo.
Ahora se apela al pretexto del ataque de Hamás en 2023, pero los sionistas siempre han actuado sin importarles la oposición de los hebreos y judíos decentes, la de la opinión pública mundial y la de las instituciones internacionales.
En términos escolares, lo que hace el gobierno sionista de Israel con el pueblo de Palestina no es otra cosa que bullying, en grado superlativo. Un bullying a la vista de todo el mundo. A quienes lo denuncian se les califica también de terroristas y de apoyar tan sanguinaria táctica de guerra.
Tal como ocurre con el acoso escolar, el día en que la víctima —la verdadera víctima— se defiende, el hostigador habitual gime, patalea y se presenta como lo que no es, como el perjudicado usual. Y tal como acontece en los institutos de enseñanza, sus cómplices se ponen de su parte y justifican cualquier acción, incluyendo la venganza.
Armando José Sequera