Crónicas y delirios | Virus ilustrado ataca las computadoras
Literator es enemigo de ripios, errores ortográficos, cacofonías, frases hechas...
14/10/22.- Entre los más astutos y novísimos gusanos informáticos, hay uno llamado Literator que, aprovechando los deslices de los usuarios, se instala en el disco duro de la computadora para hartarse únicamente aquellos textos de infame redacción. El maligno espécimen (o quizás beneficioso desde el punto de vista que juzguemos sus acciones) es enemigo de los ripios, los errores ortográficos, las cacofonías, las frases hechas, los barbarismos, las repeticiones, las torpezas imaginativas y, sobre todo, de los lugares comunes que tanto deslustran los idiomas.
Literator se engulle o atiborra en tiempo digitalizado cualquier resbalón escritural con la finalidad de suprimirlo del ordenador. Así, a lo largo del planeta y sus lenguas, infinidad de discos duros han quedado vacíos (y vacilantes), y la mayoría sufre en lo sucesivo de profundos temores para el arranque, como si entendiese los alcances del síndrome.
Los analistas de Microsoft Corporation, encabezados por el propio Bill Gates (a quien sus adversarios latinos llaman Vil Gates), determinaron luego de las hecatombes masivas en su misma empresa, que el gusano Literator fue invento de un temerario joven paraguayo (ya no tan muchacho en la actualidad), cuyas pistas se ocultan bajo el anonimato del correo electrónico y miles de mensajes trucados. Algunas incidencias, aparentemente vacuas, constan en los registros supersecretos de Microsoft: que el hacker, por soberbia o por falta de recursos, jamás culminó los estudios de Letras en ninguna institución universitaria; que pese a su inflexible y voluntariosa voluntad, tampoco obtuvo un premio de narrativa ni un diploma de honor; que no tiene familia conocida o por conocer y que está un poco calvo –además de flaco– por causa de sus esfuerzos cibernéticos.
Los espontáneos de recitales literarios, los prosistas ocasionales, los periodistas súbitos, los fervorosos de las redes sociales, los vates del “poetariado” mundial, los burócratas irreductibles, los novelistas de folletines, los politiqueros de oficio o sin oficio, los autores de best-sellers y los escribidores de interminables discursos ajenos (por solo citar una parte de sus víctimas), no hallan cómo enfrentarse a las agresiones de tan sigiloso germen; y en provecho de la seguridad retórica han ofrecido una abultada gratificación mercantil a quien encarcele al virus y a su creador (Ver www.recompensamillonaria.com). Otros, bajo la conciencia de que tal gusano informático debería erigirse en el gendarme necesario de los idiomas, propugnan su libre ingreso a todas las computadoras del orbe mediante un download rápido y gratuito.
Mientras tanto, el incógnito paraguayo, desde una selva de programas y un enjambre de ordenadores de segunda mano y tercera generación, amenaza con extender sus troyanos ataques a la mensajería de texto y de voz de los teléfonos celulares (¡cuidado, usuarios de Whatsapp!), provocando un tsunami comunicacional de locura generalizada y otras consecuencias (des)cerebrales. No sabemos cuáles mecanismos ni parámetros utilizará, pero lo razonable es prepararnos con pulcra inteligencia, apego gramatical y corrección de estilo para afrontar las próximas embestidas del hacker. ¡Guerra avisada no mata, y menos por Internet!
MANCHONES
—Jeanine Áñez quiere recibir en prisión un nuevo curso de corte y costura; sí, de corte del hilo constitucional y costura de golpes de Estado.
—A los europeos el sueldo se les volvió gas y agua.
—Almagro casi pierde la OEA por un pelo.
—Después que lo acusaron de delitos sexuales, el célebre tenor no ha tenido ni un plácido domingo.
—Unos dicen que Biden es sordo; otros opinan que es sordo y sórdido.
—Volvemos a decir: Haití, ¡ay de ti!
Igor Delgado Senior