Hablemos de eso | Genocidio

18/05/2024.- El Diccionario de la Real Academia Española recoge un significado para el término genocidio: "Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad". El término genocidio se atribuye a Raphael Lemkin, jurista nacido en Polonia, quien lo utiliza y explica en su libro El dominio del eje en la Europa ocupada, publicado por primera vez en 1944.

Revisemos su conceptualización:

Por "genocidio" nos referimos a la destrucción de una nación o de un grupo étnico. Esta nueva palabra, acuñada por el autor para denotar una antigua práctica en su desarrollo moderno, proviene del griego antiguo genos (raza, tribu) y del latín cide (matanza), y corresponde, por su formación, a palabras tales como tiranicidio, homicidio, infanticidio, etc.

Sin embargo, la matanza de todos los integrantes de una nación o un grupo étnico, que de por sí sería un genocidio monstruoso, no es el único caso de genocidio.

"De manera general, la palabra genocidio no significa necesariamente la destrucción inmediata de una nación, excepto cuando se lleva a cabo a través de una matanza masiva de todos los miembros de una nación".

Una nación o un grupo social es mucho más que una suma de individuos, y el "exterminio" de una nación hace uso de otros medios que Lemkin define "con mayor exactitud": "Con mayor exactitud, significa un plan coordinado de diferentes acciones que buscan la destrucción de los fundamentos esenciales de la vida de grupos nacionales con el propósito de aniquilar a estos mismos grupos".

¿Cuáles son esos "fundamentos esenciales de la vida de un grupo nacional"? Lemkin los enumera al describir un plan genocida:

Los objetivos de un plan como ese serían la desintegración de las instituciones políticas y sociales, de la cultura, de los sentimientos nacionales, de la religión y de la existencia económica de grupos nacionales, y la destrucción de la seguridad personal, de la libertad, de la salud, de la dignidad e incluso de la vida de los individuos que pertenecen a tales grupos.

Significa que la destrucción de una nación no está dirigida solamente contra individuos particulares. El genocidio implica la eliminación de gente por pertenecer al grupo perseguido, tanto como la eliminación de las condiciones de ese grupo nacional para existir y reproducir su vida: "El genocidio se dirige contra el grupo nacional como entidad y las acciones implicadas están dirigidas contra los individuos, no como tales, sino como miembros del grupo nacional".

El concepto de genocidio como acción dirigida a eliminar una nación (o un grupo social) es ilustrado por Lemkin, como para que no queden dudas:

La siguiente ilustración bastará. La confiscación de la propiedad de los habitantes de un área ocupada, sobre la base de que han dejado el país, puede ser simplemente considerada como una privación de sus derechos individuales a la propiedad. Sin embargo, si las confiscaciones se ordenan por el solo hecho de ser polacos, judíos o checos, entonces las mismas confiscaciones tienden, en efecto, a debilitar las entidades nacionales de las que son miembros esas personas.

Aquí avanzamos sobre las "causas" del genocidio a la situación que le define, que no es otra que la de la imposición de un patrón de dominación sobre un grupo oprimido:

El genocidio tiene dos fases: una, la destrucción del patrón nacional del grupo oprimido; otra, la imposición del patrón nacional del opresor. Esta imposición, a su vez, se puede realizar sobre la población oprimida a la que se le permite quedarse o sobre el territorio mismo, después de retirar a la población y colonizarlo con los ciudadanos del grupo opresor.

De este modo, describe que el genocidio puede operar en dos sentidos: sometiendo a la población oprimida al "patrón nacional del opresor", o eliminando o "retirando" (expulsando a la población o reduciéndola a espacios restringidos) para instalar en los territorios despojados a la población de la nación opresora.

En este punto recordamos que Raphael Lemkin era polaco y de familia judía, es decir, se encontraba entre dos de las poblaciones que el régimen de Adolf Hitler condenaba al genocidio. Se entiende por qué se refugió en Estados Unidos en 1939.

Sin embargo, cada uno de los elementos expuestos es directamente aplicable a la acción de Israel en Palestina.

La ocupación sionista de Palestina, que había sido colonizada por Gran Bretaña, puede contarse desde antes, pero la fecha del 15 de mayo es conmemorada por el pueblo palestino como el Día de la Nakba. Nakba puede traducirse del árabe como "catástrofe" o "desastre". El 14 de mayo de 1948, se había proclamado la independencia de Israel, país al que la Organización de las Naciones Unidas había asignado arbitrariamente más de la mitad del territorio palestino. Antes y después de esta fecha, la acción de las fuerzas sionistas, mediante sus brazos militares (Haganá, Lehi, Irgún), despobló o destruyó alrededor de 500 poblados y ciudades habitadas por palestinos. Sus casas, sembradíos, centros educativos y religiosos fueron destruidos.

Los poblados fueron borrados de los mapas o renombrados y ocupados por colonos israelíes. En total, la población palestina que tuvo que abandonar sus hogares y tierras se cuenta entre 700 mil y 800 mil personas. Su esperanza de retorno, amparada también por resoluciones —incumplidas— de las Naciones Unidas, se vio sistemáticamente frustrada: pasaron a la condición de refugiados o desplazados en la Franja de Gaza, en Cisjordania o en los países vecinos (Líbano, Siria, Jordania y Egipto).

Desde entonces, se fraguó el genocidio, destruyendo o intentando destruir las "bases fundamentales para la vida de una nación". La invasión de tierras, el desalojo de poblaciones, la restricción de sus desplazamientos y sus derechos en los territorios que de manera histórica habían ocupado, ha sido una práctica sistemática.

La fase actual del genocidio, con más de 35 mil asesinados en la Franja de Gaza, más de 10 mil desaparecidos y de 75 mil heridos, tiene los aires de la "solución final". Este crimen descarado ha sido y está siendo repudiado por todos los pueblos del mundo.

La decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas para reconocer el Estado Palestino ha sido vetada por los líderes del imperialismo y el racismo: el gobierno de los Estados Unidos y sus frases hipócritas no pueden negar que es el principal financista y defensor militar del genocidio.

 

Humberto González Silva


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