Entorno global | China: conocimiento y modernización

Un portal al futuro

06/06/2024.- La conjugación entre lo histórico-ancestral y la modernidad, entre lo rural y urbano, entre la naturaleza y la industrialización son características relevantes de la actual República Popular China. La nación está próxima a cumplir en el mes de octubre 75 años como República Popular y 50 años de relaciones diplomáticas con Venezuela.

Su historia está marcada por las civilizaciones que la nutren y conforman sus valores, gastronomía y arquitectura, pero también por la conjugación de una importante sociedad del conocimiento, donde la tierra, la fuerza laboral, el financiamiento y el capital intelectual son fundamentales para el desarrollo de China.

La modernización, claramente, posee las características chinas y está influenciada por una historia reciente de independencia y autodeterminación ante las acciones imperiales y coloniales —en su momento— de Japón, Reino Unido y Portugal. De allí la particularidad en la administración de sus territorios en Hong Kong, Macao y Taiwán; y también de unión y dirección del Partido Comunista chino, en articulación y colaboración con ocho partidos políticos en China.

Pasear por sus calles es encontrar la incorporación de la inteligencia artificial en los sistemas de seguridad, tráfico vial, publicidad con pantallas 3D y de robots para la prestación de servicios. También, el uso cotidiano de energías alternativas entre vehículos de combustibles fósiles y eléctricos se complementa con el empleo de electricidad para las ciudades y la incorporación de energía solar para las zonas más rurales. Este sistema impulsa la creación de esquemas de negocios que promueven una vida sostenible de la mano con herramientas de comercio electrónico.

El desarrollo de las zonas rurales significa para China el alivio de la pobreza y el desarrollo de una política para erradicar este importante flagelo. Este ha sido una prioridad del Partido Comunista desde la política de reforma y apertura en el país asiático.

China es una nación en crecimiento y el estándar de progreso planteado para su pueblo es alto. Su población es resiliente y la disciplina es un valor central en su construcción como sociedad. La puntualidad, el conocimiento y la formación continua son esenciales para los planes de desarrollo de China. Sus universidades, con una alta calificación a nivel internacional, son muestra de la alta calidad de sus profesores, investigaciones y contenidos brindados. La Universidad de Economía y Negocios Internacionales (UIBE, por sus siglas en inglés) es un claro ejemplo del talento y del abordaje de temas estratégicos y especializados para las naciones en desarrollo sobre el manejo de lenguas extranjeras, comercio y economía internacional, orientados a la evolución.

China, al ser la competencia directa de los Estados Unidos —visto así desde un punto geopolítico no cooperativo—, puede ser representada por los medios de comunicación a través de una realidad distorsionada. Lo cierto es, sin embargo, que, aunque China es una sociedad aún con muchos retos asociados al crecimiento poblacional, al equilibrio de la fuerza laboral y al impacto de la alta competencia entre los ciudadanos, a la crisis del sector inmobiliario y a la lucha por erradicar la pobreza, es una nación milenaria que apuesta por la necesaria transformación de la gobernanza global. Eso requiere que la multipolaridad sea el centro y se impulsen nuevos lazos de amistad y armonía entre los pueblos, mediante importantes iniciativas como la Franja y la Ruta, el Desarrollo, la Seguridad y la Civilización Global, por una humanidad diversa y en crecimiento equilibrado.

Venezuela es una de las cuatro naciones y la primera de Latinoamérica con la cual China posee una "asociación estratégica a toda prueba y todo tiempo", una asociación del más alto nivel político, resultado de la profundización de las relaciones entre ambos países. El pueblo venezolano y el pueblo chino tenemos mucho en común, pero, sobre todo, nos une la visión de prosperidad y bienestar común para nuestros ciudadanos.

Que los 15 mil 141 kilómetros de distancia geográfica entre nuestros territorios sean solo un número y que la academia, la política, la economía y, en especial, la cultura, nos unan como una gran nación.

 

Orelys Castillo


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