Memorias de un escuálido en decadencia | Videos

07/06/2024.- ¡De película, compañero! Esta guerra de videos que tenemos con la dictadura es del carajo. "Edmudo" no va para ninguna parte —literalmente—, pero María —Súmate— CM va a todas partes y a él no lo vemos nunca, pero ella se multiplica y eso ayuda para sacar los videos por las redes sociales. La dictadura hace comparaciones y quedamos como unos bolsas, porque demuestran los grandes carajos que todo lo que estamos haciendo son montajes tras montajes, pero nosotros también los jodemos de vez en cuando. Ellos muestran un video con un gentío, y después nosotros mostramos que la cosa no es para tanto, como destacan. Lo que pasa es que ellos son varios: viaja el dictador por sorpresa, y sale el hombre del garrote, y salen los hermanos Rodríguez, y se mueven por todas partes, como que llevaran un balón de básquet y fueran a encestarlo en Miraflores. En cambio, nosotros solo tenemos a María —Súmate—, CM y no hay nadie más. Y mejor así, porque si Espoleta Allup sale en campaña, entonces sí es verdad que nos jodimos más allá del Cinaruco. Igual pasa con el compañero Manuel —Monómeros— Rosales, que todavía está arrecho porque le dimos con todo en las redes sociales cuando se inscribió como candidato, dejando atrás a su colega filósofa Corina Yoris, y menos mal que después aceptó al compañero Edmudo. Es decir, no tenemos gente que salga a compartir con la niña del Country Club esta campaña admirable. Los otros que podrían echarles bolas están luchando fieramente en el exterior: el poeta López, el Matemático Julio Borges, incluso Ismael —Talanquera— García, si estuviera aquí, ese hombre aportaría videos con su verbo, su buen decir, para persuadir y convencer a la gente que no está convencida. Es duro el camino de la convención, pero es el camino verde que da a la ermita.

También debemos reconocer que en México nos jodieron, nos mandaron para la chingada, y ahora nos la estamos dando de Juan Charrasqueado y lo que da es pena la vaina. La tal Claudia Sheinbaum nos dio una paliza soberana y salimos a decir que hubo fraude. Sin ninguna vergüenza, porque vergüenza no tenemos ninguna. Y una vaina que asusta es que, según parece, allá hubo más de doscientos millones de mensajes en las redes sociales, todos de los conocidos bots, contra la tal Claudia Sheinbaum, pero la mujer ganó. Digo que eso asusta porque ya nosotros, en las redes sociales, seguramente superamos esos doscientos millones hablando pestes contra el dictador y a lo mejor nos va a ir igual que en México es una laguna. Lo bueno es que en todas partes somos los mismos: salimos a cantar fraude porque no queremos reconocer que nos dieron una coñaza de padre y señor mío. Ahí está, por ejemplo, Espoleta Allup, que salió a decir que la dictadura había perpetuado un fraude monumental el 14 de agosto del 2004 y el lunes presentaba las pruebas, y a pesar de los cinco motores que tiene, todavía no las ha presentado. A otro al que le caímos encima en las redes sociales, para que respete, fue al prepotente de Luis Vicente León, porque salió a decir una vaina ahí, dando a entender que estamos pelando bolas si creemos que con la presencia de un gentío en un mitin vamos a ganar. "Eso no es así", dijo el Luis Vicente. Lo mismo hacía Embajada Radonski cuando fue candidato, y por allí anda con una cara de derrotado a tiempo completo.

El papá de Margot llegó viendo su X (antes Twitter) en el celular y decía: "Si es verdad ese video que muestra un gentío que fue a Macho Muerto a ver a María Machado, y si es verdad también ese gentío que muestra la dictadura cada vez que el dictador se presenta por sorpresa en uno de esos pueblos abandonados a su suerte, quiere decir entonces que de este país no se ha ido nadie, porque hay gente por todas partes. También Claudio Fermín tiene gente, y el Conde del Guácharo, y el Lápiz de Ecarri, y el pastor Bertucci, y el burro Martínez, y no me jodan más. Los venezolanos no se fueron: están aquí en campaña por todas partes". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "Tumba el edificio, muérgano, que ese te lo regaló la oposición".

—Cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte, tan callando… —me declama Margot.

 

Roberto Malaver


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