Comentarios noticiables | Conquistar la Federación de Rusia
Solo sería por debilidad propia y la acción de las discordias
08/06/2024.-
I
La tesis de Estados Unidos (EE. UU.) de pegar el primer golpe en una confrontación nuclear, añadida a la conclusión de que es posible para esa potencia militar ganar una guerra de esa condición, se vuelve a poner de manifiesto en el Pentágono, con el intento emprendido por el bloque de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
El presidente de EE. UU., Joe Biden, a tono con esa argumentación, ha dicho: "EE. UU. lleva la delantera militar" mediante planes elaborados con distintas variantes de la guerra nuclear. Conforme a ellas, se van fortaleciendo las Fuerzas Armadas de EE. UU. cerca de las fronteras de la Federación de Rusia, donde se proponen desplegar misiles de largo alcance, en grandes cantidades, con ojivas nucleares, destinados para cumplir tareas estratégicas de primer golpe.
Ahora, en EE. UU., en el complejo militar industrial (CMI), se desarrollan nuevos tipos de armas de destrucción masiva. Se lleva a cabo una intensa preparación para militarizar el planeta, convirtiéndolo en una de las esferas armamentistas. Los planes bélicos de Washington constituyen un serio peligro para la humanidad. Las bases del imperialismo estadounidense y sus aliados —los puntos de apoyo de la agresión— abarcan los tentáculos de un pulpo gigante —todas las partes del globo terráqueo—, ante todo, en la proximidad inmediata a Rusia.
En Ucrania, EE. UU. ha elevado el terrorismo al rango de política estatal, de grosero chantaje, de prepotencia, de aspiración a una superioridad militar sobre Rusia y China, que permitan imponer su voluntad y dictar las reglas del juego en el mundo. Resulta claro que ese no es el camino a la paz y a la seguridad mundiales y que por ahí solo se aumenta el peligro de un torbellino nuclear.
El camino a la paz y a la seguridad mundiales ha sido trazado por China y Rusia: poner fin a la confrontación nuclear, reanudar las relaciones de respeto mutuo, sin ventajas ni engaños, y regresar a la política de distensión y de coexistencia pacífica entre las tres potencias mundiales más desarrolladas: Rusia, China y Estados Unidos. En este cambio de época, es lo más sensato. No hay otro camino.
Sacudirse a un provocador de la muerte en Ucrania y Rusia como Volodímir Zelenski, cuyo mandato expiró, es necesario. Ya no se le puede permitir extender la corrupción, el militarismo y el nazismo en su país.
Ucrania, país eminentemente agrícola, necesita salir del inmovilismo, del anquilosamiento, del terrorismo, la muerte y del conservadurismo que ahora dirige ilegalmente el falso emperador fanático arteriosclerótico, Volodímir Zelenski, por haber fracasado en su intento de recuperar Crimea, Donetsk y Lugansk, entre otras regiones del Dombás. Por ello, Ucrania debe reconocer la realidad territorial de la Federación de Rusia, basada en sus intereses legítimos e históricos.
II
Ya basta de entregar los recursos de Ucrania a los países de Europa más ricos, que los explotan para sus beneficios, sin que los ucranianos sean beneficiados en lo más mínimo.
EE. UU. y sus aliados deben saber que el haber desempolvado el plan Dropshot de Anthony Cave Brown, de 1957, para tratar de aplastar a la Rusia actual desde Ucrania, es una prueba de no haber analizado bien los aspectos políticos formulados por el gran historiador alemán Carl von Clausewitz (1780-1831), quien afirmó: "Un país como Rusia no puede ser conquistado, es decir, ocupado realmente. Un país como ese puede ser vencido solo por la debilidad propia y la acción de las discordias".
J. J. Álvarez