Historia viva | Genealogía del delito: los "apellidos"

11/06/2024.- Los llamados "apellidos", o los amos del valle, o la sociedad civil, son categorías que en Venezuela designan a las clases dominantes que desde finales del siglo XIX y todo el siglo XX controlaron el poder político en Venezuela. Para ello se valieron del asalto, el hurto, el tráfico de influencias, la legitimación de capitales y otros delitos asociados en componendas entre parentescos de la familiaridad pudiente caraqueña, cuya acumulación de riqueza derivó del tráfico irregular de negocios y dineros mal habidos extraídos de la administración pública, especialmente de la renta petrolera o del hierro. Ese proceso pudiéramos periodizarlo desde finales del siglo XIX hasta entrado el siglo XXI.

Veamos algunos casos, como los Mendoza o los Machado Zuloaga, como ejemplos de depredadores cuya "casta" o "dinástica" practicó cualquier cantidad de malas mañas para hacerse de los recursos del Estado y proveerse de riquezas mal habidas.

En retrospectiva, tenemos a Leopoldo López Mendoza, cuya madre, Antonieta Mendoza, vicepresidenta de Asuntos Corporativos de Pdvsa hasta 1999, facilitó un cheque millonario con recursos de la empresa estatal como un regalo para su niño, con el objeto de constituir el partido Primero Justicia, junto a Julio Borges y Enrique Capriles Radonski, que en la historia reciente resultó en robos extravagantes como el desfalco de Citgo.

La señora Mendoza era hermana de Hilda Margarita Mendoza Coburn, casada con Thorn Halvorssen, quien estuvo implicado en actos terroristas durante el año 1993, para tramar la desestabilización de las finanzas en Venezuela. Para ello contó con un pariente cercano por vía de su esposa (tía de Leopoldo López), Oscar García Mendoza, presidente del Banco Venezolano de Crédito, a quien entregaron el fideicomiso de los trabajadores de Pdvsa, durante los años 1996 y 1997, en pleno mandato de Caldera. Todo quedó entre familia.

Un hermano de Thorn Halvorssen, de nombre Olaf Halvorssen Hellum, se casó en primeras nupcias con Teresa María Machado Zingg, nieta de Gustavo Zingg, aliado a los nazis en la operación Invierno, de la Gestapo, en Venezuela, en 1942. Con ese pedigrí ideológico se asociaron las Machado. La familiaridad de los Machado con los Halvorssen encontró a María Corina en un cruce de intereses económicos y familiares, aunque los primeros apuntaron al negocio petrolero y financiero. El padre de María Corina, Enrique Machado Zuloaga, junto a su hermano Oscar Augusto Machado Zuloaga se hicieron de los negocios del hierro con Sivensa. Se ocuparon de la compra de chatarra y mineral de hierro para la fabricación de briquetas y otras formas primarias mediante la empresa para exportarlos a Estados Unidos y Colombia. En 2010, sin embargo, el Estado recuperó la industria siderúrgica y retomó el control de Orinoco Iron, Venprecar y Sidetur, filiales de Sivensa.

Por la vía de lo que fue la privatización de la industria del hierro en Venezuela, en manos de los Machado Zuloaga, nunca se generó un desarrollo sostenido de esa industria, colocada en línea directa de dependencia con las grandes transnacionales del hierro, amarradas a importantes patentes en los Estados Unidos. Ese proceso tecnológico fue conocido como Finmet. Sivensa le vendía hierro bruto a estas, para que el país recibiera productos secundarios de la industria norteamericana.

Como antecedente "empresarial" de los Machado Zuloaga chatarreros, Eugenio Mendoza Goiticoa fue uno de los entusiastas empresarios que se sumaron en 1952 al llamado Acuerdo de Reciprocidad Comercial Modificado con los Estados Unidos. Así se constituyó en Caracas el Sindicato Venezolano del Hierro. El sindicato se formalizó en 1953 como una sociedad anónima que unía

… a los grupos más granados del capitalismo nativo: un total de 170 personas, cada una de las cuales aportó Bs.10 mil para formar un capital inicial de operaciones de Bs. 1 millón 700 mil. En ese conjunto figuraban señores que habían tenido destacada actuación en las gestiones que sobre esa materia había realizado la Corporación Venezolana de Fomento, entre ellos los doctores Luis Alberto Roncayolo y Pedro Ignacio Aguerrevere. El presidente principal propulsor del sindicato fue el señor Eugenio Mendoza (García, 1961: 27).

Para ello, la oligarquía nacional contaría con el apoyo de capitalistas extranjeros como la United States Steel Corporation (U.S. Steel, por sus siglas en inglés) y la Iron Mines, así como de la Embajada norteamericana. El "sindicato" nombró de vocero a Alberto Fernando Vollmer Boulton, de los apellidos más prominentes de la oligarquía caraqueña. Con el "acuerdo", Venezuela exportaría cerca de 20 productos, entre ellos bosta de ganado y petróleo, e importaría de EE. UU. 180 productos de sus industrias metalúrgica, farmacéutica, cosmética, automotriz, eléctrica, electrónica y un extenso etcétera.

Ahora, ninguno de estos patriarcas y matriarcas de la oligarquía caraqueña se lanzaron a candidatos o candidatas. Eso le correspondía al perraje o a subalternos que le hacían el trabajo dentro de la administración pública. Así, en cada gobierno, por ejemplo, del ciclo puntofijista, seleccionaban sus fichas para que les hicieran el "trabajo" sucio de parasitar los recursos del Estado venezolano. Pero como estos modelos degeneraron y ya no había fichas seguras en sus negocios, tuvieron que salir disolutos perturbados como Leopoldo López Mendoza o desenfrenadas sicóticas narcisistas como María Corina Machado a ensuciarse la piel con sudores populares y aguantar llorantinas teatrales para empujar candidatos degradados. Es el fascismo en su fase más descompuesta, bañado por una campaña de "inocencia".

 

Aldemaro Barrios Romero


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