21/06/2024.- Aprender a entender y manejar nuestras emociones es imprescindible, pues inciden directamente en nuestra calidad de vida. En algunas ocasiones somos sus esclavos, ya que a todos nos ha pasado, nos pasa y nos seguirá pasando, hasta el último día de la vida, eso de no poder manejar el dolor, la rabia o la tristeza. 
Somos humanos y todos tenemos nuestros malos momentos, pero no somos nuestros impulsos y mucho menos nuestras emociones descontroladas.

Disney nuevamente se une a Pixar para presentar una película que podría definirse como un curso básico para niños (y no tan niños) sobre el modo en que nuestras emociones funcionan y la forma en que inciden en nuestras acciones, las cuales construyen, finalmente, nuestro destino. 

El largometraje instruye de una forma entretenida y divertida sobre la importancia de la comprensión que todo ser humano debería tener sobre sus estados de ánimo.

Con mucho color y personajes graciosos, Disney enseña a grandes (que muchas veces lo olvidan) y chicos (que no lo saben del todo) cómo funciona la mente. Claro que la cinta es una película para niños y no es un documental sesudo y  por eso genera interés y termina educando sin proponérselo. 
“Conócete a ti mismo” dice el aforismo griego, a lo que la cinta de dibujos animados de Disney parece añadir: comprende tus emociones, hazte consciente. ¿Para qué? Para tener una vida más ordenada y, por ende, más feliz.

La vida de Riley, la protagonista de 13 años, y su paso a la pubertad no es muy diferente a la de cualquiera de nosotros en la edad adulta. La convivencia en sociedad es compleja y desenvolvernos a diario muchas veces parece una epopeya, sin embargo, somos nosotros los encargados de entender lo que sentimos, después de todo son nuestras emociones, no las del vecino. Nadie mejor que uno mismo para tomar el control sobre sus sentimientos.

Superando a su primera entrega, Intensamente 2, propone con inteligencia ideas que pueden ser utilizadas en la vida cotidiana, además hace reír y muestra situaciones con las que cualquiera puede identificarse. 

En la película aparecen emociones nuevas como la ansiedad, la envidia y la vergüenza, tan presentes en la vida de todos en las diferentes etapas. 

En nuestros días se habla muchísimo de la ansiedad y la depresión en las redes sociales, al parecer un gran número de personas las padecen. 

Esta película de Disney es una buena oportunidad para cuestionarse acerca del modo en que nos relacionamos con nuestras emociones. A fin de cuentas la relación más importante que vas a tener en la vida es la que mantienes contigo mismo. 

Disney una vez más acierta, divierte y educa regalando una ficción que vale mucho más de lo que parece. 

Luisa Ugueto Liendo
@cluisaugueto