La batalla de El Calvario ayudó a ganar en Carabobo

Escalinata de El Calvario, actual Parque Ezequiel Zamora.

 

La derrota fue, en rigor, parte de una gran victoria, pues había cumplido el objetivo de desarticular una parte importante de las tropas realistas

 

21/06/24.- La Batalla de Carabobo no fue un hecho aislado ni una confrontación casual que se dio el 24 de junio de 1821 entre los ejércitos republicano y realista. Fue el desenlace de una compleja campaña militar que se desplegó durante varios meses, abarcó el territorio casi completo de Venezuela y tuvo sus protagonistas en la sabana heroica cercana a Valencia, pero también importantes actores lejos de ella.

Uno de los acontecimientos asociados a Carabobo ocurrió en plena Caracas, muy cerca del hoy llamado Casco Histórico, en la colina del El Calvario.

Fue la Batalla o Combate de El Calvario y tuvo como figura cimera a uno de los grandes jefes orientales de la Independencia, el general en jefe José Francisco Bermúdez.

Lo paradójico del asunto es que esa fue una batalla perdida para la causa republicana. Las tropas del poder español, dirigidas por el coronel José Pereira, lograron derrotar a las comandadas por Bermúdez, aunque, por fortuna, sin grandes pérdidas de vidas. El punto clave es que esa acción fallida, junto con varias más en otras regiones, permitieron reducir el número de soldados realistas en Carabobo, lo que fue un factor fundamental para la victoria del Ejército Libertador en esa, la que sería la madre de todas las batallas por la Independencia de Venezuela.

Este acto de coordinación es estudiado como una de las muestras del talento militar del Libertador Simón Bolívar, pues el plan trazado contempló, desde un principio, numerosas maniobras de diversión, es decir, movimientos de tropas destinados a obligar a la contraparte a desplazar las suyas hacia posiciones defensivas.

En este caso específico, Bermúdez comenzó, por órdenes de Bolívar, una marcha hacia Caracas el 28 de abril, partiendo de Barcelona. En la ruta hacia la capital debió confrontarse varias veces con formaciones realistas. Logró ponerlas en huida en distintos puntos: Boca de Uchire, Unare, El Guapo y Guatire, la hacienda Chuspita y el Trapiche de Ibarra, venciendo, entre otros, al batallón español Hostalrich que gozaba de gran prestigio.

La movilización de Bermúdez con el ejército de Oriente hacia Caracas y varias zonas de Aragua, obligó al jefe realista Miguel de la Torre a trasladar hacia esta región a fuerzas de primer nivel, comandadas por Francisco Tomás Morales. La idea original  de los comandantes españoles era que esas tropas estuviesen concentradas para la confrontación total que ambos bandos estaban avizorando y que, al final, tuvo lugar en Carabobo.

Bermúdez tomó Caracas el 14 de mayo, dejó un comando para evitar el retorno realista y bajó a La Guaira, donde muchos partidarios de la Corona intentaban subir a barcos para huir hacia España o algún lugar seguro. Luego volvió a Caracas y tomó rumbo a los Valles de Aragua, hostigando a más tropas españolas. Allí se produjo el contraataque de Morales, que puso en fuga a Bermúdez, de retorno a Caracas. El 26 de mayo, los realistas recuperaban la ciudad, mientras Bermúdez trataba de reunir sus fuerzas en Guatire. El coronel Pereira lo persiguió hasta allá, donde el patriota llevó a cabo otra operación distractiva: el Sitio de El Rodeo. 

Pereira se devolvió a Caracas como parte de las conversaciones para un alto el fuego, pero Bermúdez volvió a la carga sobre la capital, atacando a Pereira en El Calvario. La maniobra falló y los independentistas debieron retirarse nuevamente hasta recalar en Guarenas. 

La derrota fue, en rigor, parte de una gran victoria, pues había cumplido el objetivo de desarticular y mantener distraída a una parte importante de las tropas realistas, impidiendo que sus integrantes participaran en Carabobo o haciendo que llegaran con retraso y mermadas.

Según el análisis del experto Arturo Santana en el libro La Campaña de Carabobo, la maniobra de diversión ejecutada por Bermúdez tuvo las siguientes consecuencias:

  • Rompió el plan de La Torre de tener a su ejército concentrado sobre el de Bolívar en los Llanos
  • Facilitó la reunión del ejército patriota en San Carlos, desde donde entró en combate en Carabobo. El 7 de junio llegó Páez con su caballería, y el 11 lo hizo la infantería
  • Permitió que la división de Urdaneta (que venía de Maracaibo) abreviara su marcha en varias jornadas.
  • Obligó al ejército de Morales a realizar una marcha forzada de 120 leguas, alejándolo de Apure, donde era una amenaza para las tropas llaneras patriotas. 
  • Retuvo en Caracas y sus alrededores a una parte significativa del ejército español, mientras Bolívar los derrotaba en Carabobo

La función cumplida por Bermúdez en la Campaña de Carabobo adquiere una dimensión gigantesca cuando se conoce el tormentoso contexto de las rivalidades entre el Libertador Simón Bolívar y los jefes patriotas del Oriente, pugnas que estuvieron varias veces a punto de hacer naufragar la lucha por la Independencia.

General José Francisco Bermúdez.



Junto a Santiago Mariño y Manuel Carlos Piar, Bermúdez fue uno de los más férreos opositores internos al liderazgo supremo de Bolívar. Las discrepancias marcaron los años más oscuros de la gesta emancipadora, cuando los realistas, con el formidable apoyo de caudillos de gran ascendencia popular, como José Tomás Boves, hicieron trizas el sueño de la República. Los orientales estuvieron a punto de formar tienda aparte del resto de Venezuela.

Bermúdez fue uno de los últimos en someterse a la autoridad de Bolívar y, tal vez por eso, no formó parte de la vanguardia en la cita crucial de Carabobo. Pero con la labor que desempeñó en su célebre Distracción contribuyó como el que más al exitoso desenlace del 24 de junio de 1821. 

Una “diversión” necesaria

La palabra diversión puede llamar a engaño. En el ámbito militar no tiene que ver con divertirse o pasarla bien. Es una operación que consiste en enviar tropas a un lugar diferente al campo de batalla principal con el objetivo de obligar al enemigo a desviar recursos. En términos deportivos sería el equivalente a una finta, un regate, un amago.

Los grandes comandantes de la historia han sido expertos en maniobras de diversión o distracción. Aprendieron a realizar desde pequeñas jugadas en la arena de una batalla específica (una diversión táctica), hasta la creación de focos a grandes distancias de la zona de choque (una diversión estratégica).

La operación de diversión ejecutada por Bermúdez fue una de varias concebidas por Bolívar y su estado mayor, viendo el teatro completo de la guerra. En lugar de llevar a todas las fuerzas disponibles a los alrededores de la sabana de Carabobo, el Libertador generó varias ofensivas dirigidas a las ciudades y regiones controladas por los españoles. El más importante de esos centros de poder era, naturalmente, Caracas, por lo que el ataque de Bermúdez a la ciudad fue la maniobra principal de distracción. Sin embargo, ejercicios similares se realizaron en el occidente y en los llanos.

Sin el concurso de los distractores las fuerzas realistas habrían sido mucho más numerosas en Carabobo y, quizá, el resultado hubiese sido diferente.

CLODOVALDO HERNÁNDEZ / CIUDAD CCS


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