Las elecciones en la República Bolivariana de Venezuela, es un derecho político que se viene ejerciendo de conformidad con la Constitución sancionada por la Asamblea Nacional el 4 de enero de 2009, aprobada por los y las venezolanas en Referendo del 15 de febrero de 2009 y promulgada por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, el 19 de febrero de 2019; todo esto, completamente natural, le concierne a una de las instituciones más importantes de nuestra democracia revolucionaria el Consejo Nacional Electoral (CNE).

El pueblo venezolano sabe cómo elegir y ya tiene fecha para las elecciones presidenciales, el 28 de julio de 2024. Seguramente, el candidato que más le interesa a los electores venezolanos y venezolanas será aquel que tenga una probada talla de hombre de Estado. Y por supuesto el candidato valiente que pueda sortear todas las trampas de grupos políticos de derecha y de ultraderecha que furiosamente atacan al gobierno de la Revolución bolivariana con el padrinazgo de Estados Unidos y sus patios traseros. 
El domingo 28 de julio de 2024, se celebrará la contienda presidencial para el período 2025-2031. Se registraron 13 candidatos ante el CNE, entre el 21 y 25 de marzo del presente año, presentadas por 37 organizaciones políticas. El actual presidente de Venezuela Nicolás Maduro, aspira se reelecto por una gran mayoría de electores que posiblemente volverá a sorprender a la mayoría de sus opositores quienes de antemano están listos para cantar fraude si la votación no les favorece y así agradar con obediencia la línea de política exterior de EEUU y sus aliados.           
En todo el territorio nacional la precampaña electoral del candidato Maduro se ha visto como  la favorita de la actividad cívica, en rechazo a los intentos obsoletos de los opositores. La conciencia política de la gente con una resolución cada vez más antiimperialista ratificará su favoritismo político por la Revolución.        
Con la confusión, vacilación, retroceso, la debilidad unitaria y la falta de realismo en lo nacional e internacional, la oposición se llevará nuevamente al borde de lo que se podrá ser una realidad, una nueva derrota. Intuyo que eso es la verdad, nada más que la verdad. El velo de de la desestabilización en nuestro país por parte  de los mandamás de la oposición, hace mucho tiempo que se hizo transparente en lo político, económico y social tanto en lo interno y lo externo. Se creyeron tener el poder por haber ganado las elecciones de la Asamblea Nacional (AN) de diciembre de 2015. Henry Ramos Allup, presidente de la AN, aseguró sacar del poder a Maduro en el término de 6 meses, inspirado en el juicio político a la presidenta de Brasil Dilma Rousseff,  esperanzado con un posible triunfo en un referendo revocatorio, lo cual no pudieron. Pero no se  contó con la astucia con que el presidente Maduro se respaldó con el proceso del poder constituyente autorizado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).                       
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Son demasiados dentro de la oposición quienes por diferentes razones, sin importar su manera de pensar, se oponen a la venta forzosa de la empresa venezolana CITGO por parte de EEUU. Todo esto, con el consentimiento de la fauna opositora de Juan Guaidó, Leopoldo López, Julio Borges y demás personajes de apellidos neo fascistas.      
Recientemente, el presidente Maduro, la víspera de las elecciones del 28 de julio de 2024, durante el programa televisivo semanal Maduro +, explicó que Citgo fue rematada por parte de la agenda injerencista de Washington. Al respecto, enfatizó que lo promotores del robo de la empresa deben ir a la cárcel.      
       

J. J. Álvarez