Yilber Díaz supera grandes obstáculos para llegar a la Gran Carpa

El guatireño encuentra su cima tras excelente campaña en Ligas menores

Yilber Torres debutó con un inmeso éxito en las Grandes Ligas como lanzador de Cascabeles de Arizona.

 

09/07/24.- El lanzador derecho, Yilber Díaz, oriundo de Guatire, estado Miranda, acaparó las miradas del planeta beisbol en su primera noche como jugador de grandes ligas.

Pero, ¿Cómo pudo suceder? ¿Cómo fue que, de pronto, un joven venezolano se vio sobre un montículo cautivando a todo un país? A una región. A un deporte. Solo pasó, como suceden las historias que trascienden los terrenos, y se siembran en el corazón y el sentimiento colectivo.

El derecho laboró su ascenso con una sólida campaña en ligas menores y justo después de tirar seis innings sin hits ni carreras, con el Reno frente a Sacramento, en triple A. En su actuación aisló dos boletos y estableció una marca personal con 13 ponches en un juego, que elevaron su total en la temporada a 105, más que ningún otro tirador en el sistema de granjas de los Cascabeles de Arizona.

El joven Díaz se convirtió en el abridor número 11 que incluye Arizona en lo que va de temporada, debido a las múltiples lesiones que han afectado su rotación. Este lunes por la noche, cubrió el turno del veterano Jordan Montgomery, quien se lastimó la rodilla derecha hace una semana.

Díaz, de 23 años de edad, no desperdició la ocasión, como nunca lo ha hecho, pese a su poca experiencia. Transitó seis dominantes entradas contra los Bravos de Atlanta y el único daño que encajó fue un cuadrangular del tercera base Austin Riley, un jonrón solitario en el primer inning, por el jardín central. Los otros tres imparables que recibió fueron sencillos y otorgó un boleto, mientras que abanicó a cinco, gracias a una recta de 98 millas por hora y que comandó con efectivos lanzamientos en curvas relampagueantes. Necesitó 83 envíos para cubrir su actuación, 53 de ellos en strike.

El joven guatireño entregó el partido a los relevistas de Arizona en el séptimo, con ventaja de 3 carreras a 1, pero en el noveno, el irreconocible cerrador Paul Sewald volvió a fallar, permitió dos anotaciones y el encuentro lo ganó Atlanta 5 carreras a 4 en 11 capítulos.

Luego de su impresionante labor, desde el montículo, Díaz expresó a la prensa que “Me siento feliz, muy feliz. Le comuniqué la noticia vía telefónica, a mi mamá y a mi papá, a quienes sentí que estaban muy felices. Tengo que superarme. Ser alguien en la vida. Por eso trabajo todos los días y le pido a Dios que me ayude a cumplir mis sueños”.

“Tuvimos a algunas de nuestros técnicos observándolo, con especial atención en sus movimientos, desde la oficina, y quedaron realmente impresionados con lo que vieron”, dijo el mánager Torey Lovullo, sobre el novato que, tras no conseguir ser firmado en su adolescencia, decidió renunciar a una carrera profesional.

Díaz admitió que “dejé de jugar beisbol por un tiempo. Luego lo retomé y una vez que lo logré, tenía una meta y no iba a parar hasta lograrla. Trabajé muy duro para conseguirlo y siempre tuve la esperanza de que sucedería”.

La organización de Arizona finalmente lo firmó el 5 de febrero de 2021 y comenzó su veloz ascenso a través de su sistema. Debutó como relevista en el circuito veraniego de República Dominicana, para novatos de primer y segundo año. 19 de sus 20 juegos fueron como relevista. En 2022, comenzó en Clase A, con  11 partidos, entre cuales laboró como abridor y luego recibió una promoción a Clase A en ascenso, en la cual tuvo 8  aperturas. En 2023, abrió en  la misma división con 22 aperturas y terminó en  doble A con tres inicios desde el montículo.

Previo a su llegada a las Mayores, se combinaba para una efectividad de 4.03 en 76 innings, entre Doble A y Triple A. Se ganó el premio de Lanzador de la Semana del 1 al 7 de julio,  en la Liga de la Costa del Pacífico.

“Yilber Díaz, en su primera aparición en las Grandes Ligas, se tomó todo con calma y tuvo una gran preparación previa al juego. Todo le pareció normal”, destacó el piloto Torey  Lovullo después del desafío. “Y luego salió y ejecutó a un nivel muy alto y lanzó seis entradas de calidad contra un buen equipo ofensivo”.

En algún momento, los técnicos  de la organización lo vieron como un futuro relevista, pero los directivos del equipo creen que su control ha mejorado hasta el punto de que se ha ganado la posibilidad de abrir.

Aunque nada es casualidad. Díaz ha conquistado a pulso, remando contracorriente. “Sigan trabajando muchachos, no le bajen. Es muy importante trabajar y arrodillársele a Dios cada vez, para estar aquí donde yo estoy”, mensaje enviado a los que se inician en la organización de beisbol.

Fue intenso y con muchos obstáculos el camino de Yilber Torres a la Gran Carpa.

 

Un extenso viaje

A mediados de 2019, Díaz fue reclutado por Caribes de Anzoátegui en una práctica realizada en el Estadio Alfonso “Chico” Carrasquel de Puerto La Cruz. “Nos sorprendió su talento y no perdimos la oportunidad de sumarlo al equipo”, contó Tony Mérola, miembro del alto mando indígena.

Ese día también fue chequeado por Ronald Salazar, busca talentos de Cascabeles de Arizona en el oriente del país.

Luego, a principios de enero de 2020, Gregory Blanco, Coordinador de Scouts en Venezuela, y Francisco Cartaya, busca talentos Internacional, pactaron con el joven prospecto.

“Llegamos a un acuerdo para la firma por diez mil dólares, pero no estaba cerrado. Entonces lo enviamos a nuestra academia en República Dominicana, un complejo situado en Boca Chicago y llegó la pandemia (de COVID-19)”, recordó Blanco.

En marzo de 2020, los aeropuertos cerraron, tras las restricciones globales por la emergencia sanitaria. Reinó el caos y Díaz fue uno de los 14 jugadores venezolanos que no pudieron regresar a su país; 12 de ellos ya estaban firmados, pero Yilber Díaz y uno más permanecían haciendo pruebas.

Estuvo ocho meses con fuertes entrenamientos, concentrado, subió de peso, comió bien con el objetivo de conseguir su firma.

“También hacía todo lo posible para ayudar en las instalaciones, fregaba platos, ayudaba con la limpieza. Nada lo apartarba de su sueño y todo sumaba”, dijo Gregory Blanco.

Finalmente, en octubre de 2020, Venezuela abrió sus fronteras y regresó a casa. El 5 de febrero de 2021, estampó su firma con 20 años, una edad en la que los peloteros son etiquetados de “viejos” en América Latina, pues generalmente comienzan a ser vistos a los 14 o 15 años y son reclutados a los 16, máximo, con suerte, a los 18.

Pero allí no comenzó la historia de Díaz. Su largo viaje de transformación se inició mucho antes, cuando no pudo convencer a nadie a los 16 años, tras lastimarse. Entonces dejó el beisbol y al cumplir la mayoría de edad viajó, con su novia, a Perú, donde vendió caramelos y helados, limpiaba parabrisas en los semáforos.

“No le fue bien. Su novia le abandonó, tuvo que vivir un tiempo en las calles. En una oportunidad, mientras estaba parado en un semáforo, alguien le compró un helado. Era otro venezolano. Le preguntó por sus manos, que las tenía muy grandes. Yilber Díaz dudó, pero le dijo que había sido lanzador. El hombre le propuso grabarle un video y enviarlo a agentes especializados. Tenía que hacer 10 lanzamientos frente a una cámara. Solo eso”, relató Gregory Blanco. El señor era un representante de la organización Carrillo, un programa de desarrollo de beisbol, en Chorillo, Lima.

Aquel material audiovisual llegó a Félix Pérez, quien dirige una academia en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui y se convirtió en su agente. Le envió 80 dólares ($80) para que regresara a Venezuela. El viaje lo realizó en autobús.

“Para ese entonces tiraba la recta en 84 a 88 millas por hora. Me gustó su capacidad atlética, la velocidad del brazo, su fuerza. Era explosivo. Me recordó a Francisco ‘Kid´ Rodríguez”, recuerda Blanco.

Cuando viajó a Quisqueya, la recta ya estaba en 92 a 94 millas por hora. Ahora promedia 97 a 100. Tiene una curva inmensa, mientras que ha estado desarrollado un cambio, el cual se aprecia que va a crear muchas preocupaciones a los bateadores contrarios. En principio era relevista, pero desde el año pasado está como de manera regular. No fue ascendido por casualidad, es un auténtico prospecto.

“Es de origen muy humilde. Nació en Guatire, en el Barrio Quemaíto. Jamás vi a alguien con tanta voluntad y ética de trabajo. Me dijo que la organización no se arrepentiría, que iba a llegar. Este muchacho es un ejemplo a seguir. Nadie se puede dar por vencido y menos si tienes 20 años”, destacó Blanco.

También aparece Díaz con una amplia sonrisa en el rostro sentado frente a su armario en el vestuario de los Cascabeles, mostrando sus soportes, que acentúan su aspecto juvenil. Alguna vez Thomas Alva Edison dijo: “Nuestra mayor debilidad reside en rendirnos. La forma más segura de tener éxito es intentarlo una vez más”.

Yilber Diaz se convirtió en el noveno venezolano en graduarse como jugador de grandes ligas en esta temporada 2024, detrás de Anthony Molina (Rockies de Colorado), Jackson Chourio (Cerveceros de Milwaukee), Jorge Barrosa (Cascabeles de Arizona), Pedro Pagés (Cardenales de San Luis), Jhonny Pereda (Marlins de Miami), Leonardo Rivas (Marineros de Seattle), Keider Montero (Tigres de Detroit) y Luis Contreras (Astros de Houston).

JULIO BARAZARTE / CIUDAD CCS


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