A ver, antes de que me tilden de exagerado o hincha de Biden, aclaro: ¿qué les parece extraño en el affaire de Donald Trump, extraño en un país donde literalmente es más fácil comprar un fusil de asalto que siendo uno hispano sentarse en un parque sin que lo moleste un policía?

EE. UU. es un país donde el lobby de fabricantes de armas junto al lobby judío son las entidades que deciden quién puede o quién no ser alcalde, gobernador o presidente.

Esa democracia de segundo y tercer grado, donde todavía existen impedimentos para que voten los afrodescendientes, es un hervidero en el que a diario hay matanzas y al menos hay dos al mes, donde sin razón aparente un joven comienza a disparar contra los paseantes, generalmente desde el mirador de un templo.

Entonces que intenten asesinar al expresidente Trump no es nada raro viendo el comportamiento ciudadano del candidato, y aún con eso, como católico y antifascista me solidarizo con un personaje para mí detestable como Trump, pero también con la familia del joven de 20 años, inscrito en el partido Republicano, abatido y acusado de ser el autor verdadero de los disparos, quizás víctima de un sistema que promete el cielo a sus habitantes para después abandonarlos a las puertas del infierno.

Paso.

MaryCory y el Mata monjas insisten en autocalificarse como protagonistas de un cambio que no se ve y menos se vislumbra en las acciones que ellos protagonizan.

¡Si hay algún sitio donde actúa la política, o más bien la politiquería y que merece ser fumigado, es la UCV, mi alma mater!

Es allí donde aprenden los futuros desfalcadores de la fe pública las artes del engaño, el salto de talanqueras y el ganar elecciones donde no vota el 15% del alumnado, mediante el sofisticado y muy ideológico sistema de contratar minitecas.

El zenit de esa vagabundería llegó con la anterior rectora, y el actual rector se ha propuesto erradicar, tal como obliga la ley de universidades, esas prácticas que tanto daño le causan a la nación, cuando esos muchachones amamantados en la corrupción y la piratería se hacen diputados, alcaldes, gobernadores y, de no poner un parado, presidentes.

Pues bien: el rector le advirtió a MaryCory y al “tapa” o Inmundo, que violaban la ley al organizar un acto político partidista en la UCV, pero el par se hicieron los locos.

No es la primera vez que MaryCory actúa cual jefa fascista que en definitiva fue lo que hizo cuando se reunió con un centenar de estudiantes politiqueros y salta talanqueras.

Ya dijo que sin ella “no podían haber elecciones”, a  pesar de que sabía de su inhabilitación.

Y tiempo atrás mandó a colocar guarimbas, en algunas de las cuales quemaron seres humanos vivos por el “delito” de ser o parecer chavistas.

El rector carece de fuerza para impedir este tipo de violaciones a la ley, algo que la futura Asamblea Nacional deberá revisar, pero tanto el fiscal como el contralor bien pueden abrir sendos expedientes tanto al “tapa” como a MaryCory para añadir en futuras elecciones nuevas inhabilitaciones.

No para las elecciones del 28 porque para esas será el pueblo quien les recuerde que no van a seguir desordenando a Venezuela, sino para el futuro, si queremos cambio.