Al derecho y al revés | Maldad sin probidad no es talento
24/07/2024.- En estos tiempos que corren y gracias a que toda crítica está mal vista, pero también a que después de muchas décadas pidiendo igualdad a toda costa hemos rebajado los niveles exigidos para ser considerados maestros de cualquier ciencia u oficio, las redes están llenas de filósofos de pacotilla, frases sacadas de libros de autoayuda y consejeros a quienes nadie les pide consejos y son ellos quienes más bien los necesitan.
Sin embargo, la calidad siempre se impone y no todos pueden saltar como Yulimar o batear como Cabrera, para no meterme a opinar sobre la medicina, la ingeniería o la ciencia económica que son cotos para “los que saben”.
Y así veo que hasta para la maldad hay que ser bueno.
Sobre este punto recuerdo que en los Estados Unidos vivió, creció y proliferó un mafioso llamado Alfonse Capone, mejor conocido como Al Capone.
Ese sujeto robó, asaltó, asesinó seres humanos y cobraba vacunas hasta por respirar, pero todo bien planificado al punto que cuando finalmente el Estado yanqui se decidió a meterlo en una cárcel de por vida, solo lo pudieron condenar por dejar de pagar impuestos, que allí es cosa grave porque el Estado yanqui no tiene una Pdvsa y vive de lo que colecta a manera de tributos.
La idea de Al Capone vistiendo un traje de rayas, porque en la época en que estuvo preso no existían las vestimentas naranja para los que pagan condena, me vino leyendo en las redes un comunicado apoyado con video, donde MaryCory, la Inhabilitada, se quejaba de un presunto intento de asesinato que le habrían hecho mientras pasaba la noche en Barquisimeto.
En el video apoyado por los gritos y lecos que son el estilo de la señora… se mostraban dos camionetas gemelas y nuevas a las que la maldad las cubrió con pintas laterales y en los vidrios.
También MaryCory enseñaba los frenos cortados de una camioneta –se presume es en la que viaja la aspirante frustrada–.
En ese instante, me encontraba conversando con un amigo que la politiquería lo ha puesto a saltar las talanqueras más extrañas, como las que separan al viejo partido comunista o PCV del MAS y ahora del inefable candidato “tapa” por el que mi amigo anuncia que piensa votar.
El amigo politiquero sin despegarse del celular inteligente, en seguida pidió papel y bolígrafo para redactar un comunicado solidarizándose con MaryCory, a quien, sin embargo, dice detestar.
Mientras él amigo emborronaba papeles, yo me dediqué a pensar y así cuando terminó el politiquero de redactar su panfleto, yo tenía claro que estábamos ante un fraude.
El amigo, apartando la politiquería que siempre lo ha consumido, es un ciudadano decente, me invitó a firmar y casi le da un soponcio cuando me negué a tan tentadora oferta.
A ver, hay que ser idiota en varios idiomas para no entender que en una urbanización privadísima como es la escogida para pasar la noche en Barquisimeto por MaryCory y su “staff”… donde para ingresar solo les falta exigir limpieza de sangre, donde hay cámaras por todas partes, puede cualquiera entrar a cortar frenos y pintarrajear carrocerías sin ser notado, pero peor, ¿a quién se le ocurre cortar unos frenos para que un auto choque y anunciar la maldad mediante pintas políticas en la carrocería?
Horas más tarde la policía capturó al autor de pintas que resultó ser exjefe de seguridad de MaryCory, ahora al servicio de la señora Meda, gran amiga de la Inhabilitada, quien opera desde la embajada argentina en Caracas.
El individuo confesó todo y ahora los seguidores de MaryCory amenazan a quienes dudamos desde el principio, sabedores y ese es mi caso, de que Álvaro Uribe Velez le recomendó a la señora Machado “que preparara algo grandioso para que el pueblo se solidarice con la causa”.
¡De semejante chusma, líbranos señor!
Pero como recordaba un policía viejo, “perro que ladra no muerde”… “y las perras tampoco”, añado yo sin querer competir con Platón, Aristóteles o Diógenes, para no mencionar a Simón Rodríguez.