Magallanes, el equipo caraqueño y trashumante
El nombre de la novena fue propuesto por el dueño de un bar donde se reunían los fanáticos
25/10/22.- Cuando una persona comienza a hacerse seguidora del beisbol venezolano, surge una pregunta obligatoria: ¿por qué todos los equipos tienen en su nombre un estado o ciudad del país, excepto Magallanes?
La respuesta está en su larga historia de 107 años. Magallanes nació en Caracas, pero ha tenido un recorrido trashumante por otras regiones.
El nombre, de raigambre portuguesa, fue propuesto, según los historiadores, por Antonio Benítez, el dueño de un bar donde se reunían los fanáticos pioneros del deporte que echaba raíces en el país, a la par de la explotación petrolera.
El botiquín en cuestión tenía, de hecho, un nombre beisbolístico, Backstop (la cerca metálica o la malla que se coloca detrás del home). Había otras posibles denominaciones para el conjunto, pero se impuso Magallanes, vaya uno a saber por qué.
En esos años, muy previos a la actual Liga de Beisbol, fue un club amateur o, en algunas etapas, semiprofesional, y tuvo uno de sus primeros terrenos de juego en Catia, en la zona que luego tomaría el nombre de Los Magallanes. Es decir, que primero fue el equipo y luego la barriada, no al revés, como muchos creen.
Cuando comenzó a germinar su popularidad, Magallanes ya tenía como sede el estadio de San Agustín, el mismo donde actuaba su primer gran contendiente en este siglo y pico de pelota: Royal Criollos; y el mismo escenario que luego sería el hogar de Cervecería Caracas, el segundo antagonista clásico, del que nacería más tarde la rivalidad eterna con los Leones del Caracas.
En fin, pues, que en esa etapa netamente caraqueña, Magallanes se disputaba las simpatías de la creciente afición capitalina por el beisbol, aunque estuvo algunos años ausente de los torneos. Hacia finales de los 20, los impulsores del conjunto estaban decididos a competir con los grandes, así que tuvieron su primer contacto con Valencia, en busca de buenos peloteros, entre quienes destacan nombres como Balbino Inojosa y Manuel “el Pollo” Malpica, quien luego sería célebre por formar parte de la selección que obtuvo el Campeonato Mundial de 1941.
En 1930, ya con ese nivel de refuerzos, obtuvo su primer título, pero no duró mucho tiempo en las contiendas de ese tiempo. Según la historia que aparece en su página web, al general Juan Vicente Gómez no le gustaba nada que le disputaran la supremacía a su equipo, el Concordia, que solía arrebatarle los peloteros buenos a los otros clubes.
Luego de un largo paréntesis, el equipo volvió a los torneos de primera categoría con nuevo dueño, Carlos Lavaud, propietario de una conocida tienda de artefactos del hogar. Esa es la enigmática razón por la que uno de los apodos del Magallanes es “los Eléctricos”.
En esta nueva etapa, la nómina se plenó de nombres muy sonoros: Vidal López, Dalmiro Finol, Carlos Ascanio, José Pérez Colmenares y Jesús “Chucho” Ramos.
Luego del enorme impacto del Campeonato Mundial, surgió el Cervecería Caracas y reclutó a varios de esos grandes jugadores, pues era un equipo que había tomado la bandera del Royal Criollos: jugar sin importados. Puede decirse que allí nació la rivalidad histórica Caracas-Magallanes.
La disputa por los “caballos” era abierta. En la temporada 1943-44, retornaron Vidal López y Dalmiro Finol y contrataron a Manuel “Cocaína” García, un legendario pitcher zurdo cubano. Así obtuvo Magallanes el segundo título de su historia.
En 1946 comenzó la Liga Venezolana de Beisbol Profesional con cuatro equipos: Magallanes, Cervecería, Vargas y Venezuela. El juego inaugural de este circuito lo ganó Magallanes sobre el Venezuela con pitcheo nada menos que de Alejandro “Patón” Carrasquel, el primer grandeliga venezolano. Pese a ese auspicioso inicio, Magallanes terminó último en la campaña y no fue sino hasta 1949 cuando alcanzó su primer campeonato de esta liga, con la figura estelar de Luis “Camaleón” García. La hazaña se repitió al año siguiente, en lo que fue su primer bicampeonato.
A mediados de la década de los 50, Lavaud vendió el equipo a un grupo encabezado por un empresario español, Damián Gaubeka, ligado más bien al fútbol, y que al poco tiempo se había desentendido. Al finalizar la temporada 1955-56, el equipo quedó en animación suspendida.
Durante los ocho años que estuvo ausente el Magallanes, su espacio lo cubrió un equipo llamado Oriente, que luego cambió a Orientales, en el que sobrevivió la nómina de peloteros. Era como un Magallanes disfrazado. Esa incursión en la región es la causa por la que muchos orientales son magallaneros o lo fueron hasta que cristalizó Caribes en los años 90.
Luego vino la otra migración. En la zafra 1969-70 se instaló Magallanes en Valencia, y lo hizo a lo grande porque quedó campeón de Venezuela y del Caribe, un logro que repetiría luego en la 79-80, guiados por Willie “el Brujo” Horton, considerado como el mánager más disparatado –pero inexplicablemente exitoso- en la historia de los torneos locales.
En los 80, Magallanes tuvo más bajos que altos, pero en los 90 retomó su carácter competitivo y logró vencer en las dos primeras finales Caracas-Magallanes, dejando muy maltrecho el orgullo de su eterno rival.
En lo que va de siglo, el team al que tanto le cantó la orquesta Billo (“¡y palo y palo y palo!”) ha tenido un exitoso desempeño, con un título en la 2001-02, otro bicampeonato en la 2012-13 y 2012-14 y la 2021-22 (es el campeón vigente). En esta centuria solo tiene que anotarse en contra que en la 2009-10 cayó por primera vez ante los Leones en la instancia definitiva, en siete orgásmicos partidos.
En resumen, pues, Magallanes es de Catia, es de oriente, es de Carabobo, y es un equipo de alcance nacional. Por más caraquista que uno sea, ¿para qué negar algo tan obvio?
Poder negro y poder criollo
Una de las claves de las campañas exitosas de los Navegantes del Magallanes en distintas épocas ha sido la combinación de excelentes importados con criollos de primera línea. En los años 70 comenzó a hablarse del Poder Negro, caracterizado por corpulentos afroaestadounidenses como Clarence Gaston, Jim Holt, Harold King, Herman Hill, Bob Darwin, Jim Rice, Don Baylor, Dave Parker y Mitchell Page. La tradición jonronera se ha preservado luego, aunque con significativa presencia del poder criollo, con toleteros emblemáticos de distintas épocas como Richard Hidalgo, Luis Raven o Pablo Sandoval y grandes jugadores locales como Melvin Mora, Endy Chávez, Edgardo Alfonzo, Carlos García. Álvaro Espinoza, José Altuve, Mario Lissón y Robinson Chirinos. En el campo del pitcheo también ha tenido esa combinación de ases extranjeros y talento local de primera línea.
En los últimos torneos, el equipo con sede en Valencia se ha visto privado de buena parte de sus mejores fichas, debido al absurdo bloqueo estadounidense que afecta a este equipo y a Tigres de Aragua por ser organizaciones en las que tiene participación algún ente estatal.
A pesar de ello, y aprovechando algunas compensaciones que le otorgó la Liga, Magallanes se alzó con el banderín en enero pasado, demostrando que también frente a las medidas coercitivas, la pelota es redonda y el juego no se termina hasta que se acaba.
CLODOVALDO HERNÁNDEZ / CIUDAD CCS