Crónicas y delirios | Si tus dedos son pinceles
02/08/2024.- La vida pasa y siempre nos deja en el andén de lo irreconocible: a los puentes donde alguna vez acordamos amores y nostalgias, se los llevó la inexorable marea del tiempo; las fotos de antaño, cuyas imágenes reproducían la tersura casi palpable de muchachas doradas y adoradas, cedieron lugar a la estampa de abuelas ancestrales con nietos en su entorno; la ciudad misma, proclive para nosotros al ritmo de copas y disquisiciones hasta el amanecer (sobre arte, novelas inmortales, la acción militante e inaplazable, y músicas con furia de trompetas), se nos volvió ajenidad que por fortuna las nuevas generaciones tratan de recuperar.
Todo eso viene a cuento porque ojeando nuestra crónica del diario El Nacional, época de Miguel Otero Silva (“Si tus dedos son pinceles”), nos devolvimos al clamor de una época que hoy queremos compartir con ustedes, asiduos o inasiduos lectores:
“La palabra escrita toma por asalto el mundo y se convierte en protesta mural, grafiti escatológico o simple letrero de amor o propaganda (¿todo amor es propaganda?). Las ciudades reflejan en sus paredes el espíritu de una conciencia colectiva que se expresa, libérrima y paralela, al lado de la formal escritura “seria”. El hombre urbano, cansado tal vez de los medios fríos y cálidos de McLuhan, se vuelve febril para embadurnar el entorno con sus mensajes de existencia. No en balde los chinos, que en todo nos llevan un oriente filosófico, han colocado en vía pública inmensos murales vírgenes (Dazibaos) para que cada quien escriba a sus anchas y largas los dictados (o dicterios) de la conciencia.
“La creación marginal de un país, ¡de tanta perspicacia imaginativa como la otra!, podría medirse a través de sus “pintas” y letreros; y para muestra transcribamos algunos de los que hemos visto refulgir en la caliza tranquilidad de las paredes:
“En la Universidad Central, primera Casa de Grafitis de la nación, hallamos los siguientes: “Se han perdido mis ambiciones personales, a quien las encuentre favor no devolverlas” (época de la Renovación Universitaria). “Cuando tengo el spray en mi mano, me siento poeta. Tiemblo al pensar que la regla de cálculo lo pueda desplazar” (Facultad de Ingeniería, igual época). “Los niños son locos chiquitos” (Facultad de Arquitectura); “Se notifica al pueblo que la Revolución venezolana ha sido suspendida hasta nuevo aviso” (cartel frente al Teatro Universitario a comienzos de la década del setenta); “Tengo un mareo en la cultura”, “Pienso, luego me caen a carajazos”; “¡Genio!, termínate de graduar. (Firmado) Tu mamá” (en zonas cercanas a la UCV).
Durante la rebelión místico-erótica escenificada por el poder joven, Caracas se vio inundada de algunas consignas que merecen justo recuerdo: "El sistema se hunde, haz peso”, “La virginidad produce cáncer, vacúnate”; “Solo Cristo Salva… y a veces nosotros también”; “¡Bolívar, auxilio!”; “¿Qué blancos son los muros de los burgueses!”; “Somos la generación espontánea”.
“El dueño de una pista de baile en Catia, con la intención de que no se suscitasen líos entre sus clientes, escribió esta previsiva advertencia: “Cada pareja con su parejo”. Un cura interiorano, quizás para realzar la soberbia majestad del recinto sacro, apuntó de puño y letra: “Esta es la casa de Dios, la puerta del cielo, ¡terrible es este lugar!”. Y un habitante capitalino pintó delante de su morada: “Andrés M. Hernández, especialista”, quizás para evidenciar que poseía una especialidad de carácter universal. En una exposición sobre el barro y sus posibilidades que se celebró en el Museo de Barquisimeto (1980), encontramos este impactante grafiti: “Simón, que la moral y las luces no te detengan. Te espero en Chacaíto. (Firmado) Manuela”. Y en circunstancias de fricciones existentes entre el canciller colombiano Londoño y el nuestro por cuestiones limítrofes de ambos países, la reacción mural no se hizo esperar: “¡Londoño de tu madre!”.
“Si usted, amable amigo, por esos cotidianos azares de la existencia está leyendo la presente crónica dentro de la paz de una toilette, recuerde el célebre letrero que hay en algunos sanitarios: ¡Sonríe que te están televisando! Y por favor, siempre diga por favor”.
Manchetss y manchones
La Bachelet sigue de bache en bache.
Boric resultó un paquete chileno.
A Elon Musk: “Tesla tenemos jurada por bandido mundial” (presidente Maduro).
Dicen que María Corina se asilará en Argentina y Edmundo González en un asilo geriátrico.
“Si Maricori hubiese ganado, seguramente el Tren de Aragua estaría en su tren ministerial y yo en la Fundación del Niño”, declaró el Niño Guerrero.
Las botas gringas también se presentan en forma de bots.
Igor Delgado Senior