Hablemos de eso | Solo para corresponsales extranjeros
04/08/2024.- Por supuesto que, como ha denunciado reiteradamente el presidente Maduro, existe un cartel comunicacional contra Venezuela. Usted puede consultar Associated Press (AP), Reuters, Voz de América, DW, BBC o France 24, CNN, El Comercio de Perú o El País de España, por solo señalar algunos medios y agencias de noticias, y encontrará las referencias a la dictadura, los "análisis" más parcializados hacia la oposición extremista, la desaparición de los partidos de oposición que no estén alineados con la señora Machado, la palabra "supuesta" como adjetivo a toda denuncia de los factores bolivarianos… y así. Algunos tratan de disimular y guardan las apariencias, aunque no muestren nunca una de las masivas concentraciones en apoyo al presidente Nicolás Maduro y tergiversen sus declaraciones; otros, como El País, se han vuelto un pasquín sin vergüenza alguna.
No obstante, para un periodista europeo o estadounidense, al sesgo editorial que les otorga la pertenencia a este cartel puede sumarse el desconocimiento del sistema electoral venezolano, dadas las importantes diferencias con los sistemas electorales de sus países. Ahí les va una ayudadita al respecto:
Uno: en Venezuela, las elecciones son directas. Esto es así por razones históricas. Desde 1946, quedó abolido todo sistema electoral en que se elige a alguien para que vote después en lugar de uno. Sistemas indirectos como el de Estados Unidos, donde las personas eligen un colegio electoral que vota por ellas, donde alguien como Trump, en 2016, o Bush, en el año 2000, pueden ser electos habiendo sacado menos votos que sus contrincantes se consideraría un exabrupto, "una violación a los estándares democráticos". Igualmente, se consideraría totalmente antidemocrático que el jefe de gobierno fuera electo por el parlamento y no directamente por el pueblo, como ocurre en los sistemas parlamentarios europeos.
Dos: en Venezuela, todos los partidos pueden postular candidatos y no existe solamente un partido de oposición. La negación de los derechos de otros partidos o grupos de electores, como la que ocurre en Estados Unidos, donde los medios de comunicación no dan cobertura alguna a nadie que no sea del Partido Demócrata o del Republicano, se consideraría un atropello. De hecho, en la Asamblea Nacional y los Consejos Legislativos de los Estados, hay representantes electos de partidos minoritarios, como no ocurre en Estados Unidos.
Tres: en Venezuela, no existe el "voto por correo", que a Trump le parece una de las múltiples fuentes de fraude electoral que existen en su país.
Cuatro: en Venezuela, existe un Poder Electoral, ejercido por el Consejo Nacional Electoral, y el Tribunal Supremo de Justicia cuenta con una Sala Electoral con competencia para tramitar los recursos contenciosos que presente cualquiera de los afectados por situaciones que se presenten alrededor de cualquier proceso electoral. Nos parecería fuera de toda regla razonable que las elecciones en cada estado fueran organizadas por el gobernador o la gobernadora y que este o esta fuera la autoridad electoral. Esto pasa en Estados Unidos, donde, por ejemplo, en el año 2000, las elecciones presidenciales las ganó George W. Bush gracias a una victoria por un pequeño margen en el estado de Florida. Estos resultados fueron públicamente cuestionados y el reconteo de votos fue detenido por el gobernador Jeb Bush, hermano del candidato.
Cinco: por cierto, en Venezuela, el Polo Patriótico tiene una amplísima mayoría en la Asamblea Nacional, producto de las elecciones celebradas en 2020, cuando los mismos partidos que protestan en estos días decidieron llamar a la abstención y continuar ilegalmente con la Asamblea Nacional electa en 2016. A esta "asamblea", abiertamente ilegal, porque venció hace tiempo el período para el que fue electa, el gobierno de Estados Unidos la reconoce como representante legal de la República Bolivariana de Venezuela y le ha adjudicado arbitrariamente la administración de los bienes nacionales en el exterior, secuestrados por el gobierno estadounidense y la corona británica. Estos señores siguen teniendo un presupuesto financiado por dinero de la república, con autorización de la Oficina de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Cabe aquí explicar, como sexto aspecto, que ha sido el propio presidente Nicolás Maduro quien ha solicitado la intervención de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia para aclarar, por una parte, cualquier duda sobre los resultados electorales y, por otra, para investigar la conspiración puesta en marcha por el señor Edmundo González Urrutia y sus jefes contra el proceso electoral. Sobre los resultados, se ha solicitado que todos los candidatos presenten las actas en su poder para compararlas con aquellas que están en manos del CNE, y establecer el 100% de los resultados. Como se sabe, el sistema automatizado ha estado bajo un masivo ataque informático que ha dificultado la transmisión oportuna de los datos.
Por si los corresponsales extranjeros no lo saben, cada una de las máquinas instaladas en las mesas electorales, al cerrar el proceso de votación, emite varias actas con los resultados: dos van al CNE, una para cada uno de los miembros de mesa y una para cada testigo de los partidos políticos. Todas deben haber sido firmadas por la o el presidente de cada mesa, los demás miembros y testigos, una vez realizada la auditoría ciudadana. No valdrán entonces falsificaciones. Las "dudas" serán despejadas por las autoridades venezolanas, como corresponde a una república soberana.
Humberto González Silva
https://centrodescolonizacionvzla.wordpress.com/